no era nada raro que parte de mi clase supiera de mi amor por bakugo katsuki, daba gracias que él no sabia nada de eso me moriría de vergüenza si algún día llegase a enterarse de mis estúpidos sentimientos por él.
hoy era un día normal, era primavera, mi estación favorita, los pétalos de los árboles caían al suelo como una lluvia de rosas, el suelo era una pasarela hacía un castillo de princesas. el sol brillaba mucho pero no hacía el calor de verano, era soportable, mariposas revoloteaban al rededor de lindas flores que algunas vecinas habían plantado en su jardín.
sí, por si te lo preguntas, voy de camino a clases, muy feliz por la llegada de la primavera, era verdaderamente romántica.
agite mi cabeza sonrojada, no podía pensar en esas cosas, no ahora, voy a estar toda la mañana junto a él en la misma clase y si me pongo a pensar cuan bonita seria mi relación con él no me vería capaz de dirigirle la palabra y lo estaría evitando, cosa que haría que se extrañara bastante y pensara en cosas que no quiero.
mientras caminaba pisando la alfombra de pétalos de flores rosas lo encontré, a lo lejos pude ver su cabellera rubia, corrí un poco para poder alcanzarlo y cuando estuve a una distancia medianamente cerca le grité:— ¡espera! — el se giró para chocar su mirada con la mia, llegué a su lado y le sonreí, él simplemente bufó por lo bajo y siguió caminando conmigo a mi lado.
intenté entablar una conversación, aunque el silencio entre nosotros era agradable.
— sabes, me gusta mucho esta estación del año. — él simplemente me miró y asintió como muestra de que estaba poniendo atención a lo que decía. después de un rato él habló.
— pero, ¿no eras alérgica? — lo mire muy sorprendida, se acordó de eso, siento que mi cara esta como un tomate, ni mis padres se acuerdan de ello, pero él si se acordó.
— lo soy, pero no es muy fuerte como la mayoría de personas, y solo es a un solo tipo de flor. — agache mi cabeza, las flores de la cuales soy alérgica me recordaban a él, los narcisos.
note como su brazo rodeaba mi cuello y se posaba en mi hombro atrayendo mi cuerpo al suyo, debo de estar soñando, nunca pensé conocer esta faceta tan rara de él.
— tranquila, hay más flores. — sobo mi brazo izquierdo intentando darme un poco de fuerza pero ¿como le explico que la flor por al que soy alérgica me recuerda a él?
después de aquella escena melodramática, seguimos caminando hacia la escuela hablando de cosas triviales, nunca pensé que escuchar su risa fuera como un canto de los mismísimos ángeles.
ya en clases me parecía una tortura, hoy martes no estábamos en las mismas clases, el escogió otra optativas diferentes a las mías y por desgracia todas las clases por opción propia las teníamos los martes, al menos compartimos un poco de tiempo en el camino hacía aquí.
miraba el reloj, las horas pasaban como si fueran años, y yo me seguía pensando si estaba bien que me confesara, seria bonito, el primer día de primavera confesándole mi amor al primer chico del que me enamoré, suena tan romántico que me tiré todo el día pensando en ello haciendo que las horas pasaran volando como gorriones en el cielo.
ahora estoy delante de su taquilla, pensando si dejarle una nota para poder vernos en el parque cerca de la escuela, no soy capaz de hacerlo, ¿y si me rechaza? ya no será lo mismo entre nosotros, nos volveremos distantes y el lazo del destino se empequeñecerá hasta desaparecer, seremos simples desconocidos que pensábamos que nos conocíamos como la palma de nuestra mano. pero en esta vida hay que arriesgar si queremos ganar, así que me arme de valor y cuando fui a meter la carte en su casillero apareció como si cupido le hubiera avisado.— no puedes hacer eso, es propiedad privada. — lo mire, muy sonrojada porque me habia pillado con las manos en la masa, tenia una sonrisa burlesca, se nota que lo decía sarcásticamente. — ¿puedo ver que intentas meter en mi casillero? — se acercó a mi intentando quitarme la carta color blanco con decorados rosas pero no se la iba a dar, así que la escondí y decidí aprovechar que estaba delante.
— ¿quieres venir conmigo al parque que esta cerca de la escuela? — al parecer ni se lo pensó, acepto sin duda alguna. — tu presencia no me molesta, patosa. — ya extrañaba que no me llamar por ese mote. caminábamos hacia el parque, yo con un helado no porque me diera hambre, si no porque él me lo quiso comprar con la excusa de que no había comido nada en el almuerzo. una vez en el parque nos sentamos en unos bancos que estaban frente a un cerezo. los pétalos seguía cayendo y alguno que otro caía en mi pelo los cuales él quitaba pero por alguna extraña razón pensaba que solo era excusa para acariciar mi pelo.
cuando termine mi helado me decidí empezar a hablar.
— sabes, a mi también me agrada tu presencia. — él simplemente miro al cielo con el ceño fruncido, yo miraba al suelo, no soy capaz, me siento tan inútil que tengo gana de llorar por no saber expresar mis sentimientos por la inseguridad de ser rechazada, de tener que olvidarlo y alejarme de él, mi primer amor. estornude un poco, rasque mi nariz, habia narcisos cerca, los divise al los lados del banco, me parece todo causalidad, pero seguía sin poder expresarme y acabé estresada y poniéndome a llorar.
lloraba por mi inutilidad, lloraba porque no podía expresarme bien. él me miro confuso y como si supiera lo que intento decir a través de las lagrimas me abrazo.
— hasta para eso eres patosa, yo tampoco sé cómo decírtelo sin que parezca un cursi y acabe dándome asco a mi mismo, además de que pensaba que no si quiera me querías por tu alergia hacía los narcisos, e incluso ni si quiera prestabas atención a los mínimos detalles que te hacía, ve al oculista, ciega. — deje de llorar y me aferré a él hundiendo mi cara en su pecho.
— sabes de ni alergia pero no sabes que los narcisos me recuerdan a ti, idiota. — fruncí mi ceño mirándolo desde mi posición, el simplemente sonrió y unió nuestras narices en un beso esquimal.
— te quiero, y aprovecha porque delante de gente no voy a ser así, y menos delante de los de la clase, que agobio. — yo simplemente asentí lo entendía perfectamente, me pasaba lo mismo, por eso me enamoré de él, porque nos entendíamos demasiado bien.
— yo también te quiero mucho. — confesé haciendo que un leve viento soplará haciendo que los pétalos rosas junto con los amarillos de los narcisos nos rodearan en un dulce y tierno beso.
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daffodils (bakugo katsuki)
Fanfictionpara katsuki; "hola, tengo que decirte muchas cosas y me gustaría que después de clases nos reuniéramos en el parque cerca de la escuela, es muy bonito, hay un montón de cerezos y narcisos, además hoy que es primavera sería genial." de; ya sabes qui...