Treinta y uno

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Al término de las clases, Zee y Saint volvieron a encontrarse.

-¿Se puede saber a dónde vas?-preguntó el mayor parando su coche al lado de este, el cual se disponía a caminar de regreso tras despedirse de sus amigos.

-Me voy a casa, ¿A dónde sino?-respondió este secamente.

El moreno sonrió.

-Anda sube, te llevo.

-No-negó el más bajo-...mejor que no lo haga...de veras te lo agradezco pero...

-No me hagas bajarme de nuevo, por favor, sube.

-No, no quiero amanecer muerto mañana, gracias.

Zee detuvo el coche y se bajó.

-No lo hará, ese perro solo ladra.

Saint arqueo la ceja asombrado de la respuesta de su vecino.

-¿Quien eres tú y que has hecho con Zee?

Este rió sonoramente mientras caminaba hasta el más joven y abría la puerta del copiloto.

-Anda sube, tranquilo yo no dejaré que te toque ni un pelo.

El castaño resopló resignado y finalmente se subió ante la atenta mirada de su hermano mayor, el cual salía del recinto unos metros más atrás.

Al retomar de nuevo la marcha, el mayor giró su cabeza unas cuantas veces para mirar a Saint, el cual estaba muy tenso, agarrado a su mochila y evitando mirarlo.

-Tranquilo, relájate...No vamos a chocar, conduciré con cuidado.

Este soltó un suspiro entrecortado y negó con la cabeza.

-No estoy así por tu forma de conducir, sino por lo que me espera al llegar a casa.

Su vecino lo miró preocupado.

-¿En serio le tienes tanto miedo?.

Saint asintió.

-Es muy cruel y malvado, desde que éramos pequeños, siempre me ha insultado, me ha echado la culpa de todo e incluso me ha roto muchas de mis cosas.

-¿Y tus padres?.

-Sanit sabe mentir y manipular a todos a su antojo, verdaderamente creo que tan solo Sara y yo, sabemos de su verdadera cara.

-¿A qué hora llegará tu madre?.

El castaño lo miró de reojo.

-Ella no viene hasta las ocho.

El moreno entonces paró el coche y se giró.

-¿Que te parece si te vienes a mi casa hasta que ella llegue?, luego regresas.

-¿A t-tu ca-casa?-balbuceó nervioso el menor.

-Si- le sonrió este-...vienes y pasas la tarde conmigo... Así evitarás encontrarte a solas con tu hermano.

-N-No sé... no qui-quiero molestar, gra-gracias.

El moreno suspiró profundamente.

-No puedo creer que seáis tan iguales por fuera y tal rematadamente diferentes por dentro...tú eres tan tierno y considerado, pequeño-dijo este acariciándole la mejilla -...Ojalá no topes con un tipo como él que te haga perder esa dulzura.

El castaño sonrió tímidamente, aunque en realidad no sabía muy bien como sentirse pues por un lado estaba feliz por la caricia de este y por su invitación pero por otro, estaba triste, ya que a pesar de todo, creía que su vecino seguía sin verlo como alguien del que pidiese llegar a enamorarse.

El castaño sonrió tímidamente, aunque en realidad no sabía muy bien como sentirse pues por un lado estaba feliz por la caricia de este y por su invitación pero por otro, estaba triste, ya que a pesar de todo, creía que su vecino seguía sin verlo c...

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4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora