II

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La mañana había pasado con rapidez. El atardecer se escondía de la oscuridad dejando que esta llene el extenso cielo de estrellas, y dejara sólo oscuridad y una luna que brillaba sintiéndose la estrella en la obra.

Volkov realizó un 10-10 cambiándose a la ropa con la que había llegado en la mañana. Arregló su camisa gris lo más que pudo y hizo lo mismo con su cabello.

Fue al baño y se echó agua en el rostro calmando un poco su nerviosismo, y es que Conway lo invitó a tomarse unos tragos. Ese era motivo suficiente para ponerse muy nervioso.

Tomó aire y salio al parking de comisaría y ahí estaba Conway dentro de su vehículo negro esperándolo a él. Apuró sus pasos y entró al copiloto del vehículo.

—Disculpa si me ha esperado mucho tiempo— se disculpó Volkov algo nervioso dirigiendo su mirada a su superior y luego miró hacia el frente nervioso.

—No te preocupes, ya imaginaba que te harías una paja antes—dijo su superior y aunque el menor estaba acostumbrado a esos comentarios irrespetuosos y fuera de lugar no pudo evitar aumentar su nerviosismo.

—Joder con las pajas—respondió Volkov para no parecer nervioso ante el mayor. Sin responder, Conway posicionó sus manos al volante  y arrancó.

El viaje fue silencioso y Volkov se sorprendió al ver que no iban al bar donde solían reunirse, pero decidió ahorrarse sus preguntas ya que Conway no decía nada en todo el viaje.

Conway aparcó en su casa. Ambos bajaron del vehículo. Conway abrió la puerta y se adentraron a su expaciosa y ostentosa casa, la cual fue cerrada apenas entraron.

—Toma asiento—Ordenó el superior y el ruso acató ordenes. Volkov se sentó en el pulcro y blanco sofá de Conway.

El mayor de los dos se dirigió a la cocina dejando al ruso sentado el cual se acomodó mejor en el gran sofá. En no demasiado tiempo el mayor volvió con dos botellas y dos vasos, traía una de whisky y otra de vodka, por la preferencia de ambos.

Lo sirvió y le brindó uno al ruso el cual no dudó en tomar de este y empezó una conversación, de una conversación tras otra los minutos pasaban y entre estos las horas, dejando a dos borrachos enamorados hablando de más y riendo de chistes tontos que hacían ellos mismos.

Y es que ellos actuaban así solo cuando estaban juntos, porque se sentían en su hogar.

Pronto notaron la cercanía, y el alcohol comenzó a actuar en sus venas, provocando que en su cuerpo elevará la temperatura.

Se sentía bien. Estaban bien, Pero el alcohol actuaba en el más sobrio de los dos; Conway, el cual no se sentía tan borracho, pero aparentaba estarlo.

Volkov tenía una pequeña sonrisa y sus mejillas estaban sonrosadas por el alcohol, y es que el alcohol actuaba en sus sentidos.

Conway se acercó a Volkov, su profunda mirada sólo iba de sus ojos a sus labios. Volkov se mostraba expectante y nervioso, curioso ante cualquier movimiento que hiciera el mayor, y de repente sintió como algo suave chocó con sus labios algo abrupto.

—¿Mhm?— Un sonido interrogante salió de la boca de Volkov por la sorpresa y sus ojos abiertos como plato sólo veían a su superior con sus labios pegados a los suyos y los ojos cerrados sin hacer ningún movimiento.

El mayor rozó sus labios con los del ruso y ese en respuesta sólo pegó sus labios más a los del americano con tanto nerviosismo que hasta él percibió.

Volkov tragó nervioso y Conway empezó a mover sus labios, en un beso tierno y lento. Volkov seguía sin moverse, estaba confundido no sabia si pararlo  o dejarse llevar, aunque no quería pararlo. solo quería sentirlo, así que no se movió.

Conway movía sus labios sin tener respuesta de la boca del ruso, lo único que obtuvo fue un jadeo y como este no lo apartaba, siguió moviéndose.

Volkov sólo cerró los ojos y sentía como subía su adrenalina, y su corazón latía desbocado, parecía querer salirse de su pecho.

La respiración agitada de Conway se mezclaba con la suya y su cintura fue apresada por las manos de Conway causando que se estremeciera al sentir sus dedos deslizándose suavemente por su cintura.

El ruso sintió como tiraron de su labio inferior y un gemido escapó de sus boca, las inquietas manos de Conway se movían en su cadera. Su respiración era irregular, más que nada el aire le faltaba.

Conway se apartó dejando respirar al ruso y tomando aire él también. Miró a Volkov el cual estaba muy sorprendido y con sus mejillas rojas. Su mirada evitaba la de Conway. Estaba muy nervioso.

Conway se acomodó en el sofá y respiró profundo ya completamente alejado del peligrís el cual parecía estar mudo. Había sido su primer beso.

Conway encendió un cigarrillo y lo dirigió a sus labios, inhaló el humo y lo exhaló por la nariz. Y como si solo estuviera, se quedó callado y tomó de su vaso de whisky o el de vodka de Volkov. No tenia idea cual era el suyo, pero eso no le importaba mucho en ese momento.

Solo sintió como por su garganta bajo el alcohol dejando un ardor en esta. Y con su cigarrillo aún apresado por sus dedos siguió fumando con muchos pensamientos sobre sus acciones y su corazón acelerado. Se podía decir que estaba más sorprendido que el ruso el cual no había formulado ni siquiera un balbuceo.

Conway sólo miraba a Volkov el cual miraba el ventanal desde el sofá, el lado contrario a él. Suspiró meditando sus acciones, como su auto-control se había hecho trizas y se había lanzado a Volkov.

Lo que más le sorprendía es que el no decía nada, y más que nada evadia su mirada.

—M-me tengo q-que ir. Y-ya es tarde— las palabras que el comisario ensayó en su mente para que salieran firmes salieron como un balbuceo y este se maldijo por eso. Conway asintió.Y antes que Conway dijera algo ya había abierto la puerta y se había ido casi corriendo.

—Buenas noches capullo— susurró al aire y se dedicó a tomarse el resto de whisky que quedaba y de consumir la mitad que quedaba de su caja de cigarrillos.

No se esperaba una reacción tan fría del comisario. Se relamió los labios y suspiró. Tampoco se explicaba porque no lo retenió.

1070 palabras.

Esto será más soft que nada,
tengo pensado añadir smut
lo veo necesario y  lo quiero así.
GRACIAS  a los que están dando
Atención a esta simple Fic
Lo agradezco.

○Habrán más diálogos.

○Crítica y faltas ortográficas
bienvenidas.

Hasta aquí mi reporte, joaquin.

Una bala por ti| VolkwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora