Capítulo 24: Pendiendo de un hilo

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Schiltach, Alemania
20 de Septiembre del 2021
9:25 pm

Edmon Eichmann

No hay nada más noble que dar la vida por las personas que amas, fingir y engañar para esconder la verdad. A veces pienso que nunca podremos detenernos, los secretos nos perseguirán por toda la eternidad e irónicamente la culpabilidad jamás llegaremos a sentirla pues carecemos de todo tipo de sentimiento. Dile al demonio tus pecados, confiesa los pensamientos pervertidos que sueñas por cumplir, permite que la oscuridad te embriague, abre las piernas y deja de pensar en las consecuencias que los actos equivocados pueden llegar a desatar. Las almas podridas disfrutan más de los deseos prohibidos, las sombras son perfectas para esconderse y atacar. Mi necesidad aumenta, tengo que cazar o lastimosamente la bestia que habita en el interior no tardará en despertar, esta hambrienta y no soporta el hecho de que la haga esperar, una víctima debe pagar, cicatrices tengo que marcar.

Un cuello que degollar, vamos a jugar ya

Cada vez que entro por esa puerta mi felicidad se disminuye arbitrariamente, el calor de hogar fue evaporado hace muchos años atrás cuando mi madre decidió alejarse para empezar un nuevo camino lejos de su hijo y esposo, nosotros representábamos las desgracias de su vida, no la dejábamos ser libre así que sin ningún tipo de arrepentimiento tomó las maletas y partió de su tierra natal. Nunca derrame una sola lágrima por la mujer que me trajo a este mundo, al contrario la admiró por tener claro que yo no estaba en sus planes y a pesar de las múltiples súplicas de mi padre siempre su respuesta fue la misma.

Desgraciadamente no podemos elegir a la familia pero si las amistades que se vuelven lazos inquebrantables. Cuando los conocí supe que había llegado al lugar correcto, compartimos similares intereses y somos de igual clase social, todo parecía estar sucediendo con perfección hasta que Erik Friedrich decidió cambiar mi situación. No recuerdo con exactitud que día fue la boda pues me encontraba a kilómetros de dicha celebración castral, no entiendo como algunos prefieren unir sus vidas y follar por toda la eternidad con la misma persona. Ahora no solo había llegado una madrastra sino también un hermanastro bastante deteriorado y dañado, con ojos que ni Dios se atrevía arreglar. Nuestro apellido se manchó, el legado se quebrantó, mi suerte se esfumó y ahora estoy obligado a dicha unión.

Al parecer nadie está en la mansión, ni siquiera veo los sirvientes limpiando. Subo a mi habitación, estoy cansando aunque no haya hecho nada productivo en todo el día. La pérdida de memoria de Miykal Lawler ha hecho más fácil el trabajo, a veces da la impresión que nos descubrirá pero está tan enamorada de Damian Deutsch que realmente dudo de su capacidad de racionalidad, doy gracias a la oscuridad de que jamás me entregaré a tal sentimiento tan enfermizo y caótico. Todo está en completo silencio, lo cual es fuera de lo cotidiano, temo que algo malo haya pasado en mi ausencia. Con cuidado giro la perilla e ingreso, los libros están en su lugar al igual que la cama, las cortinas se encuentran cerradas y no hay ningún rastro de suciedad. A pesar de que parece estar en orden cada objeto, necesito verificar que el diario de Theresa Thompson siga donde lo he dejado pues era mi turno de leer los hechizos para poder practicarlos mejor. Abro la caja fuerte y siento como mi alma se escapa, lo que había guardado con tanto esmero ha desaparecido, el secreto está en manos equivocadas y temo que ahora nos encontramos pendiendo de un hilo.

Después de veinte minutos sé que su ubicación no está en mi habitación. Por más que odie tengo que revisar si el inoportuno y desagradable Erik Friedrich tiene algo que ver con todo esto. No me detendré hasta hallar lo que tanto hemos guardado durante años, primero porque Damian Deutsch me colgará de los testículos por haberlo perdido y segundo aunque el diario no es prueba contundente que este relacionado con los asesinatos, hay información clave sobre nosotros y páginas las cuáles están escritas especificando cada uno de los rituales que hemos hecho con orgullo. Al entrar en su pocilga notó que está bastante desordenada, falta ropa en su armario y eso solo confirma una cosa.

MI SANGRE EN SUS MANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora