Zee Pruk es un guapo adolescente, el cual recién llegado a la cuidad de Bangkok se enamora de su egoísta, promiscuo y temperamental vecino Sanit Suppapong de su misma edad. Este tiene un hermano llamado Saint dos años menor, quién suspirará en secre...
Sanit estaba furioso pues al llegar a su casa no se encontró a su hermano, lo buscó por todas partes e incluso lo llamó a su teléfono pero este no contestó, entonces lleno de rabia se metió en la habitación de éste y empezó a destrozarlo todo.
Tiró con cada uno de sus libros, le desordenó toda la ropa e incluso borró todos los archivos que el castaño tenía almacenados en su ordenador.
Cuando Saint entró a su casa tras ver llegar a su madre, este subió a su habitación y entonces se encontró con todo el estropicio.
Rápidamente quiso salir para decir lo que había pasado a su madre pero su hermano lo pilló en el pasillo y tiró de él hasta su habitación.
El pelo mechas lo acorraló contra la pared y le tapó la boca para que no gritara.
-Ahora maldito estúpido, me vas a decir qué coño te traes tú con Zee... Creí dejarte muy claro que él es mío y resulta que andas como una puta detrás de él-le susurró lleno de furia-.... Lo que ha sucedido en tu asquerosa habitación es solo el comienzo, ¿Me has escuchado bien?, ni se te ocurra decirle nada a mamá, porque si lo haces, lo siguiente no serán tus cosas, sino que serás tú mismo el que sufrirá algún destrozo. ¿Lo has entendido?.
El castaño asintió entre lágrimas pues estaba muerto de miedollo y cuando su hermano le quitó la mano de la boca, este agachó la cabeza.
-Yo no fui q-quién lo bu-buscó, Él fue.
Su hermano lo cogió de la camiseta a la altura del pecho.
-Me da lo mismo, estúpido-le susurró nuevamente-... simplemente la próxima vez que te busque le dices que no... No quiero verte cerca de él, no quiero que respires ni siquiera el mismo aire que él respira, así que mantente alejado, ¿Capito?.
Tras ver que este asentía de nuevo, el mayor lo soltó, salió de la habitación y bajó las escaleras como si nada.
Sonriente llegó a la cocina y dio un besó a su madre para luego sentarse en el sofá y ver tranquilamente su programa de televisión favorito.
El castaño se encerró en su habitación e intentó ordenarlo todo, haciendo el mínimo ruido para que su madre no se enterase, mientras múltiples lágrimas caían por sus rojas mejillas.
Tras terminar oyó a esta llamarlo, entonces se lavó la cara y bajó para la cena.
-Vaya hijo, ¿Acaso tenías muchos deberes?, no has salido de tu cuarto desde que has llegado... Me alegra que tu también te hagas amigo del hijo de la vecina, William es una buen hombre y Sammy parece hacer muy feliz a tu hermana, porque se ha olvidado de nosotros-dijo nostálgica-...espero que vosotros mis dos bebés, tardeis mucho en iros de aquí.
-Claro mami, yo nunca te dejaré sola, cuando me case con Zee nos quedaremos aquí-habló el pelo mechas levantándose y abrazando a su madre por detrás, mientras el más joven hacía una mueca de desagrado.
-¿Y tú Saint?, ¿Tú tampoco nos dejarás cuando encuentres a esa persona especial?.
El menor sintió morirse pues no podía decir que él amaba a Zee y que se iría lejos de allí con gusto pues deseaba alejarse del malvado de su hermano, en lugar de eso sonrió tímidamente y negó.
-No, mami yo también me quedaré aquí contigo.
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