Bienvenidos al Circo

238 28 63
                                    

Aporte día 7 libre #KiriasuWeek2020
Tema: Circo bajo el ocaso.

Todos los personajes tienen mas de 18 años.

Disclaimer: los personajes de esta historia no me pertenecen son del mundo de Sword Art Online, propiedad de su creador, esto es solo un fanfic sin ánimo de lucro, hecho desde el respeto, cariño y admiración a su trabajo.

capítulo único

Hasta dónde llegaban su recuerdos la llegada del circo ambulante siempre había sido aclamada en la Villa. Las calles refulgían de nuevos colores y cánticos al anuncio de la llegada del gran circo desde Centoria, el mayor espectáculo del mundo, acabando con los ocres y añiles toscos que conformaban la neblina propia en la que se bañan cada día sus habitantes. Contorsionistas, equilibristas, tragafuegos, payasos, magos, monstruos... maravillas de la naturaleza acudían a la Villa por unos días a encandilar a familias y curiosos con su espectáculo.

Pero claro, no todos gozaban de los placeres traídos por estos visitantes en idéntico grado. Un pobre huérfano como él, sin posesiones ni destino, solo podía conformarse con soñar con la llegada de la magia del circo a las calles, así como, con las historias que los villanos contaban sobre sus espectáculos. Año tras año, esperaba ansioso la cabalgata inaugural, rasgando entre codazos, y algún que otro pisotón, un hueco entre el gentío que se agolpaba en las calles para ver el gran anuncio de su llegada.

Sin embargo, ese año, al fin sería diferente. La estricta madame Azurita, jefa del orfanato escuela del pueblo, tras años de tropelías y huidas por su parte de sus escarpados muros, había acordado contratarle como jardinero y chico para todo. Por fin tenía un jornal decente con el que poder escalar en clase social, de rata de cloaca a pobre, a secas. Aún así, y a pesar de que su hospedaje en las habitaciones del orfanato se comía la mayor parte de su salario, había conseguido ahorrar lo suficiente para comprar un boleto de pista.

Era el pase más barato de todos, cierto, y sin derecho a asiento, pero le daba igual. Estaba tan fascinado por el mundo circense que ni siquiera le ofendía ser considerado un paria cualquiera. Y así fue que se presentó en la gran explanada a las afueras del pueblo, que acogía gustosa a aquellos estrafalarios invitados. Según se vio ante el gran cartel de entrada, creyó estar cruzando a otro mundo:

"Bienvenidos al Gran Circo de las hermanas Axiom, directamente desde Centoria a todos los rincones del reino.
Déjanos llevarte a donde reside la magia".

Paró en seco, disfrutando de cada segundo de su afortunada existencia mientras se sucedían las miradas de repulsa del resto de visitantes hacia sus ropas viejas y rasgadas, los murmullos e, incluso, los golpes indiscretos exigiendo que se hiciera a un lado en pro de la preferencia de las clases sociales, no le importaban. Había cumplido su sueño, la impresionante carpa del circo se alzaba imponente ante sus ojos adolescentes como castillo en el aire y, por primera vez, tenía las llaves.

Lo primero que llamó su atención fueron los extraños animales que esperaban en corralas improvisadas con travesaños de madera: extraños reptiles que podrían devorarte de un bocado, animales cuasi mitológicos con enormes orejas y una cola por nariz, caballos moteados con enormes cuellos para alcanzar las copas de los árboles. Sintió que todo lo que prometían era cierto, ¡allí residía la magia!

Puestos de curiosidades, magia callejera, acróbatas... no había un lugar en el que posara sus sedientos ojos grises que no los llenara de color y aventuras. Le encantaba aquel mundo.

—Chiiss, muchacho —una vieja señora de brillantes ojos violetas, ataviada con ostentosos ropajes de gitana, reclamó su atención. —¿Quieres saber lo que te deparará el futuro? Puedo leerlo en tus manos.

Bienvenidos al CircoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora