Ella subió al vagón y quedó cerca de la puerta.
Él, más al fondo, se sintió inmediatamente atraído y fijó su mirada.
Ella se dio cuenta, se sonrojó y finalmente sonrió.
Él apartó la vista, un poco, pero era imposible despegarse.
Ella le devolvió la mirada, ahora más tranquila, y le parpadeó.
Él se relajó, también sonrió y parpadeó a su vez.
Ella bajó y lo quedó mirando, rogándole con la mirada que se baje también.
Él se movió rápido, pero no alcanzó.
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Cambio de luces
Kort verhaalA veces, tenemos solo un instante para cambiar nuestra vida