Había pasado mucho tiempo desde que no sentía ese escalofrío recorrer por toda mi espalda hasta convertirse en una especie de sudor que bajaba por mi frente. De verdad estaba sudando.
Era un domingo alrededor de las siete de la tarde cuando yo me encontraba frente a la computadora trabajando en unos diseños que me había pedido un amigo para su nuevo negocio. En lo que encontraba un trabajo estable, esos pequeños encargos de diseño grafico salvaban mi precaria economía, así que procuraba seguir aprendiendo técnicas y muchas otras cosas más para que mi trabajo como diseñador sin título, solo por hobby me pudiera seguir dando un poco en lo que encontraba un buen trabajo.
De pronto mi celular se iluminó. Era Emmanuel con un mensaje que decía "De verdad que ya no lo soporto, cada vez sus tonterías son más recurrentes y esto me esta desgastando. ¡Nos podemos ver pronto?"
Yo ya no sabia que decirle. Había pasado esa escena tantas veces que ya había perdido la cuenta de todas las veces que le pedía que se alejara de esa relación toxica en la que los celos y las peleas de ambas partes de la relación habían desgastado todo lo bonito que un día hubo, pero también sentía un gran sentido de responsabilidad porque fue mi culpa que ellos dos quedaran de novios. Los había presentado cuando yo mismo me canse de escuchar una y otra vez a Emmanuel diciendo que necesitaba algo bonito, que ya estaba cansado de conocer y conocer hombres, que más bien parecían niños inmaduros de 4 años que solo lo dejaban con mal sabor de boca, y también, mal sabor de cama, por}que decía que no importaba lo maravilloso que pareciera el tipo, al final de hacer lo que ustedes y yo sabemos que hacían, siempre terminaba decepcionado de si mismo por no sentir ninguna clase de afecto hacia ellos, y que siempre terminaba comparando a cada uno con Mikkel, uno de esos hombres que conoció y que le había prometido el cielo y las estrellas, con quien estuvo saliendo por dos mese pero los miedos de Mikkel a ser descubierto por su familia lo orillaron a tomar la estúpida decisión de alejarse de Emma. Sin excusas, sin razones, un día dejo de responderle.
Un buen día Frank me envió un mensaje por Messenger como intentando liga, pero después de intercambiar algunos mensajes nos dimos cuenta de que nada sexual ni romántico funcionaria entre él y yo, y terminamos hablando sobre nuestras exparejas y quedando en salir a tomar unos tragos, y así paso.
Fuimos al Dolores, un bar en la ciudad muy bonito y pedimos unas cervezas, las cuales se convirtieron en algunas otras, pero la platica fluyo tan bien que me di cuenta de que era una persona con muchas inseguridades dentro de si, pero con una gran capacidad para amar que lo compensaba todo.
Era una persona que solo necesitaba ser amada.
Así que lo recordé en una plática que Emma y yo estábamos teniendo. De esas que tienes con tu mejor amigo antes de dormir donde se platican mil y una cosas. Emma me estaba contando que su padre le había dado un golpe en la calle pues no le gustaba la manera en la que estaba caminando. -Caminas muy afeminado, y ya te he enseñado como tienes que caminar. Pareces joto- Me contó que le dijo.
Lamentablemente, su capacidad de amar a los hermanos de la iglesia donde se congregaban no era la misma capacidad que su padre tenia para amar a su hijo tal cual era, y buscaba cambiar toda señal que le dijera "Tu hijo es gay".
Y para poner a Emma un poco mejor le dije:
-Emma, te tengo una gran sorpresa, espera un momento-.
-Desperdicio, ¿Estás ahí? - le envíe a Frank por privado, teníamos una forma algo pesada de tratarnos.
- ¿Qué cojones quieres, tío? - Respondió casi que al instante.
- Bajarle un poco, que te tengo una sorpresa, pero necesito que saques tu lado más tierno. Te lo suplico. Espera un momento- le respondí.
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De Aquí, Hasta Aquí.
Dla nastolatków¿Cuánto es suficiente amor para alguien que amas? ¿Como saber que amas a ese alguien a pesar de todo lo que sucede al interior de una relación a distancia. Jorge y Eduardo se han conocido a través de internet y deberán encontrar la manera de hacer q...