Capítulo único.

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No necesitaba en si un trabajo a tiempo parcial. Solo había querido comprarse una nueva consola de juegos desde que la última ya cumplió su tiempo de vida.

Kirishima estaba en la edad en la que no quería depender de sus padres para cosas como esa y por eso decidió el buscar empleo.

Pero ciertas circunstancias hicieron que su trabajo a tiempo parcial que al inicio duraría tres meses —el tiempo donde ahorraría para su nueva consola— pasará a ser de seis meses.

¿La razón? Que no podía quitar los ojos de su jefe, Bakugou Katsuki.

— ¡Maldito crío! ¡¿Acaso me estás escuchando?!

El pelirrojo asustado volteó a ver su jefe quien le estaba gruñendo e hizo una reverencia, avergonzado por su conducta.

— ¡Lo siento, Bakugou-san! ¡Estaba distraído!

Su jefe bufo, algo que era usual y se dio la vuelta.

—Ven a mí oficina —ordeno —Ahora.

—S-Sí —tartamudeo inseguro el pelirrojo.

Había conseguido trabajo como mesero en un restaurante en auge. En un inicio no pensó que fuera tan difícil ya que venían uno o dos clientes por día pero después su jefe —quien era cocinero principal y dueño del restaurante— empezó a ganar reconocimiento, atrayendo más gente al local y haciendo que por consecuente tuviera más trabajo.

Aunque estaba bastante feliz. El mayor podía no expresarlo en voz alta pero sabía que estaba contento por tener siempre el restaurante lleno.

La oficina de Bakugou fue lo primero que conoció. Chiquita y ordenada con un único escritorio junto con un archivador. Su jefe nunca pasa su tiempo ahí, prefería estar en las cocinas o dando vueltas por el restaurante para ver que todos estuvieran haciendo su trabajo.

Eijirou solo pisaba ese lugar cuando iba a recibir su sueldo o cuando estaba por ser regañado. Considerando el grito de antes y que ya había cobrado hacia una semana...era posible que Katsuki estuviera por reñirle su falta de atención.

Pero no era del todo su culpa...es que su jefe cada día parecía más brillante ante sus ojos y sus labios por algún motivo se veían apetitosos. No servía de nada que siempre tuviera la costumbre de andarlos relamiendo —ya que probaba sus comidas antes de servirlas— frente suyo.

Bakugou se sentó sobre el escritorio y Kirishima en una silla. Los ojos rojos de su jefe le inspeccionaron de arriba a abajo hasta que por fin soltó un largo y pesado suspiro que hizo al pelirrojo tragar saliva esperando el regaño que sabía merecía.

Sin embargo, eso nunca llego.

— ¿Que carajo te tiene tan distraído, Kirishima? —quiso saber el mayor — ¿Acaso te va mal en la escuela? ¿O algún imbécil se está metiendo contigo?

Ahh, como siempre Bakugou-san es muy indulgente conmigo.

—No, no es nada eso —sonrió afable el menor —Lamento preocuparte.

— ¿A quien mierda estás preocupando, mocoso? —bufo y volteo el rostro.

Pero esta avergonzado, ¿no? Nunca quiere mirarme a los ojos cuando está siendo amable. Bakugou-san es realmente lindo.

Aun así, lo siento —hizo una reverencia —Prestare más atención.

—Eso espero. Ya puedes irte —movió sus manos como si le echará del lugar — ¡Y no quiero verte otra vez en las nubes!

— ¡Sí, señor!

~~~

 
Era alto pero tampoco tanto. Y últimamente era él quien estaba creciendo. Tal vez para fin de año podría estar a su altura.

¡Quiero besar a mí jefe! [KiriBaku] [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora