3 años antes. Casa "Afrodita"Por favor, que sea de Alemania.
Por favor, que sea de Portugal.
Por favor, que sea de Bután.
Por favor, que sea de Taured.
Por favor, que sea de algún país sin un Mundo Libre.
Por favor, que me ame, que no me vea solo como un juguete sexual y de mera reproducción.
Por favor, que me trate bien, que no me golpeé.
Por favor, que me valore.
Por favor, que me libre de esta pesadilla.
- ¡Bellamy! ¿Dónde estás niña? ¡Es tú turno!
Me levanto del suelo y miró con desesperación el cielo, rogando a cualquier deidad espacial que atienda mí llamado, realmente tengo miedo, muchísimo miedo, quiero huir, quiero gritar, pero a la vez quiero abrazar a mí destino, sé que tengo buenas oportunidades está noche, podría ser la mejor de las noches de mis 18 años de vida, realmente anhelaba que todo resultara como debía ser, como quería que fuera. Esta noche iba a sellar mí destino.
Podía ser la mejor noche de mí vida.
O la peor.
El inicio de un infierno.
Faltaba sólo unas horas para cumplir 18 años, pero parecía ser que las Ceres estaban impacientes por deshacerse de mí. La Ceres a mí cargo parecía no tener piedad, quería librarse con suma urgencia de mí, realmente aparentaba aquello, por un momento pensé que quería quitarme el cuero cabelludo, pues sus habilidosas pero malvadas manos trezaban mí cabello con dos agujas que tiraban de el de forma despreciable. Esta era la peor parte del día, siempre pensé que era una tortura, un apto inhumano, había ocasiones en las que usaban otras cosas para peinar, eran similares a pinzas, las cuales te tiraban el cabello lo suficiente como para levantar cualquier rasgo de piel caída. La Ceres a mí cargo tiró de mí cabello, haciendo que mis ojos ardieran, con escamosas lágrimas amenazando con salir, sabía que una queja era mal vista, pero aún así sabía que las cosas serían peores si se estropeaba el maquillaje que Portia me había hecho.
- ¿Podrías porfavor no hacerlo tan fuerte? Duele mucho.
En cambio tiro más fuerte de mí cabello.
- La utilidad de la crineja es que te acostumbres a que te halen del cabello. Solo por si acaso.
Desde entonces no hice más preguntas.
Ya sabía a qué se refería con ello. Y lo odiaba, tanto que me hervía la sangre de solo pensarlo, pero a la vez me animaba. De niña solía pensar en cómo sería mí futuro comprador o como algunas los llamaban, "mí futuro esposo", de todas formas acabaría siendo mí dueño. No me importaba su aspecto físico en lo más mínimo, solo quería que me quisiera, que me amará y valorará, pero sabía que era muy poco probable que eso pasará.
- Y recuerden bien, niñas mías, su único deber es complacer, que ellos las disfruten, que ellos sean felices, si logran hacerlos felices cumplirán su deber en este mundo y ellos alcanzarán la perfección, si es la voluntad de nuestros dioses, podrán servirles en el paraíso.
ESTÁS LEYENDO
¡Corre, Conejo, Corre!
Bí ẩn / Giật gânLa Ciudadela Libre, Villanelle, es una ciudad tranquila y pacífica, dónde sus habitantes cumplen un rol importante dado desde su nacimiento, allí reside Tabitah, quien al igual que todas las jóvenes de su comunidad ha crecido siguiendo cada ley, nor...