Para el día de San Valentín, Harry recibió una carta firmada por un tal "T", en la cual le comentaba que le atraía y que se lo confesaba por medio de una carta porque aún no estaba listo para decírselo en persona.
Le decía que nunca habían intercambiado más de un saludo, si se podía considerar saludo a inclinar la cabeza cuando estaban cerca, pero la imagen que tenía de él le llamaba la atención.
Entonces, comenzaron a intercambiar cartas. Harry había enviado una respuesta con la misma lechuza, y ahora, casi todas las noches el ave llegaba al dormitorio de los chicos de Gryffindor de último año con una misiva nueva.
Esa noche, después de casi dos meses del ir y venir del ave, habían acordado por fin verse. Harry por fin conocería a "T" y estaba tan nervioso que sentía que el estómago se le apretaba.
El corazón le palpitaba rápido y con fuerza mientras atravesaba los solitarios pasillos del séptimo piso. Era tarde, y el toque de queda comenzaría pronto, pero poco le importaba a Harry. Tenía tantas ganas de saber quién era el chico y de poder averiguar si podría abrazarlo para saber si era real.
Cuando está a punto de doblar al siguiente corredor y llegar al punto de encuentro, Harry se topa frente a frente con una pequeña snitch que lo desconcierta. Frunce el ceño confundido, mira hacia su alrededor para averiguar si le pertenecía a alguien, pero al parecer estaba solo. Estira el brazo para alcanzarla y se sorprende cuando la bolita no intenta escapar ni ser escurridiza. Sus dedos se cierran sobre ella y casi al instante se abre, dejando en evidencia un pequeño trozo de pergamino.
"Cerveza de mantequilla, tarta de melaza y bocadillos salados" ponía.
Harry frunce el ceño, todavía más desconcertado, y continúa con su camino para encontrarse con T. Habían quedado de encontrarse fuera de la sala de Los Menesteres, pero cuando llega, el corredor estaba vacío por completo.
Siente como si una piedra le cayese en el estómago, imaginado que el chico se había arrepentido. Se afirma contra la pared para esperar. ¿Habría olvidado la hora? ¿Todavía no estaría listo para conocerlo? ¿Había él confundido la fecha?
Mira sus manos, a la snitch, más pesada que las que se utilizan en el quidditch, y relee el mensaje. "Cerveza de mantequilla, tarta de melaza y bocadillos salados". T odiaba la tarta de melaza y le gustaba acompañar la cerveza de mantequilla con algo salado.
Harry se quiere golpear la cabeza contra la pared.
Entendiéndolo, se voltea, cierra los ojos y solo piensa en la frase de la snitch.
Una puerta se materializa frente a él, y con el corazón de vuelta a latirle con fuerza, se apresura por alcanzar el picaporte y la abre.
Tras ella se encuentra a Theodore Nott, sentado sobre una alfombra felpuda entre miles de cojines y una pequeña mesita con un millón de bocadillos y cerveza de mantequilla, aunque para él había un enorme trozo de tarta de melaza. Alrededor, todo estaba iluminado con velas dispersas sin un orden aparente, que le daban a la habitación un aspecto acogedor.
—Harry -le dice, suavizando la expresión de su rostro. Harry imagina que quizás él también pensaba que se había arrepentido de ir.
—¿Nott? -pregunta sorprendido. El aludido asiente lento, como si temiera que él se diese media vuelta y se fuera —Perdón. Digo Theodore.
—Pensé que te habías arrepentido.
—No -responde, negando con la cabeza también. —Para nada.
Theodore le sonríe y Harry entonces se percata de que jamás había tomado en cuenta al Slytherin. Le sonríe de vuelta y el otro levanta una ceja.
—Por qué no entras antes de que alguien se dé cuenta. -sugiere. Harry asiente y se acerca hasta él.
—No puedo creer que nos escribamos todas las noches y por fin sé quien está tras las cartas. -comenta Harry, sentándose frente al pelinegro quien le hacía una seña para que se sirviese.
—Un Slytherin con un Gryffindor. Tenía que aprender a digerirlo antes. -bromea. Harry ríe y rueda los ojos. —¿Te esperabas a alguien más?
Harry niega sin pensarlo. La verdad, si bien no se esperaba a Nott, realmente no se le ocurría quién podía ser.
—No me esperaba a nadie en particular.
Los dos intercambian una sonrisa. Harry prueba la tarta de melaza, la cual estaba exquisita, y luego de un par de horas, a pesar de que ninguno quería dejar el lugar, deciden que ya es tiempo de volver a sus salas.
—La he pasado bien. -confiesa Harry. Theodore asiente.
—También yo. -dice. Y antes de que agregase algo más, su impulsividad actúa por él. Harry da un paso más hacia el Slytherin para apoyar una mano en su pecho, y sin pensarlo, acerca sus labios a los de Theodore.
Se besan lento, conociendo los labios del otro, impregnados del sabor de la cerveza de mantequilla.
Harry enreda las manos sobre el cuello de Theodore, mientras que este lo acerca más hacia él. Quiere sugerir otro par de minutos dentro de la sala, e imagina que, por como Theodore comenzaba a usar la lengua, él también. Sin embargo, ninguno alcanza a sugerirlo.
—¡Theodore Nott, Harry Potter! -la voz de la profesora McGonagall los hace separarse tan rápido que Harry casi tropieza por el impulso que se da hacia atrás. —¿Se puede saber qué hacen a estas horas, cuando deberían estar en sus dormitorios?
Ninguno de los dos se aventura a una excusa.
Esa noche, ambos se ganan un castigo y pierden una cuantiosa cantidad de puntos para sus casas. Sin embargo, cuando se miran por última vez, los dos están de acuerdo con que el castigo ha valido la pena.
***
¡Hola! Me puse al día con el Fictober jaja, mañana por fín publicaré en el día correcto.
TheoXHarry a petición de una lectora. Es la primera vez que escribo sobre ellos. Ni siquiera he leído sobre ellos así que espero que esté bien. jiji
Muchas gracias por leer!
=Elie.
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Fictober | Drarry y otros ships.
FanfictionUna historia diferente para cada día de octubre, según reto del grupo de facebook Wizarding Shippers. El reto consiste en escribir distintas historias en base a palabras diarias.