Whatsapp 1:03pm
Néstor
Nos vemos esta noche?
Necesito hablar contigo
Muerdo mi labio, leyendo la notificación de su mensaje por milésima vez. Y cada vez que lo leo me pongo a pensar más y más de que pasará.
Ya pasaron cuatro días desde que anduvimos en Mazatlán. Yo terminé por venirme a Culiacán esa noche y él estoy segura que acaba de llegar. No le dije que me venía y solo se dió cuenta por medio de mis estados de Whatsapp.
Se que está sacado de onda por cómo me he estado comportando. No le mando mensajes y si el me manda le respondo seco y bueno pues no le dije que me venía.
La verdad no sé por que lo hago, pero la realidad es que tengo miedo, miedo de perder en este juego del amor.
Se me revuelve el estómago de sólo pensarlo.
Al fin me armo de valor y decido responder.
T/N
tienes razón, si necesitamos hablar
En caliente me responde de vuelta. Lo cual me pone más nerviosa.
Néstor
a eso de las 8 paso por ti a cenar?
T/N
okai esta bien nos vemos
Al llegar las 8 finalmente estoy lista.
Estoy que no puedo con mis pinches nervios. No sé por qué estoy así la verdad, son pocas las veces o situaciones donde pierdo mi compostura.
No quiero perder a Néstor como persona, pero la realidad que me atormenta es que si lo nuestro no funciona nuestra amistad quedará caducada. Sé que aunque llevemos años de amistad, esto qué hay entre nosotros es mucho más y perderlo dolería tanto qué ni nuestra amistad pudiera mantener.
Es de esas muy pocas veces que es todo o nada con una persona.
Para que no se baje a tocar, me salgo para afuera a esperarlo mejor. En eso veo que viene ya llegando en su troca negra.
No espero a que se baje a saludarme y me rodeo para subir al pasajero. -Hola. ¿Como te va?- le pregunto con una pequeña sonrisa al subirme.
Se me queda viendo tantito raro pero recupera el semblante y sonríe una sonrisa igual como la mía. -Bien, acabo de llegar hace rato y tengo un chingo de hambre. Y tu, ¿que cuentas?- Me voltea a mirar antes de regresar su mirada hacia la carretera.
Rápido sé por qué me miró raro, y es por la simple razón de que no lo salude de beso y abrazo como acostumbramos. Solo me subí como burra y me puse el cinturón de seguridad.
-Pues ya sabes, lo mismo de siempre.- Me limito a solo eso y encoger los hombros. Me voltea a ver nuevamente, se que se pregunta por qué actúo así. La verdad es que a mi misma se me complica la respuesta, pues él no tiene la culpa del miedo que me provoca enamorarme de él.
El solo asiente y yo saco mi celular para surfear mis redes. Prefiero no discutir algo tan importante en el carro y esperar a llegar al restaurante mejor.
Me trajo a nuestro lugar favorito en la ciudad. Me entristece pensar que ahora este lugar guardará un momento triste. Sí me saca de onda por que sé que ya no podré venir aquí a gusto después de hoy.
Después de ordenar la mesera se retira y nos quedamos viendo el uno al otro. Los dos tratando de figurar qué pasa dentro del otro.
Trato de memorizar cada centímetro de su cara, por que sé que después de hoy no podré verlo más.
