Capitulo 148

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Lara.

No sabia si sentirme bien porque Santiago no tenia ninguna atracción por mi y nunca lo haría o sentirme mal por el desaire. Como si yo fuera un trozo de basura.

Igual no era un sentimiento que me afectara. Me senté en el mueble de la gran sala y busque ayuda de un amigo en común de Santiago y yo.

El único que se me ocurría era Luke, porque Jhon ni siquiera quería mirar a Santiago en pintura y menos de esta manera.

Llame a Luke, pero no contesto. Le deje un mensaje en donde decía que necesitaba su ayuda.

Subí otra vez al cuarto de Santiago, ya no estaba en la cama. Me asuste y comencé a llamar.

Me asome por el pasillo donde se encontraban los demás cuartos.

-Santiago.- llame.

−Dime.- pegue un salto del susto cuando apareció en su cuarto de una puerta, que suponia que era el baño de la habitación.

−Casi me matas de un susto.- dije pero me quede impactada a ver a Santiago con una toalla amarrada a la cintura y su torso todo mojado.

Fui subiendo la vista y tenia su cabello mojado y los moretones de la cara se veían mas limpio.

Olía a gel de baño. Santiago podía ser fácilmente un Dios griego y el lo sabia.

−Ahora me harás un show nudista? Porque créeme que ya vi todo eso.- dije mientras desviaba la vista para no seguirlo mirando.

Santiago elevo una ceja.

−Creo que la que quieres que yo haga un show nudista es otra.- Entonces se quito la toalla quedando desnudo.

−SANTIAGO QUE HACES.- de inmediato voltee.

−Se supone que ya como tuvimos sexo, miraste todo esto ayer.- quería que la tierra me tragara.

Sentía mis pómulos calientes, estaba roja. Ya estaba entrando en su juego, no lo permitiría.

Así que me devolví a mirarlo.

−Claro, por cierto. Ayer al principio no hubo nada. Tenias... como decirte..mmm. Lo tenias como dormido.- Esta me las iba a pagar.

−Como así Lara? Explícate mejor.- quería tirarme al piso a reír.

Lo próximo que diría seria un golpe en el orgullo masculino de Santiago.

−Sabes, disfuncion eréctil. No puedo creer que sufras de eso tan joven.

−Mentira.

−No hay nada que unas pastillas no arreglen. También pudo haber sido efecto de todo el alcohol que había en tu sistema.-

Santiago se vistió, vi sus moretones en la espalda. Dejo su pecho descubierto. Tenia que cambiarse el vendaje.

−Necesito ayuda Lara.- Dijo mientras se quitaba el vendaje de viejo y ponía unas nuevas vendas en la cama.

Yo asentí como la cabeza.

Me puse detrás de el.

−Todavía nadie me contesta para quedarse contigo, así que seremos tu y yo por un rato mas.- Respondí mientras daba la vuelta a su abdomen con la vendas.

Roce su espalda y entonces su piel se erizo. Tenia respuesta a mi contacto.

Desvié en seguida los pensamientos de ese estilo de mi cabeza.

El carraspeo y en seguida se alejo de mi.

−Me puedo quedar solo.- Santiago lo dijo con nostalgia.

−Eso es lo que quieres? Me puedo ir...-

−No, mejor quédate.- Inmaduro dijo de una vez.

−Esta bien, ahora te toca la medicina.

Otra vez haciendo de niñera, debería hasta pagarme.

Le puse la pastilla en su mano. Y con cuidado se la tomo.

Se recostó en su cama y cerro los ojos. Yo me senté en un sofá cerca de su cama.

El silencio se hizo largo y pensé que estaba dormido. Mientras yo revisaba mi teléfono y una que otra vez volteaba a ver si seguía con los ojos cerrados.

−Lara.- acaso había estado todo este tiempo despierto pero con los ojos cerrados?

−Que paso Santiago?.

−Segura no utilizamos protección ayer?.- sabia que esto lo estaba comiendo, pude oír el pánico en su voz.

Quería desmentir lo ocurrido ayer, pero quería tenerlo un poco asustado y sufriendo por un rato mas.

−No. Además tranquilo, puedo criar a un hijo sola, no seria la primera madre soltera en este mundo.- El se paro de golpe.

Respire profundo para no reírme, tenia que continuar un rato mas con la mentira. Esto me estaba divirtiendo demasiado.

−No juegues así LARA.

Mi teléfono comenzó a sonar y yo me pare de inmediato, era Luke. Salí al pasillo y conteste.

−Lara cuéntame.

Entonces le explique toda la situación. Luke y Santiago no se hablaban ni se trataban desde hace días, estaban peleados.

Pero se lo rogué tanto y no lo pensó mucho, antes de decir que vendría pronto.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora