Es difícil volver a ponerse un uniforme. Siempre existe incertidumbre sobre si una prenda te seguirá quedando al año siguiente, o si es necesario comprar una nueva. La adolescencia es una época en la que el crecimiento es tan irregular, que puedes pasar mucho tiempo con la misma estatura, y a la mañana siguiente ver las mangas de tus suéteres llegando casi hasta el codo y el pantalón dejando desnudos tus tobillos. Afortunadamente, para Metapod Trancell, la suerte le sonreía y el uniforme, que había quedado casi intacto, se acomodaba perfectamente a su cuerpo.
Perdió el ciclo escolar debido a un par de problemas, lamentablemente, importantes. Había sido acusado como responsable de varios conflictos que habían surgido en su salón, y resultó difícil cubrir la colegiatura debido a un error de cálculos en el presupuesto familiar. Su escuela, la Academia UFB, optó por darlo de baja para evitar más líos con él, pero con la opción de reingresar el siguiente año a repetir el curso, una vez que los compañeros que lo acusaron hubiesen egresado y, por ende, se minimizara el riesgo de polémicas.
Metapod no estaba seguro de regresar. Por una parte, sabía el estatus que se había ganado en dicha institución, se encontraba casi en la cima de la jerarquía entre estudiantes, y su simple presencia era codiciada en cualquier evento estudiantil, sobre todo entre estudiantes de primero y segundo, pero por otro lado, había sido una época de autodescubrimiento que le proporcionó tiempo libre, de hecho, más del tiempo deseado. Normalmente, cuando se es estudiante, el tiempo que sobra entre la escuela, las tareas y el descanso, es apenas de un par de horas que algunos invierten en practicar alguna disciplina de su agrado, y otros usan para relajarse con algún pasatiempo. Él, sin escuela ni tareas, contaba con el tiempo suficiente para aprender habilidades de su interés, trabajar un poco, ayudar en casa, y, sobre todo, pasar algo de tiempo en un sitio web donde podía tener algo de aquello que había perdido.
Click. Iniciar Sesión. Nombre de usuario. Contraseña. Ingresar. Metapod dejaba de ser Metapod y se convertía en uno de los personajes más destacados del foro sobre NeoPenguin, un sitio para niños donde podías interactuar con otros internautas a través de múltiples juegos. Debido a las políticas del sitio para proteger a los infantes, los usuarios de mayor edad debían comunicarse con sus iguales a través de tableros de mensajes. Era en esos espacios donde Metapod podía volver a brillar. El usuario MM_CSG era conocido por gran parte de la comunidad por su facilidad para crear tendencias, chistes, e, inclusive, propiciar la creación de una skin popular: El sombrero de copa con pipa de burbujas, sinónimo de poder y elegancia. Encontrarlo activo en el foro era todo un evento pues conversar con él era sinónimo de pasar un buen rato, y verlo jugar era un espectáculo debido a su destreza con el teclado y el mouse. El 14 de noviembre era una fecha casi festiva dentro del sitio debido a que fue el día que se llevó a cabo la final del torneo Two Dots, un juego de cartas basado en los colores blanco y negro dispuestos en puntos a través de 40 cartas distintas. MM_CSG perdió la final debido a un problema de conexión. Sin embargo, eso no restó valor a su encuentro contra quien consideraban su más grande rival, ElbaZurita. Era, aparentemente, una chica, y poseía fama en el foro, al igual que Metapod, por sus chistes, por su skin "Pirata Morado", y por haber comandado el evento "¡Hagamos erupción en el volcán ártico!", un mito dentro de la plataforma en el que se rumoraba la posibilidad de hacer que el volcán en el mapa del juego entrara en actividad después de que 10000 usuarios arrojaran un pescadito del lago Act al cráter congelado, misión que se completó con éxito y que activó el evento secreto que permitió a cada jugador ingresar a una nueva área subterránea.
No existía una rivalidad real entre ambos, pero debido a que nunca habían interactuado antes, y casi nunca coincidían en horarios de juego, la gente comenzó a crear el falso rumor del conflicto entre MM_CSG y ElbaZurita. Curiosamente, a partir del torneo del 14 de noviembre, comenzaron a escribirse por mensaje privado, y con el paso del tiempo habían generado una pequeña amistad. Si bien, vivían dentro del mismo país, sus diferentes husos horarios hacían de sus conversaciones intercambios atemporales. Compartían gustos en algunos juegos, y tenían intereses similares. Una amistad pequeña, pero sincera, que había brotado de la nada por Internet. A Metapod no le interesaba saber si ElbaZurita era un hombre o una mujer, era lo de menos.
Aunque, pensándolo bien, reingresar a la preparatoria modificaría por completo los horarios que ya se había creado, y si de por sí era difícil contactar con ElbaZurita, ahora lo sería más con sus nuevas responsabilidades escolares y el regreso de la tediosa tarea. Su actividad en el foro sería menor, y quizá volvería a experimentar lo que era perder una ficticia corona. ¿Debería haber avisado de forma pública? ¿Mencionarlo en un tema popular, quizá? ¿O sólo pretendía avisarle a ElbaZurita? No había intercambiado información muy personal con ese usuario antes. Pero la confianza que habían construido le hacía pensar que era información que podía compartir.
Cuando volvió de sus pensamientos, ya se encontraba afuera de la escuela. Sabía, desde que abrió los ojos y se puso el uniforme, que, inconscientemente, añoraba estar en el lugar que le había dado su primera corona ficticia. Pero, como dicta la lógica, es posible que dicha popularidad hubiese desaparecido, y su reinado imaginario haya evolucionado en una simple leyenda que los de primero y segundo heredarían a los de nuevo ingreso. Caminaba a través de los pasillos con movimientos automáticos. Pese a estar nervioso, su salón no había cambiado, así que no podía darse el lujo de perderse por unos minutos más. Se detuvo frente a la puerta pensando cuán buena o mala idea había sido regresar, pero sabía que no había marcha atrás, pues era muy tarde para arrepentirse. Abrió la puerta con la mayor naturalidad que pudo, y, aunque no pudo ver su rostro, sabía que había evocado una expresión de decepción al ver que nadie lo miró con asombro. De hecho, la decepción había pasado pronto a incertidumbre y sorpresa, al ver que un grupo de alumnas y otros chicos dispersos se aglomeraban alrededor de una persona que, entre tantos estudiantes, era difícil de distinguir. Sin tiempo para poder pensar más cosas, avanzó hacia el que fuese su lugar, con la esperanza de que nadie lo hubiese ocupado. Afortunadamente, los de segundo habían sido lo suficientemente respetuosos, y hasta cierto punto, ingenuos, como para preservar su lugar intacto. Se sentó, y tratando de llamar un poco la atención, adquirió una pose falsamente desinteresada. El profesor entró, y los alumnos, hasta antes ignorantes de su presencia, se sorprendieron al verlo sentado ahí. No pudieron decir nada más que un dejo de estupefacción pues se les ordenó sentarse.
— Antes de comenzar, tengo que dar un anuncio— fue casi una orden del docente que obligó a una alumna a ponerse de pie.
— Ella es nuestra nueva estudiante, por lo visto muchos de ustedes ya la conocen, preséntate, por favor—
Los murmullos y comentarios sobre la presencia de esa chica inundaban el salón de forma tenue, como el canto de los pájaros en una mañana cuando estás lejos de la ciudad.
— Buenos días, mi nombre es Marina Barnacles, es un placer conocerlos—
Metapod la observaba sin saber qué era lo que la hacía especial. Era bonita, pero había muchas otras chicas bonitas en la escuela, y ninguna obtenía ni la mitad de atención que ella, en la primera mañana, fue capaz de recibir. Quizá el año fuera de la escuela lo alejó de las tendencias escolares, pero no tenía ningún modo de averiguarlo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una mano lo tocó por la espalda. Volteó instintivamente sólo para ver el rostro pícaro de uno de los chicos de segundo que más recordaba: Owin.
— ¿A que es bonita?—
— ¿Qué?— respondió incrédulo Metapod.
— Marina, la chica nueva. Es bonita, y es genial. Ella es, bueno, ya la conocerás. Es un placer tenerte de vuelta, aunque viéndola, no sé si seguir considerándote el rey por acá— finalizó Owin.
"¿Ella, en verdad?"
Metapod Trancell sabía que el retorno de un rey sin corona era todo un evento, pero no uno para suceder inmediatamente su lugar. Y, con lo orgulloso que era, definitivamente lucharía para evitar que eso fuese a pasar.
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BMxMPP
FanfictionÉl resurgió, como un ave fénix. Ella, creció como la espuma. Dos coronas, dos encuentros.