Valentina estaba sentada en una de las bancas de la estación de gasolina, viendo hacia la calle. Tenía en su regazo una revista de turismo que alguien había dejado olvidada en la gasolinera, ya se la había aprendido de memoria de tanto verla. A veces hacía pausas esperando que algo interesante pasara. Ese día en especial había sido bastante aburrido, apenas empezaba la tarde y ya el día se le había hecho eterno. Solo dos autos se habían desviado en toda la mañana al pueblo para recargar gasolina, retomando luego el camino a la carretera, hacia algún lugar más interesante como destino.
Pensó que su imaginación la traicionaba al ver a lo lejos a una chica caminando con una motocicleta al lado, la chica se acercaba cada vez más, en dirección a donde ella estaba sentada. La chica miraba con dirección al taller, lo que hizo suponer a Valentina que su motocicleta había tenido un desperfecto.
Val: ¿Te puedo ayudar en algo? -Preguntó a la morena que cada vez se acercaba más. Valentina hacía sombra con la revista, ya que el sol la molestaba. No sabía si lo que la deslumbraba era la luz del sol o la belleza de la chica.
-Hola ¿Sabés a qué hora abren el taller? Tuve un problema con mi moto. -Preguntó.
Val: Mmmmm... Sígueme, lo averiguaremos.
-Llegaron a la puerta del taller, la fachada aparentaba más bien ser una gran bodega vieja de madera, la encontraron cerrada con candado.
Val: Está cerrado. Soy Valentina, por cierto. -Dijo extendiendo su mano.
”Juliana”, respondió la chica devolviendo el saludo, con cara un poco molesta.
Jul: No pues sí había visto que estaba cerrado, por eso te pregunté si sabías del horario. ¿Conoces al mecánico? ¿Sabes de alguien que me pueda arreglar mi moto?.
Val: Sí sé de quien pueda arreglar tu moto…
Jul: Genial. ¿Me podrías dar su número o avisarle? ¿es bueno arreglando motos?.
Val: ¿Qué te hace pensar que es un mecánico?.
Jul: Pues los mecánicos son quienes arreglan las motos y coches.
Val: Lo que quise decir, ¿qué te hace pensar que es un mecánico?, hombre.
Jul: No sé, es como lo normal, ¿no?, lo más común.
-Valentina no respondió, negó con su cabeza, sacó unas llaves de su riñonera y abrió el candado de la puerta del taller.
Jul: Oh…
Val: Pasa.
-Juliana siguió a Valentina al taller, aún sosteniendo su moto. Era una vespa color turquesa claro. Valentina sabía que esas motos, del modelo que tenía Juliana, no eran nada baratas.
Juliana vestía un short color marrón y un sweater negro largo, debajo una blusa clara de tirantes. Al ver sus piernas descubiertas pensó en el frío que debió darle el choque del viento al conducir la moto en carretera. Valentina llegó a la conclusión de que Juliana definitivamente había improvisado su salida, o que era la primera vez que salía en motocicleta por carretera. Su ropa no era la adecuada para andar en motocicleta.
Valentina tomó unos guantes y una caja de herramientas, dispuesta a revisar la moto.
Jul: No hace falta, yo sé lo que tiene.
Val: ¿Ah sí? ¿Tú sabes de motos?.
Jul: ¿Por qué no podría saber de motos?.
Val: No, es que… sin ofender, te ves cómo un poco… no sé qué otra palabra usar para no ofender diciéndote fresa.
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Perdernos para encontrarnos
FanfictionMi primer One Shot como parte del #JuliantinaFFChallenge de Twitter.