El mito de los Senju (Introducción)

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Este capítulo creo que les parecerá un poco raro en cuanto a la narración, pero creanme es necesario.
Al fin les voy a soltar la sopa sobre Hashirama, pero eso será en el siguiente capítulo. Este es una preparación.
Ojalá les guste 🤞.
Dudas, comentarios, teorías, correcciones de ortografía y estrellitas son bienvenidas, siempre que nos tratemos con respeto.
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Desde la cordillera, el clan Inuzuka se maravillo y aterro al contemplar a sus dos más grandes temores materializarse.

Los sádicos bichos, estúpidos que solo piensan que su comportamiento errático, su desorden y la exterminación de cualquier extranjero del bosque (que era para ellos su forma de contribuir con el maldito clan de esos demonios) los mantendría en buenas relaciones y fuera del radar de esos hijos de puta.

Lamentablemente fijaron su vista en el clan de sus novias y por lo visto el peor de los demonios también. Sí ellos no se hubieran tomado su dulce tiempo, tal  y vez pudieron sacar de ahí a sus preciadas hembras.

Ese monstruo había abandonado por años el bosque y el clan Senju. De no ser por su tiránico y muy poderoso hermano  que mantenía un relativo estado de paz en la zona (a base de miedo y poca tolerancia) todos bajo el poder Senju se hubieran unido para aniquilarlos.
El les había dado la espalda repentinamente, después de pactar con los pueblos, aldeas y clanes, de los que derramó tanta sangre mientras su maldito padre seguía vivo.

El que hubiera vuelto y no hubiera exterminado a los nuevos habitantes de la región solo indicaría que tenía un interés en ello. Debían investigar urgentemente cuál y cómo aprovecharse de él para ejecutar si venganza. Entre más pronto lo hicieran mejor, por el momento toda su atención se centraría en castigar (extinguir mejor dicho) a los Aburame y sería una lastima perder esta oportunidad.
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En el centro, los Senju sentían un aire de incertidumbre. Su señor había vuelto, pensaron que por fin sus ofrendas habían contentado su corazón y volvería a guiarlos, llevándolos a una época de esplendor como había ordenado y hecho la señora del rayo de la Luna, su madre y patrona.
Pero no fue así, se encontraba distante; su hermano el señor de las aguas había tratado de delegarle más trabajos para que se reincorpora poco a poco al poder que le corresponde. Eso hubiera sido un alivio, porque aunque era una ofensa pensar así; el señor Tobirama aplicaba con más rigor su puño de hierro contra ellos que contra las comunidades a las que habían sometido y estaban bajo el poder del clan.

Habían hecho lo posible por agradarle, sobretodo después de la repentina muerte de su padre "El elegido de la diosa del rayo de la Luna". La única deidad que los había amparado. Temiendo volver a los tiempos anteriores a su protección, organizaron grandes fiestas y rituales funerarios en honor del gran Butsuma y sus hermanos menores (los cuáles murieron antes que su padre). Lamentablemente esto solo enfureció a ambos

Repasaron una y otra vez si los habían hecho al pie de la letra, según les enseñó su señora; y no encontraron error.

Pensaron que tal vez tenía el mismo carácter que su padre. Así que planearon lujosas ceremonias para honrar su ascenso al poder, pero él o no asistía o se metía en las planeaciones para pedir el dinero reunido y entregarlo a los pobres. Entonces hicieron grandes caridades y ayunos para agradarle, pero el mando a que desistieran porque según él. Sus intenciones no eran correctas ¿Pero que era más correcto​ que agradar a su señor? ¿Mantenerlo contento no era suficiente?

Faltos de ideas pensaron en qué tal vez cómo su padre, y ya que no era mortal como aquél, el desearía un reino. Su antiguo señor empleo grandes campañas de expansión que trajeron grandes riquezas y prestigio al clan. Sí continuaban esto no solo lo harían feliz ¡También el clan seguiría creciendo! ¡Un ganar-ganar!

Sólo que no ocurrió así...
En cuánto se lo plantearon...Su señor estalló en un terrible llanto, las plantas y la comida (salvo la carne) se pudrieron de inmediato. Cuándo sus lágrimas se secaron llamó a todos los altos mandos y se dirigió a cada comunidad conquistada, desde la más extensa hasta la más pequeña y a todas les ofreció la libertad o pactar la paz.

La mayoría, temiendo que fuese una trampa o un capricho de esa devastador ente, eligió quedarse a su mando. Los pocos que reunieron el coraje para pedir su libertad se exiliaron del bosque lo más rápido que pudieron. Su señor dió la orden de qué aquél que interfiera en se escape sería asesinado en el acto.

Una vez que acabo con la última reunión, miró al cielo nocturno, y viendo a la Luna (posiblemente a su madre) le dijo a su hermano que le encargaba el clan y sus asuntos; cuándo acabó de hablar simplemente empezó a caminar. Todos pensamos que estaba dando una caminata cómo hacía siempre pero cuando no regresó en tres días supieron que algo andaba mal. Lo buscaron por mucho tiempo.

El los abandonó por años, sin decirles ni una palabra.

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Un día simplemente sintieron en sus venas, en su carne, en lo profundo de su ser que había vuelto. Hasta los más pequeños que no lo conocían sintieron que algo grande estaba pasando.

Tampoco les dirigió la palabra y siempre desviaba la mirada tratando de no verlos. Sólo que esta vez cargaba un aire melancólico y estaba muy ansioso.
Habían soñado tanto por esta oportunidad y ahora...No tenían ni idea de que hacer.

Así que mandaron a los niños a vigilarlo. Su señor tenía una debilidad por ellos, pero los niños no entendían que pasaba y porque no podían animarlo con sus juegos.

Afortunadamente las ancianas lo resolvieron. De la nada todas le cortaron el paso y le ofrecieron flores (importadas claro, el señor Tobirama les restringía el acceso al agua y se aseguraba de no mojar las tierras de sus cultivos para que tuvieran que importar todos sus alimentos). La más longeva de todas le dijo muy en alto: ¿Cómo se llama mi señora? Somos viejas y algunas de nosotras alcahuetas. Díganos lo que le aflige y nosotras le aseguraremos el corazón de nuestra señora.

Y por primera vez en años, él decidió confiar en nosotros otra vez.

 

El celo del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora