Treinta y siete

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Zee estuvo esperando con ansia la respuesta de su vecino, la cual no llegó hasta la tarde del día siguiente y en forma de mensaje de texto.

Mensaje de Saint
"Está bien, me prestaré a esta farsa. Espero que funcione y mi hermano nos deje en paz".

El moreno sonrió feliz y entonces escribió su respuesta.

Mensaje de Zee:
"Gracias Saint, no te arrepentirás. Juntos lo conseguiremos. Hasta mañana pequeño".

Cuando Saint salió de su casa esa mañana para ir a clase, se topó con el mayor esperándolo apoyado en el coche, entonces este respiró hondo y caminó con decisión hacia él con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola Zee, list...

El castaño no pudo terminar de hablar pues su falso novio vio que el pelo mechas salía de la casa, así que estiró el brazo y lo atrajo hasta que este chocó contra su pecho y acto seguido lo besó de nuevo.

El castaño no pudo terminar de hablar pues su falso novio vio que el pelo mechas salía de la casa, así que estiró el brazo y lo atrajo hasta que este chocó contra su pecho y acto seguido lo besó de nuevo

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Sanit los vio molestandose al momento, entonces chasqueó la lengua pero no dijo nada, solo siguió caminando hasta pasar de largo.

Tras romper el besó, el moreno sonrió seguido de un mareado castaño, el cual tuvo que apoyarse en el coche para no caer.

—¿Lo has visto?, ni siquiera nos ha dicho nada, ¿Ves solo ladra pero no muerde?.

Luego de eso, los dos chicos subieron al automóvil y se fueron a la Universidad, mientras que el pelo mechas caminaba lleno de rabia.

—¡Malditos idiotas!, la verdad es que son tan para cual pero que ni crean que los dejaré ser felices tan fácilmente.... Ya me encargaré de que no duren, esa relación está sentenciada al fracaso.

Un tiempo después, tras llegar al campus y antes de bajarse y entrar en el edificio, el mayor detuvo a Saint  sujetándole la mano suavemente.

—Recuerda que debemos actuar como novios todo el tiempo...Tu hermano o cualquiera de sus amigos puede estar vigilando...ah y no se te ocurra revelarle a nadie que esto es de mentira o estaremos perdidos.

—Está bien, no te preocupes...lo haré bien.

Finalmente se bajaron y caminaron juntos hasta el interior de la Universidad, ya iban a irse cada uno a su clase cuando vieron llegar a uno de los mejores amigos de Sanit, así que de nuevo Zee cogió a su falso novio y lo acercó dejando un tierno beso en los labios.

—Nos vemos en el descanso, cariño—le dijo este guiñando uno de sus ojos—...voy a extrañarte hasta entonces.

El castaño lo miró hipnotizado, sabía que era mentira pero el mayor era tan jodidamente convincente y besaba tan increíblemente bien, que era imposible que alguien dudase de que fuese una farsa.

Toda la mañana, el más joven estuvo  flotando en una nube, recordando los besos que su guapo vecino le había dado, sonreía como un bobo mientras que su corazón le saltaba de felicidad dentro del pecho.

En el descanso, este salió para encontrarse con sus amigos en su lugar de siempre, los cuales aún no sabían nada aunque no tardaron mucho en saber la nueva noticia.

Ya llevaban un tiempo sentados en la hierba cuando de repente apareció por allí el moreno y tras saludarlos con un simple hola, cogió de la mano al castaño y caminaron unos pasos.

—Hola pequeño, no aguantaba más sin verte—dijo este sonriendo y volviéndolo a besar.

Tanto los amigos del pelo mechas  como sus amigos y el resto de estudiante que los vieron, entonces dieron por hecho que eran pareja, por lo que hubo aplausos, gritaron y hasta les silbaron, tan solo Sanit que estaba junto a sus amigos, los abucheó y apretó los puños muy enfadado.

—Joder con Pruk, se va ha comer a tu hermano pequeño—dijo riéndose uno de sus amigos.

El pelo mechas entonces lo fulminó con la mirada y sin más lo empujó tirándole al suelo.

—¡Hey tranquilo!, ¡Él no tiene la culpa! —le gritó otro de ellos.

—¡Jodeos!

Este se fue de allí y regresó al interior del edificio, entró en el baño pues no quería seguir viendo a la pareja y furioso golpeó la pared varias veces.

—¡Idotas!, ¡Idiotas!, ¡Idiotas!...

Sabía que pronto todos no tardarían en mofandose de él por perder en la apuestas y por estar viendo lo rápido que el moreno lo había sustituido y nada más y nada menos que por su hermano pequeño.

—¡Me las vais a pagar, malditos  idiotas!, ¡Lo juro!, ¡Lo juro!...

—¡Me las vais a pagar, malditos  idiotas!, ¡Lo juro!, ¡Lo juro!

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4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora