Capitulo 17. Quiero morirme

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Esperé y esperé a que algo gritase, una riña... pero nada.

- Vamos cariño, debemos dejar descansar a Rosse.

¿Eh? ¿Que había pasado? ¿No habían descubierto a Jack? Esperé pacientemente un rato, y oí como entraban en la habitación del lado... Corrí hacia el baño, pero Jack no estaba... ¿Por donde salio? EL BALCON!!!

Volví a la cama, y en unos minutos escuché pasos por el pasillo hasta una puerta que se cerró. Respiré aliviada, no me había dado cuenta de que contenía el aire en mi interior. Estuvimos a punto...Un golpe en el baño me hizo correr hacia allí, Jack!!

Abrí la puerta por donde probablemente se había escapado hace apenas unos minutos y me estrechó entre sus brazos.

- ¿Estas loco? ¿Como conseguiste marcharte?- dije golpeándolo en el pecho, por estar ahí, pero a la vez emocionada de que estuviese conmigo.

- Quería ver que estuvieses en perfectas condiciones, después de la investigación a fondo de los detectives Caroline y Robert - dijo con voz de mafioso. - Además de que comprobases que sigo entero. Por lo que no tienen pruebas que nos sitúen en el lugar del crimen. -dijo acercando sus labios a los míos para besarme.

- En eso se equivoca Sherlock, ya que usted ha dejado encima de mi mesita de noche su reloj - dije apartándome, evitando su beso y riéndome.

- No jodas! - dijo soltándome y corriendo a por el reloj.- Es cierto. ¿No lo vieron?

- En eso se equivoca también, por eso fueron a inspeccionar el baño.... y luego su habitación ¿no? ¿o me equivoco?

- MIERDA!MIERDA!MIERDA! Debemos confesar..

- ¿Estas loco? Si confesamos ahora, sabrán que estabas aquí esta noche... ahora con más razón debemos esperar...

- Como quieras... pero nos pillaran.

- No lo harán, porque no volverás entrar en esta habitación.

- Eso ni lo sueñes - dijo abrazándome y besándome de nuevo, mientras me tiraba sobre la cama y se colocaba encima de mi. - ¿Ves? No puedes resistirte a mis encantos....

- IDIOTA! - dije tirándose un cojín... mientras corría hacia el baño para marcharse a su habitación. Se detuvo en la puerta y me dijo: TE AMO.

- YO TE ODIO!! - dije echándole la lengua.

- No te lo crees ni tu.

Abracé la almohada con fuerza pensando en Jack, en lo mucho que lo amaba y lo bien que me sentía con el a mi lado. Tenía razón, iba ser difícil aguantarnos... y mas difícil aun que no nos pillasen... Sin querer me dormí, cuando me desperté era tardísimo. Me duché, me vestí y corri a desayunar.

- Hace un día estupendo para estar en el jardín - me dijo una de las sirvientas.

- Si, parece que hace un día genial. ¿Hay una biblioteca en la casa, no?

- Si, justo al lado de despacho del señor.

- Creo que iré a buscar un libro para leer en el jardin.

- Una estupenda idea.

Asique una vez que desayuné fui en busca de la biblioteca, caminaba por el pasillo cuando escuché voces. ¿Eran Caroline y Robert? Creí que ya se habrían marchado a trabajar... Entonces esta puerta de al lado es la biblioteca, iba a estar cuando escuché alzar las voces demasiado.

- TENEMOS QUE DECIRLE LA VERDAD.

- No podemos, han sido demasiados años...

- ROSSE TIENE DERECHO A SABER QUE ES NUESTRA HIJA!! - dijo Caroline.

Tenía que haber un error... sería otra Rosse.... yo no podía ser su hija!!!

- Ahora que la tenemos aquí es la oportunidad para contarselo, nuestra hija está bajo este mismo techo y me muero al no poder decirle lo mucho que la amo - continuó Caroline, hasta que el llanto impidió sus palabras.

No podía ser cierto, dejé de escuchar. Corrí hacia mi habitación, me cambie de ropa, cogí el bolso y bajé... Una vez mis lagrimas lograron controlarse, al menos un poco. Me maquillé ocultándolas. Rogando que no me encontrase con nadie.

- ¿Señorita no ha encontrado la biblioteca? - la suerte no estaba a mi favor.

- ¿Eh? Si, si. Pero decidí dar una vuelta por la ciudad... Quiero hacer unas compras.

- Le pido a Fred para que la lleve, ahora mismo está en la compañía.

- NOO! Ya he llamado un taxi... - mentí y sonriendole salí de la casa, donde si llamé a alguien para que viniese por mi.

- ¿Si?

- Call necesito que me vengas a buscar - dije entre lágrimas.

- ¿Que pasa? ¿Donde estás? ¿Estas llorando?

Le di la dirección y me prometió que en 10 minutos estaría allí. Caminé hacia la entrada de la casa con decisión, miré hacia atrás, allí dejaba a mis padres, también al amor de mi vida, que resultaba ser mi hermano... NOOOO!!! Quería morirme en ese mismo instante.

Llegó el coche que esperaba y sin mirar atrás me alejé de todo lo que amaba.

El secreto del TitanicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora