Siempre juntos

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Después de unos días, regresaron a Rusia, Yuuri visitó a su madre, para hablar con ella, se sinceró diciéndole lo que no se atrevió a decir en su anterior visita, todo lo que había ocultado, le contó todo, lo que había tenido que pasar, cuando hab...

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Después de unos días, regresaron a Rusia, Yuuri visitó a su madre, para hablar con ella, se sinceró diciéndole lo que no se atrevió a decir en su anterior visita, todo lo que había ocultado, le contó todo, lo que había tenido que pasar, cuando había huido, y sobre todo, le habló de la vida que llevaba en el vientre, Hiroko lo abrazaba, acariciandole el cabello, ella había visto aquella marca en su nuca, no quiso hacer preguntas para no incomodarlo, pensando que su hijo se había enlazado con alguien más, le daba besos tratando de calmarlo, el omega lloraba recordando su amargura, pero con una sonrisa, tomó a su madre de la mano, llevándola fuera de la casa, bajo los cerezos Viktor los esperaba, no podía entender del todo que estaba pasando, hasta que vio aquel bultito en los brazos del alfa, una pequeña hermosa, envuelta en una manta rosa, con un gorro y ropita a juego, la cargo con tanto amor, - "Se parece tanto a ti Viktor" - se reía mientras acariciaba el pequeño rostro, la pareja estaba agarrada de las manos, y aquellas alianzas brillantes eran llevadas en sus dedos, los miraba sin poder entenderlo, cuando su hijo se lo dijo - "Madre, Viktor y yo, estamos juntos de nuevo, no vamos a volver a soltarlos" - el peliplateado le sonreía tiernamente, como hace mucho no lo hacía, la señora tomó su rostro con una mano y le dijo - "Veo que eres feliz, me alegra tanto ver esa sonrisa de nuevo, mi hijo apagó tu vida, pero la ha encendido de nuevo, mi niño, eres un hombre muy especial, te has dedicado a cuidarnos y velar por nosotros, ahora estás donde siempre debiste, a partir de ahora tu serás un hijo más" - el peliplateado acarició la mano que tenía en su rostro para contestarle - "Cuidaste de mi con amor y paciencia, me consentias y procurabas desinteresadamente, no recuerdo ni un solo día desde que Yuuri se fue, que no me cobijaras con amor, siempre estabas para mi, me ayudaste a levantarme tantas veces entre mi miedo y desesperacion, tu secaste mis lágrimas, y me abrazaste calidamente, desde el día que llegaste a mi manada, tu ya eras mi madre".

Hiroko fue abrazada por el alfa, esta lloraba en su regazo, aquel hombre que tenía enfrente le dio comodidades a su familia y en la enfermedad de su esposo, nunca les faltó sustento, ni atención médica, aún a pesar de lo ocurrido con su hijo, el jamás los dejó desamparados, y ahora le decía madre.

Desde que Viktor perdió a su madre, el había perdido el rumbo, pero en los brazos de Hiroko, en los momentos más turbios de su vida, ella lo había guiado con amor, al lado de su abuelo.

Nikolai se volvía loco con la presencia de la pequeña en la mansión, le inyectó vida al anciano, quien parecía animado y feliz, la bebe quien era muy apegada a su padre, parecía haber nacido con un radar para notar su presencia, adoraba dormir y despertar a su lado, este se volvía loco sintiendo su total atención, después de un tiempo supieron que no sólo compartía las características de su padre, si no también la fragancia de su abuela, y en honor a ella la llamaron Lila.

El omega solía molestarlo diciéndole que sería un padre celoso, el no lo negaba, no dejaría ir a su pequeña con nadie que no valiera lo suficiente, un dia Christophe llegó a la mansión, con regalos para la bebe, el alfa lo recibió en silencio - "Gracias por haber cuidado de las personas más importantes para mí, de verdad Gracias!!" - fueron sus palabras antes de darle la mano y un abrazo sincero, con el tiempo las visitas fueron más frecuentes, haciéndose notar que no sólo era visitar a la pequeña, si no que estaba interesado en cierta omega, querida por la familia Nikiforov, Mila, la cual no parecia desagradarle sus visitas y los galanteos del alfa, se había enamorado de ella, al ver su alma noble y dedicación con que cuidaba a los niños, ella por fin encontró al hombre de brillante armadura que la rescataria del dolor y sufrimiento, había encontrado por fin unos brazos cálidos que la cobijarian.

Pronto Mila llevó el apellido Giacometti, y la marca de su alfa en el cuello, que cubría y dejaba en el pasado la cicatriz de su sufrimiento, después de un tiempo adoptó aun pequeño omega víctima de abandono llamado Leo, de piel apiñonada, cariñoso y alegre; quien encontró en los brazos de la pareja protección y amor, eso que le habían negado por el simple hecho de nacer bajo ese género y pese a toda expectativa y con la ayuda de médicos pudo engendrar un hijo propio, llamado Andréy, de rubios cabellos y ojos azules, fruto del amor que había nacido entre los dos.

Mientras que la pareja de Yurio y Otabeck, decidieron esperar unos años más para tener su descendencia, viajaban constantemente disfrutando de su amor, aveces el rubio era una persona difícil, pero siempre terminaba derretido en los brazos de su alfa, con el que terminó trayendo al mundo tiempo después a un pequeño niño de cabellos castaños y ojos verdes al que llamaron Markos, un niño aún más extrovertido que el omega, el cual gozaba hacerlo enojar, para después tranquilizarlo con un beso.

Las cosas entre Viktor y Yuuri eran difíciles y complicadas, durante los primeros meses las heridas del pasado fueron difíciles de sanar pero siempre terminaban encontrando motivos para continuar juntos, y uno de ellos era Lila, como una vez lo dijeron, no importa que pasara, ellos no volverían a soltarse de nuevo.

Fin

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Fin

Hola!!, muchas gracias por haber leído mi pequeña obra, infinitas gracias, no soy perfecta y no creo poder serlo, hice este pequeño logro con mucho cariño y amor, gracias por acompañarme, tengo más obras en mente, algunas ya se están escribiendo, amenazó con volver!!

En la fría nieve, no pude seguir tus pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora