Poner la mesa

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Después de una larga ducha donde no sabría decir cuánto me demoré, salí del baño.

En el momento en el que salí, un olor a comida maravilloso inundo mis fosas nasales, y el hambre volvió a mí.

El porque de ese olor era obvio, el chef egocéntrico debería haber vuelto de comprar.

Sin mucho apuro, me vestí con la primera ropa que encontré, un pantalón de buzo gris y un polerón. No era como que me viera muy bien o atractiva, pero tampoco era que me interesara mucho ese hecho.

Salí de mi habitación ya vestida y con una toalla en el cabello para no mojar la ropa. Cuando abría la puerta de mi habitación el olor te golpeaba, pero de una forma maravillosa... Era eso posible? Seré masoquista.

Intentando no mostrar el hambre que me había entrado, me dirigí a mi escritorio, no tenía mucho que hacer, así que me dispuse a buscar uno de mis libros.

Mi escritorio tenía una gran librería llena de libros, y en la parte inferior varios cajones, de los cuales uno tenia llave, porque en aquel, guardaba todo lo relacionado con mi pasado en la cocina, pudiera ser que no me gustara ese mundo, pero recuerdos, eran recuerdos.

Tome uno de los libros que tenia en mi lista de pendientes y me lo lleve para salir de mi oficina. La cerré con llave, no tenía interés en que el chef egocéntrico entrara a mi oficina.
Me dirigí a la cocina y me apoyé en el canto de la puerta a observar al chef egocéntrico, se veía bien, se notaba la pasión que tenia al cocinar, y al mismo tiempo su concentración.

-Se que no puedes evitarlo, pero que me atesores mientras cocino me desconcentra- dijo sin dejar de cocinar lo que estuviera haciendo

-Solo pensaba que el chef privado me esta saliendo caro y que no es un trato justo- dije apoyando mi espalda esta vez en el canto mientras abría el libro y miraba sus paginas

- Primero, no soy tu chef privado, y segundo, creo que el trato no me conviene a mí, mas que a ti, tu no tienes que hacer nada, yo trabajo el doble- dijo defendiéndose, se notaba en su voz que se estaba volviendo a cabrear, de verdad que ese hombre tenía poca paciencia.

-Soportarte ya es suficiente trabajo- no pude aguantar decir ese comentario, aunque mi cara mostraba seriedad, internamente solo quería reírme. Rápidamente volteo la cara con gran molestia y antes de que gritara volvía a hablar- es broma, es broma, paciencia de hormiguita, si bien, no nos llevamos bien, solo quería molestar.

-…- volteo a seguir lo que estaba haciendo- pues definitivamente tienes talento para eso

-gracias, es un don- dije mientras me separaba del canto de la puerta y cerraba el libro- pensé que cocinarias en la mañana

-esto es para ahora- me dijo sin voltear a verme- hay que seguir horarios

- bueno...-solo fui capaz de pensar que si a ese hombre le quitaban su orden, esté se moriría- me iré a leer a mi habitación, avísame para poder ayudarte a poner la mesa

- Sabes poner la mesa como se debe?

- Si esperas que ponga la mesa con 20 tenedores y 10 cuchillos y 30 cucharas, te equivocaste de casa

- Maldita inculta, no son tantos, son…-lo interrumpí

- No me interesa- sabia la información, y solo había exagerado, pero al parecer él de verdad me quería dar una catedra del tema- bueno, avísame, para poner un tenedor, una cuchara, un cuchillo y unos palillos si es que son necesarios

-Bueno, te informo que ya terminé, así que hazlo ahora- dijo en tono de orden volteándose a mirarme

- Por favor- le resalte con cara de pocos amigos- no soy tu sirviente, hasta los niños pequeños saben pedir las cosas con respeto

- por favor- dijo poniendo los ojos en blanco

No tenia idea de que iba a comer, pero pondría todo por si acaso. Definitivamente, el ambiente no tenia muchas intenciones de mejorar, aunque he de admitir que no estaba poniendo mucho de mi parte, pero así soy yo, y no tenia intenciones de cambiar por nadie.


Me senté en la mesa y el chef egocéntrico llego con los platos. Al ponerlos al frente mío el olor me golpeo, era un aroma maravilloso, se notaba el talento que este tenía.

Tomé uno de los cubiertos y acudí a comer mi primer bocado. Al primer contacto con mi boca, fue una explosión de sabores, era maravilloso. Hace años que no probaba algo tan maravilloso.

-Como esta? - pregunto con cara arrogante, él era consiente del nivel de su cocina

-Bien… he probado mejores- dije mientras ponía otro bocado en mi boca y veía el disgusto del chef egocéntrico. No planeaba subirle mas el ego, pero tampoco había mentido, si bien, su comida era maravillosa, si había probado platos mejores, al nivel que te hacían llorar del deleite que generaban aquellos platillos.

La comida fue en total silencio, cada uno comía sin ninguna conversación, era obvio que le había molestado el comentario anterior.

-El sábado no voy a ir a la clínica, así que le asignare a otro doctor por el día a tu madre.

-Yo ese día tampoco voy a ir, tengo que ver algo en mi cocina, no puedo ausentarme tanto del trabajo, iré día por medio a ver a mi madre.

-Bien - no sabía que decir, no tenia la confianza suficiente como para preguntarle muchas cosas y tampoco era como si me interesara mucho conocerlo.

Volvimos al silencio que había antes, pero esta vez fue él quien lo interrumpió.

-Que es tan importante como para no ir a atender a mi madre?

-Tengo un asunto persona, y aunque no lo creas también tengo vida, y usualmente, si no fuera por la instrucción de mi jefe, tendría otro horario.

-…- se noto que se reservo sus comentarios y cambio el rumbo de la conversación- como voy a entrar si tu no has llegado?

-a que hora se supone que planeas llegar? - le pregunte mientras comía

-El restaurant lo cierro como a las 1:00 am, así que supongo que como a las 1:30 am estaré por aquí.

-Supongo que a esa hora ya estaré por aquí

-Ah… no planeas pasar la noche en otro lugar? - dijo terminando de comer. Yo lo mire con cara de molestia, no me gustaba lo que insinuaba.

- que insinúas? - dije molesta

-nada… solo decía…- una sonrisa de felicidad al ver que me estaba cabreando se colocó en su rostro, el desgraciado se estaba vengando del comentario que le había hecho hace un rato

-Lo que yo haga no te incumbe- dije mientras levantaba mi plato y el de él, y me dirigía a la cocina

- pero mira, si que te gusto mi comida para lavar- dijo todavía sentado en la silla

-jajajaja- solté una risa- tu cocinas, tu lavas, yo solo recogí los platos. Buenas noches- dije yéndome a mi habitación mientras escuchaba las quejas del chef egocéntrico

No voy a negar, que hacerlo enojar me entretenía mas de lo que pensaba.


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Sigo viva 😅
No me maten

Voy a seguir la historia, e intentare publicar más seguido. No prometo nada, pero haré mi esfuerzo.

De verdad gracias, a todas las personas que han puesto comentarios en esta historia, me han mandado mensajes por priv o lo han puesto en mi perfil, porque, esa a sido la razón por la que he decidido seguir está historia (si, me encanta leer esos mensajes y hay algunos que me dan mucha risa).

Muchas gracias por el apoyo ♥️♥️♥️

El chef y la Doctora (Kojiro Shinomiya- Shokugeki No Soma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora