•8•

1.2K 110 29
                                    

Después de que se me hiciera tarde, Paddy se ha ofrecido con traerme al hotel en su coche. Como era probable que mis padres se molestaran por pasarme del horario acordado, acepté.

No tardamos mucho en llegar, lo que me alivia, pero, a la vez me apena. No quería que esta salida terminara.

—Supongo que es hora de decir adiós.

—Corrección, hasta mañana —sonríe.

—Cierto —sonrío también.

—Puedo pasar por ti, si lo deseas.

—Acepto. De todas formas, tendrás que ser tú el de los planes, pues, no soy más que una turísta.

—Lo tengo todo pensado.

—¿Si? —lo miro sorprendida.

—No realmente —confiesa entre risas.— pero, algo se me ocurrirá.

—De ti depende que mis últimos días en Londres sean geniales.

—Sin presiones —me mira serio.

—Bien —rio.— gracias por el día, Paddy.

—Gracias por aceptar salir conmigo.

—Cómo no.

Abro la puerta del copiloto para bajar.

—Nos vemos.

—Nos vemos.

Bajo del auto y cierro la puerta, pero antes de dirigirme al hotel, vuelvo para soltar lo que tenía en mente. Me apoyo en la ventana del copiloto que estaba abierta.

—¿Qué ha pasado? —pregunta confundido.

—Eres mi favorito de los Holland, Paddy. Espero con ansias el día de mañana.

Dicho eso, le dedico una última sonrisa, y volteo con prisa para entrar en el hotel, antes de que los minutos sigan avanzando y mis padres decidan asesinarme.

—Esa sonrisita —Ivan me observa apoyado en el mesón de recepción.

—¡Me asustas, tarado! —mi mano derecha se posa en mi pecho.— ¿qué haces aquí?

Dirigo mi mirada al señor recepcionista quien me recibe con una sonrisa, a la que respondo. Luego, vuelvo la vista a mi hermano.

—Papá me ha enviado para asegurarse que te aparecieras —sonríe.

—¿Estan molestos? —pregunto preocupada.

—Oh, claro que lo estan. Te has pasado por diez minutos ¿Cómo pudiste? Una verdadera decepción, hermanita —dice con sarcasmo.

—Bien, no están molestos —ruedo los ojos.

—Sólo te esperamos a comer, aún está disponible el buffet.

—No tengo hambre —respondo.

—Claro, si ya te has tragado a todo el chico ese.

La mirada del recepcionista se posa en mí tras las palabras de mi hermano. En consecuencia, mis mejillas comienzan a arder.

—¿Sabes qué? me dió hambre.

Cojo del brazo a mi hermano, quien ríe a carcajadas y lo tiro hacia mí para dirigirnos al comedor del hotel.

—Menudo idiota, no me he comido a Paddy.

—Claro que no, no eres caníval. Pero, sí que lo has besado ¿no? —eleva una ceja.

Resoplo molesta, volviendo a tirar de su brazo para que siga caminando.

—No.

—Yo sé que sí, lo sentí en nuestra conexión de mellizos.

Su respuesta me hace reír. Jamás puedo molestarme con Ivan.

—Estas inventando, no lo he besado.

—Que aburrida.

—Al menos yo sí me atrevo a hablarle.

—No empieces —me mira molesto.

—Sólo con una condición.

—¿Cuál? —pregunta curioso.

—Necesito que me ayudes para que estos últimos dos días, papá y mamá me dejen salir con Paddy.

Mi hermano se detiene a mirarme, con aquella mirada que sólo significa una cosa: está preocupado.

—¿Piensas dejarme solo estos últimos dos días en Londres? —se cruza de brazos.

—Vamos Ivan, cuantas veces te cubrí para que salieras con...

—Ni te atrevas a mencionarla.

—Lo siento —rio. — ¿Por favor? realmente quiero pasar tiempo con él.

—Sabes que puede tener parientes que sean brujas ¿verdad?

—Sí —vuelvo a reir.

Me mira de reojo, mientras parece estar pensando. Suspira antes de romper el silencio.

—¿Te gusta?

—Es agradable, es guapo. Sin embargo, sólo hemos salido una vez.

—No te estas haciendo ilusiones ¿o sí?

—¿Qué?

—No quiero sonar aguafiestas, ni como hermano mayor celoso...

—Que no eres el mayor —le interrumpo.

—Como sea, quien haya nacido minutos antes no viene al caso ahora —asiento.— pero, sólo nos quedan dos días aquí. Luego enfrentaremos la realidad ______, y no volveremos a pisar este continente en un año. No te digo que no salgas con él estos últimos días, pero, no quiero que sufras. No te proyectes más allá, sabes que eso no será posible.

Sé que está hablando enserio, y desde su preocupación como mi hermano. Él siempre me ha dicho lo mucho que odia verme mal, así como yo odio verlo mal, sobre todo por culpa de otra persona. No obstante, creo que se está precipitando. Es decir, sí, Paddy es genial, pero, vamos. En dos días, viviremos a miles de kilometros de distancia, es algo que ambos sabemos, y de seguro en unas semanas se olvide de mi existencia.

—Eso no va a pasar —cojo la mano de mi hermano con una sonrisa.— sólo quiero pasar mis últimos días en una hermosa ciudad, con un hermoso chico. Nada de ilusiones.

—¿Y este chico guapo no te alcanza?

—A este chico guapo lo tengo que soportar 24/7.

Sonríe. Mi hermano es mi vida, quizás sea porque somos mellizos, y nacimos minutos después que el otro. No me imagino mi vida sin él.

—Te ayudaré.

—Eres el mejor —beso su mejilla.

—Pero, con una condición —me mira travieso.

—¿Cuál?

—Que vayamos al maldito buffet, realmente mi estómago cruje.

—¿Es enserio? —asiente.— vamos —rio por lo bajo.

—Gracias.

Esta vez, es él quien coje mi brazo tirando de el para movernos hacia el comedor.

Al llegar al comedor, visualizamos la mesa en la que se encuentran nuestros padres junto a nuestro hermano pequeño, tíos, y Camile.

Mientras comenzamos a acercarnos, mi móvil capta mi atención. Lo cojo entre mis manos, y abro la notificación proviniente de Instagram.

Y tú eres mi latina favorita :)

Chillo emocionada. Ivan voltea a mirarme extrañado.

—Niall Horan, ha subido una foto —miento.

—Ah —ríe mi hermano.

Vuelvo mi vista al móvil. Una sonrisa se vuelve a dibujar en mi rostro, pero esta vez termina en un gran suspiro. Te vas a ir ______, solo te quedan dos días, sólo dos días. Después de eso, no se volveran a ver.

Más allá de la frontera ~ Paddy Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora