Cap 1: La fiesta.

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------Nota de la escritora:-----------

Bien, quiero empezar con esta historia ya que la otra no le encuentro un futuro, esta tiene más gancho adolescente, y creo que es una buena opción para tod@s aquell@s que han encontrado el amor alguna vez en su vida. Gracias, y dejad comentarios sobre la historia, o sobre si queréis que continúe la otra.

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No sabía que la mayoría de edad influenciaba en un grado tan extremo. Desde los dieciséis todos tendemos a hacer cosas que realmente no corresponde con nuestra edad, sin ser consciente de lo que supone. El tiempo vale oro, y la verdad que el oro es muy caro...las consecuencias de perder el tiempo lo son más aún. No me gustó el día de mi cumpleaños. Lo celebré con Daniel, Johnny, Samantha y Giselle. Sí, fue divertido, pero no me sentí como debería. Ellos han sido mis amigos desde pequeños, los conozco bien. Pero ese día estaban distintos.

-Joder Celes, ¿todavía eres virgen?

¿A qué venía eso? Desde que Dan dijo eso, -o más bien preguntó a modo de afirmación- las cosas han estado un poco distantes, un poco incómodas.

-¿Qué clase de amigo le pregunta a su amiga en el día en el que cumple la mayoría de edad si es virgen?-  Le dije a Sammy, mientras daba vueltas por mi habitación.

-Uno...¿con el que tienes mucha confianza?

-Uno imbécil.

Sinceramente, no te voy a engañar. "Joder, quizás sea hora de probar cosas nuevas". Mi subconsciente me lo jugó muchas veces planteándome esa cuestión. Pero centré la cabeza, no me iba a trabar por un simple comentario de Dan, quien seguramente se ha tirado a chicas cabeza de chorlito. 

El día 22 de junio, Giselle me invitó a una fiesta de iniciación de verano. Música, alcohol, piercings, chicos. Bueh, no estaría mal, ¿no? Decidí ir, pasármelo bien, y hacer amistades. Mi madre siempre ha sido muy liberal, pero me negó rotundamente ir a esa fiesta.

-No Celestine, acabas de cumplir dieciocho , tienes las hormonas a flor de piel, no puedo permitir que te desmadres. Tienes mucho que aprender de la vida.

-¿Cómo diablos quieres que aprenda si no me dejas ir a una inocente fiesta de iniciación del verano?

-No, cariño. Ya me lo agradecerás.

Mi madre a veces es muy ingenua. ¿De verdad se piensa que no voy a ir a esa fiesta?

-Hmm...vale. ¿Me puedo quedar a dormir en casa de Sammy al menos?-

-Eso me gusta más- Dijo mientras me besó la frente.

Fui a casa de Sam sobre las cinco de la tarde. Estaban todos allí, vistiéndose y organizándose para comprar las bebidas. Advertí que iba a ir sin permiso de mi madre, que fueran lo menos cantosos posible y que controlaran lo que bebo por si me llama mi madre. Llegó la hora de la fiesta. Sam condujo, y nos llevó hasta un recinto lo suficientemente grande como para que celebraran un concierto. Habían chicas enseñando absolutamente todo, chicos tatuados sin camisa con un tubo transparente en la mano, gente haciendo vete a saber qué en los baños.

Me sentía desconcertada. Había ido a numerosas fiestas pero no de ese tipo. No me sentí cómoda, pero decidí integrarme.

-¿Qué tal te lo estás pasando?

Era Dan, que me preguntó con una amplia sonrisa, moviéndose al ritmo de la insoportable música electrónica y dándole la mano a una chica rubia, de expresivos ojos azules, que llevaba una tela que le cubría, tela a la que ella le daba el nombre de bikini. Decidí no responder, sabía que Dan estaba borracho y que iba a soltar una estupidez.

Yo no soy de beber. Sí, he bebido, pero nunca me he emborrachado, y pienso que es divertidísimo estar sin beber. ¿De verdad todas esas personas bebían tanto y se lo pasaban bien? Me senté en un sillón blanco de tres plazas que estaba situado en la planta baja del establecimiento. Observé a toda esa gente bailando, esas bebidas entrando por sus gargantas y esas tetas prensadas o descubiertas. Noté como si alguien tuviera la mirada clavada en mí, y miré a todos lados en búsqueda de la mirada. Me percaté, vi al acosador. Se trataba de un chico de...¿diecinueve años? El pelo castaño y perfectamente liso cubría un ojo, pero el que estaba descubierto reveló el color verde de ambos. Su tez era normal, ni muy blanco ni muy moreno. Tenía dos piercings en el labio inferior y vestía normal, camiseta blanca de manga corta y pantalón vaquero. Mentiría si dijera que no era atractivo. Noté como se acercaba a mí, y mi pulso aceleraba. 

-¿Te aburres?- Me dijo dejando ver su encantadora sonrisa.

-¿Es a mí?

Miró a su alrededor.

-¿A quién si no? Me extraña que una chica tan guapa no esté bailando como...

-¿Como todas esas guarras de ahí enseñando todo? No, gracias- Le interrumpí. Odiaba cuando alguien me piropeaba de una forma tan cutre y encima comparándome con unas chicas que mostraban todo.

No contestó. Se rió y tomó un trago del vaso transparente. 

-¿Cómo te llamas?

-Celestine, ¿y tú?

-Siento que me lo preguntas sin interés, sólo por respeto. ¿De verdad quieres saber mi nombre?

-Sí, quiero saberlo

-Si tan interesada estás en averiguarlo...tendrás que buscarte la vida- Dijo torciendo una cínica sonrisa, y se levantó.

No lo volví a ver más, y sinceramente, me hubiera gustado.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2015 ⏰

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