¡¿Un niñero?!, tengo 19 años, para qué querría uno, me puedo cuidar sola.
Siento que mis padres están exagerando, puedo vivir sola por unos meses, si ya el próximo año me iría de casa, ¿Porque quieren que tenga un niñero?.
Ya no puedo hacer nada ante la situación, se van en la madrugada y por la mañana ya no estarán.
Horas antes...
Estaba en casa de Kimberly, mi mejor amiga, cuando mis padres me llamaron para que me devolviera a casa.
Es raro, ellos nunca me llaman para que me devuelva. Quieren cenar juntos conmigo, y me quieren contar algo.
¡La verdad, tengo algo de miedo!, nunca me llaman para cenar, menos un viernes por la noche , y que me quieran contar algo más me pone nerviosa.
Llegue a casa y me estacione, baje de mi auto y me dirigí hasta la casa.
Mi casa es muy grande ya que por el trabajo de mis padres le dan ciertos lujos. Es blanca, en el segundo piso tiene dos ventanas con marco café, al rededor de la puerta hay unos arbustos con flores rosas, el césped rodea toda la casa, hay un camino de piedra hasta llegar a la puerta. En el jardín trasero está la piscina, hay unos árboles y hermosas flores, un sector para compartir donde hay una mesita de centro y unos sillones de jardín.
Entre y no se escuchó a nadie, ni si quiera Claudia y Ester, mis nanas.
Me dirigí por el largo pasillo llegando a el comedor.
Entre y la mesa estaba decorada muy bonita, mis padres salieron de la cocina con unos platos.—Hola amor—exclama mi madre dándome una sonrisa mientras deja los platos en la mesa.
—Hola—exclame mirando sorprendida.
Mi padre me da un beso en la frente y me rodea de los hombros—Justo llegaste a tiempo.
—¿Y esto?, ¿Ustedes cocinaron?.
—Si, Queríamos estar contigo antes de irnos—exclama mi madre mientras los tres nos sentamos.
—¿Irnos?,¿Adonde se van?.
—¡Madi!, como no te vas acordar, te hemos dicho casi hace dos meses que nos vamos—exclama mi padre con desilusión en su rostro.
—Nunca nos tomas atención—exclama mi madre.
—¿Y esta vez porque hicieron una cena?, siempre solo se van.
—Porque esta vez no nos vamos por dos o tres días—exclama mi madre.
—¿Por cuanto se van?.
—Nos vamos por cuatro meses—exclamó mi padre.
—¡Que!, ¿Cuatro meses?, ¿Como?, ¿Por que?.
—Madi si nos tomarás atención mientras te hablamos y no estás pegada a ese aparato sabrías que llevamos planeando este viaje hace mucho—exclama mi padre.
—Pero...que...que haré, ¿estaré con Claudia y Ester?.
—¡Si!, ellas estarán, pero no puertas adentro, vendrán dos tres días a la semana.
—¿Y quien cocinará?—exclamé.
—Tu niñero—exclama mi madre.
¡Okey!, esto no está bien.
—¡¿Niñero?!, yo no quiero un niñero.
—¡Tendrás uno aunque quieras o no!—exclama mi madre.
—¡No!, no quiero uno.
—¡Lo tendrás!, ¡esta decisión no es tuya!—grita mi padre enfadado con un tono muy grave.
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¿Para que un niñero?.
Romance¿Que harías si tus padres se van 4 meses por un viaje de trabajo y contratan a un niñero?. Madison tiene 19 años y vive con sus padres, ellos son unos famosos abogados que pasan viajando pero esta vez tienen un viaje más largo que lo normal. ¿Podrá...