Día 8: Niebla

306 16 1
                                    

One-shot.
Centrado en Ritsu.
~•~•~

Hay momentos en los que una persona no puede pensar con claridad y termina en un lugar muy oscuro y deprimente. Este es el caso de Ritsu Kageyama, una vez más no puede conciliar el sueño, dando vueltas y soltando quejas por lo bajo. A este punto su insomnio es algo que le ataca seguido, sigue sin acostumbrarse porque le frustra demasiado no poder dormir por sus pensamientos intrusivos. Cada uno de ellos empieza diferente pero todos terminan conectados con lo mismo, su hermano.

Se sienta para tomar algo de aire, lo está haciendo de nuevo, no quiere, observa sus manos que tiemblan un poco, odia que le pase esto, enojado se levanta y sale de su habitación para tomar algo de agua, sabe que eso le ayudará a calmarse. Tal vez. Baja las escaleras de la forma más silenciosa posible y camina hasta la cocina, hay una corriente de aire, supone que es porque no han cerrado bien alguna de las ventanas. Apenas se llena el vaso a la mitad bebe su contenido, por un momento siente que se va a ahogar con la maldita agua, pero no pasa. Al terminar decide regresar a su cuarto pero algo capta su atención, le mira por el rabillo del ojo y su cuerpo se tensa sin su consentimiento, mira con enojo la cuchara que yace en la barra y se siente demasiado tonto por sentirse así hacía un objeto. Pero sabe que no es eso, no, es algo más. El objeto solo le hace pensar de nuevo en Shigeo y vuelve a sentirse mal consigo mismo. Con furia la toma y sube las escaleras con pasos pesados para encerrarse en su cuarto.

Se sienta frente a su escritorio y recarga sus brazos sobre este, entre sus dedos sujeta la cuchara fuertemente, se concentra en su reflejo distorsionado y en como quiere torcerla con lo que serían poderes psíquicos. Sus manos vuelven a temblar, incluso le duelen por la fuerza que aplica en el agarre no obstante ignora ese detalle y sigue tratando de cumplir su deseo. De pronto le cuesta respirar, le duele el pecho y sabe que algo anda mal, pero no puede ser tan débil, Shigeo no se comportaría así, él ni siquiera se vería tan afectado, aprieta la mandíbula y sigue concentrado en esa cuchara.
Tal vez esté enloqueciendo, pero como por arte de magia su reflejo se transforma y puede ver el rostro de su hermano cosa que le enfada. Shigeo. Su nombre resuena en su cabeza sabiendo que estaba siendo muy inmaduro, parecía un niño berrinchudo que se enojó porque no obtuvo lo que quería. Si lo pensaba bien era eso lo que era. Su vista comienza a nublarse y no sabe si es por lágrimas o porque ya le está afectando la dificultad para respirar que sufre. Suelta al fin la cuchara permitiendo que todo su cuerpo se relajara de poco en poco, siente un cosquilleo en sus manos las cuales no parecen calmarse.

Inhala, exhala. Lo adecuado era seguir ese ejercicio de respiración para poder tranquilizarse.

No era la primera vez que esto ocurría, sus celos y envidia hacia su hermano lo cegaban cruelmente y lo hacían recurrir a acciones tan vergonzosas y patéticas. Era estúpido comportarse así y aún así lo hacía, se encontraba atrapado en un círculo vicioso donde se lamenta por su actuar pero después deja que sus emociones negativas lo controlen. Es mejor así, prefiere saber que no solo es un niño con una actitud ya programada como un robot, estaba bien así porque es un recuerdo de que es un niño común y corriente.
Demasiado común.

Otra vez esos pensamientos. Ya está cansado como para molestarse en lidiar con ellos, será para la próxima tal vez. Aún con ese vacío en su pecho y la neblina oscura que cubre sus pensamientos se acuesta para tratar de dormir otra vez esperando ahora sí tener éxito. En la posición en la que está se queda viendo el techo, sus latidos ya van a una velocidad normal al igual que su respiración, sus manos ya no tiemblan ni hormiguean y se siente agradecido por eso.

—Lo siento tanto Shige, por portarme de una forma tan horrible.—dice a la nada algo que jamás le dirá personalmente.

Su enojo no es hacia su hermano, es más para sí mismo por sentirse insuficiente o como alguien que jamás podría tener algo especial. Quería ser como él, pero viendo como estaban las cosas ese sueño suyo sería imposible. Tal vez si lo deseaba lo suficiente se cumpliría, no era tonto, sabía que esa idea solo la tuvo porque el cansancio ya comenzaba a contarle. Se acurruca en su lugar y queda ahora de lado, sigue pensando en Shigeo, tan genial y poderoso, era admirable, se odiaba por ser capaz de envidiarle algo a alguien tan puro como su hermano. ¿Qué clase de hermano era? Sigue sin poder dormirse cosa que le llena de estrés, una vez más da una vuelta ahora viendo hacia la puerta del cuarto, pero no se centró en ello sino en lo que ocurría en su cabeza. ¿Era un mal hermano por sentirse así? La respuesta más obvia era que sí, pero decidió mentirse y decir que no, después de todo era él el único que lo sabía, si nadie más se enteraba, si Shigeo no se enteraba estaría todo bien y él no sería un mal hermano, seguiría siendo el mismo Ritsu de las buenas notas, el Ritsu inteligente y con infinidad de talentos. Y eso estaba bien, mientras ese lado suyo tan oscuro se quedara oculto estaba bien.

Finalmente sus ojos comenzaron a pesarle, sonríe un poco sintiéndose agradecido de al fin estar sintiendo el cansancio necesario para ponerse a dormir. Cierra los ojos y se acomoda aún con la sonrisa en su cara, ya dormiría.

Esa noche no sueña cosas agradables, pesadillas con recuerdos del pasado le acecharon y la figura de esa cosa sin nombre que se apoderó de su hermano se quedó en sus sueños.

October Memories/Angstober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora