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Repentinamente me despierto, con más energía que nunca. Revisó mi celular. Son las 6:45 a.m.

(Bueno, es hora de levantarse.)

Una vez levantado de la cama, me meto a la ducha, terminando a las 7:10 a.m.
Me visto y termino a las 7:15.

- ¡Vaya! ¿Y ese milagro que despiertas tan vivo? - Akatzin lo dice en un tono juguetón - ¿A dónde vas tan apurado?

- ¿Tu a dónde crees? - se lo digo con el mismo tono.

Lo piensa por un instante.

- No se. La verdad no tengo ninguna idea a dónde iría un chico como tu - dice mientras me ve ir de aquí allá.

- a la escuela.

- ¿Quieres que te acompañe? Tengo mucho que no voy - dice con una gran sonrisa.

- haz lo que quieras.

- Ok - dice alzando los pulgares de ambas manos.

Bajo a la cocina y desayuno. Terminando a las 7:27.
Subo a mi cuarto para tomar mi mochila. Observó a todos lados en busca de algo que haya olvidado. Nada.

( Akatzin no está)
Solo alzó los hombros y me pongo en marcha.
El camino al autobús no es muy lejos, solo cruzo una cuadra y llego. Hace frío. Llega a las 3:40.
Llegó a la escuela a las 3:55

Llegó a mi salón. Soy el primero, como siempre.

(Lo hiciste de nuevo Delfín)
Digo orgulloso para mis adentros.
Pasan unos 10 minutos más y llega mi mejor amiga. Anita.  Quién tiene siempre una actitud positiva y juguetona. También es una obsesionada del llegar temprano, antes de que todos.

- ¡DELFÍN! - dice corriendo hacia mí con ambos brazos abiertos para darme un gran abrazo.

- No. No gracias - digo casi susurrando.

Siento el impacto y un gran abrazo que no es para nada tosco como yo pensé, sino que es cómodo y cálido.

- pensé que ya no vendrías más a la escuela, que lo habías abandonado - dice con una voz más seria y serena, mientras me acaricia el pelo suavemente.

Me impresionó,  Anita siempre tiene una voz chillona, como la de una niña y ahora su voz cambio a una más madura, como la de una mujer.

- ¿Qué? - apenas sale de mi aquella palabra, como un susurró.

Me suelta y  da saltitos hacía su lugar y vuelve, sentándose en una banca al lado mío.

- ¿Qué dijiste hace un momento? - insisto.

-  qué deseguro estuviste toda está semana viendo nopor - casi me deletrea cada palabra con una voz de hombre, según ella - ¿Verdad? ¡Eres un cerdo! - dice volviendo a su voz chillona y juguetona.

- ¡Nooooo...! ¡Annnn....! La puerca eres tú - digo indignado y con una carcajada - estás bien loca.

- jaja eso también me lo dice mi tío - me mira con una gran sonrisa, arrugando la nariz - ¡Oye! ¿Ya tiene tu justificación?

- ¡Ay! No. ¿Me acompañas a la dirección?- le pregunto preocupado a Anita.

-¡Claro! ¡Vamos compadre! - se para de la banca y corre como Naruto hasta la puerta del salón.

- si estás bien loca Anita - me río de sus leladas.

- ya lo sé - me sonríe arrugando la nariz.

Cuando llegamos a la dirección, la directora está ahí, así que me acerco a ella y le pido un justificante, diciendo que me enferme y ella me lo da con mucho gusto. He de admitir que soy un estudiante muy inteligente o más bien, porque siempre sacó 10 en Álgebra y Estadísticas. Le doy gracias por el justificante y me despido.

Entre tierra y agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora