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La pálida y serena luz de luna atraviesa la ventana de mi cuarto. La oscuridad no está presente está noche, pues nos resguarda la luz de luna que ilumina los campos de trigo, el aire es tibio, indicio que hará un gran frío mañana.
Mis lágrimas no paran de salir de mi y no las detendré, quiero llorar, necesito llorar.
La tristeza que hay en mi, la nostalgia, mi desesperación, mi anhelo y deseó. Estoy tan triste.

(No se cómo vivo sin ti)
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El sol me cega, no tengo opción más que pararme, restregó mis ojos y me coloco mis lentes, me paró de la cama y bajo las escaleras hacía la cocina.

- Buenos días, Delfín- me saluda mi padre sin despegar los ojos de su celular.

- Buenos días, pa' - abro el refrigerador y saco un cartón de leche.

- ¿Hasta cuando piensas faltar a clases? - dice con una voz severa, serena y estricta.

No le respondo.
No tengo ganas y ánimos de ir a la escuela, simplemente no quiero ir a perder el tiempo a un lugar donde ya se todo.
Saco un plato de la alacena.

- ya llevas una semana sin ir. Si no vas, tendré que retirar mi apoyo económico de esas clases que recibes en las tardes - me exige sin mirarme a la cara.

(¡Tushe!)

Dejo salir un largo y desganado suspiro, muevo mi cabeza en afirmación. No tengo opción.

- Mañana iré a la escuela - pongo mi plato en la mesa al igual que el cartón de leche.

Mi padre mira su reloj.
- Bueno, me voy, regresaré tarde - toma sus cosa y se van sin más.

Traigo el cereal y me sirvió.
A veces no se si mi padre siente la pérdida de mi madre o si al menos le importa. Tal vez su trabajo lo trae tan ocupado que ni siquiera le da tiempo de pensar en ella o tal vez...

(Ja ja ja, no puede ser eso, ¿En qué estoy pensando?)

Me siento y como.

(Huummmm... Mi cuarto necesita una limpiada ¡Que flojera! También necesito limpiar... Pues toda la casa...)

- y... ¿Qué hay de desayunar? - Akatzin se sienta frente a mí.

- ¡Hay!...Se me había olvidado que estás aquí - Akatzin está sentando frente a mí - ¿Puedes... Comer?- digo algo extrañado.

- ¡Claro! Algo así, pero no es necesario, solo es broma...- mira a su alrededor, observando las fotografías que hay en la pared y cada decoración de mi casa.

Lo observó detenidamente.
(¿Se a cambiado de ropa?)

- ¿Te... Cambiaste de ropa?- lleva una playera blanca sin estampado y un pans gris.

- ¡Ha! Si, el traje de antes era solo el uniforme - ríe de si mismo - además así me siento más cómodo... ¡Ha! También quería comprobar algo - se para de la silla y se dirige a la ventana de la sala - ¿Quisieras acercarte? No te haré nada - me sonríe.

- ok - digo sin más, dejando mi plato de cereal un momento - ¿Qué es lo que quieres comprobar?

- Normalmente, por más especial e inusual que sea tu "Don", nadie nos puede ver... Excepto a qué seas un futuro guardia - saca de su pantalón una piedra de color azul profundo, simplemente una pieza hermosa.

- ¿Qué es esa piedra? ¿Puedo?

- claro - me entrega la piedra.

Esta piedra tiene un hilo enredado en el, en forma de collar.

- está piedra se llama "Ámbar de alma" solo nace, por decirlo así, en dónde yo vivo - me explica un tanto orgulloso de mi curiosidad.

- ¿En el más allá? - lo miro a él.

- Sí. Esta piedra es ámbar de un árbol de allá - me pone la mano para que se la devuelva y lo hago - ahora, acércate.

Akatzin pone el "ámbar de alma" contra luz y está proyecta una luz, imitando a una lámpara.

- ¿Podrías hacer de lado tu pelo de la frente?- me hace una señal.

- ¡Ha! Ok - me recojo mi pelo con la mano para que mi frente este libre.

Akatzin ilumina mi frente con el ámbar. Frunce el seño.

- negativo- susurra para si mismo - ¿podrías mostrarme ambos brazos?

- si - me recojo las mangas de mi playera de manga larga.

Ilumina de igual manera ambos brazos. Vuelve a fruncir el seño.

- ahora tus piernas...- interrumpo a Akatzin.

- ¿Quieres que me quite los pantalones?- hablo sin comprender lo que digo.

- ¡No, no, no, no! - lo piensa por un momento - bueno... si - dice avergonzado.

-¡¿QUÉ?!- gritó indignado.

- solo por un momento, prometo que será rápido - me súplica.

Refunfuneo. Me quitó los pantalones. Akatzin me alumbra con la luz del ámbar, y en mi tobillo izquierdo un símbolo tatuado se hace presente. Akatzin sonríe.

- ese símbolo es del elemento agua - Akatzin me pone su mano en mi hombro - ¡Felicidades! Delfín, eres un futuro guardián como yo - me sonríe - supongo que por eso pudiste abrir las puertas y pudiste vernos.

- yo no tenía eso en mi tobillo - digo asombrado y asustado - ¿Cómo es que la tengo? ¿Qué significa ese símbolo?

- la luz muestra cosas que duermen en tu alma, por eso se llama "Ámbar de alma" y si hablas de algo científico, no tiene explicación - alza los hombros muy sereno - y ese símbolo es el símbolo del agua en mi hogar, por lo cual tu elemento es el agua, así de simple - Akatzin se pone el collar, en su cuello. Tiene otros dos.

- ¡Ah! Bueno - mi voz tiembla y me río nerviosamente- eso tiene más sentido... O sea qué... ¿Puedo controlar el agua? ¿Cómo en Avatar? - digo algo facinado ante la idea de cumplir mi sueño de la niñez, lo cual me asusta.

- Algo así - dice no muy convencido.

Vuelvo a la mesa y me terminó mi cereal.

Entre tierra y agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora