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(Clara y Heidi, estación)

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(Clara y Heidi, estación)


Despedida



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La partida de Clara se estaba acercando y junto con ella la nostalgia de todos los años. Las despedidas no eran un fuerte para ninguna persona, la más afectada, sin lugar a dudas, era nada más y nada menos que Heidi.

En cuando a la joven, quien ya podía caminar de lo más normal. Básicamente estaba completa y totalmente curada, el doctor le había quitado la bota y los medicamentos.

Lo único que debía respetar era: el impedimento de movimientos bruscos, no correr y hacer todos los ejercicios recetados, por lo menos un mes más.

Se había pasado más rápido de lo que esperaba, tal vez fue porque en toda ocasión en la que veía a Pedro se sumía en sus pensamientos. No dejaba de mirarlo, como si intentara descifrar algo en sus marrones ojos, pero nunca recibía respuesta a sus dudas.

Comenzó a experimentar lo de tomarlo de una "manera diferente", no como un amigo sino como algo más. Pero nunca podía concretarlo, ya que se conocían desde pequeños y era muy difícil verlo de otra forma.

—Tengo las toallas—dijo Clara bajando de las escaleras con un bolso.

—Tengo la comida—dijo Heidi guardándola en otro bolso.

—Tengo ganas de irme ya, apresúrense—dijo Pedro gritando de la otra punta de la casa. Los tres salieron por la puerta rumbo al lago. Como lo había prometido Clara a su amiga.

—Tengan un lindo día y...—dijo el abuelito pero fue interrumpido por los tres al mismo tiempo.

—¡No lleguen tarde! ¡Lo sabemos!—gritaron mientras el viejo se carcajeaba.

Charlie los estaba esperando cerca de la cabaña de Pedro, apenas lo divisaron Clara salió corriendo hacia el y se dieron un abrazo y luego un corto beso en los labios. Heidi no pudo evitar sonrojarse al imaginarse en esa escena pero con Pedro.

Su cerebro la estaba carcomiendo y torturando con cosas que eran imposibles y vergonzosas para ella.

Todo el camino trató de evitarlo, no podía evitar sudar, colorarse o ponerse nerviosa cuando el se le acercaba para hablar o algo por el estilo.

No les faltaba tanto para llegar aunque se había hecho eterno el transcurso, gracias a Niebla quien también los había acompañado llegaron en un santiamén porque fueron por el camino más corto.

—Oye Heidi, todo bien?—se acercó Clara para hablarle.

—Si, solo que algo cansada—dijo esta un poco agitada.

—Si quieres paramos y...

—Nono es necesario. Mañana es tu último día, debemos disfrutar cada segundo de cada minuto de cada hora de cada momento de hoy—dijo nombrando con sus dedos.

Mountain | Heidi&PedroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora