Capítulo 22: Cruce de Caminos

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Milo

No puede creer que me encuentre sentado a la mesa compartiendo la cena con la familia imperial. Eliot estaba vestido igual que más temprano cuando nos recibió, en cuanto a las dos miembros restantes de la familia, finalmente las conocí al sentarme a la mesa. Por un lado estaba la emperatriz y madre de Charlotte, Morgana Vaonlestia, un poco más baja que su esposo, de pelo rojo y largo que lleva suelto, tiene unas cuantas pecas que le recorren la cara, al igual que su hija, unos ojos de color café oscuro e iba usando un vestido largo, color rojo, un poco más oscuro que su pelo. Por otro lado, estaba la primera princesa y futura cabeza del imperio, Meiga Vaonlestia, es alta al igual que su padre, tenía los ojos verdes y el pelo negro también como él, sólo que lo usaba largo y suelto como su madre. Lleva un vestido verde esmeralda hasta la rodilla, que también cubría completamente su brazo izquierdo y el derecho hasta el hombro, un collar con el símbolo del imperio plateado y unos zapatos de taco aguja.
Ambas tenían una presencia que no pasaba desapercibida, pero a diferencia del aura negativa de la princesa, la emperatriz aparentaba ser una mujer muy agradable y compasiva.
El principio de la cena transcurrió en un silencio agradable, hasta que fue la emperatriz quién lo irrumpió,
-"¿Qué van a hacer ahora, hija?" preguntó sin levantar la mirada de su plato
-"Si ganamos el torneo iremos por la última piedra del imperio, y luego cruzaremos a Nerakis" dijo muy respetuosamente
-"Y vos sos de ahí, ¿no jovencito?" dijo volteándose hacia Luke
-"Así es, en nuestra estancia nos quedaremos en la casa de mi familia" contestó rápidamente rectificando su espalda
-"Entiendo, llevarás a mi hija a conocer a tus padres. Cuando vuelvan les doy mi bendición" dijo suavemente
Al escuchar eso, Luke se ahogó con su comida y Charlotte escupió lo que estaba bebiendo,
-"¡Madre! ¡¿Qué fue eso?!" gritó 
-"Hija mía, soy tu madre, te conozco. También conozco la mirada de un hombre enamorado" dijo volteandose hacia Eliot ofreciéndole una sonrisa
Lo que hizo que ambos se ruborizaron al punto que la cara de Charlotte se entremezcla con su pelo.
-"¿Por qué?" dijo intrigada volteandose hacia mí
-"Para así volver junto a mi familia" dije con una mirada lúgubre
-"Entiendo, quédense este mes y luego pueden partir nuevamente" dijo volviéndose a su plato y asintiendo 
Hecho esto, la cena continuó en completa paz y luego nos dirigimos cada uno a nuestras habitaciones sin volver a intercambiar palabras. Una vez en mi habitación, me desplomé sobre mi cama, el hecho de haber usado la piedra, aunque haya sido por un momento me dejó completamente exhausto, pero a pesar de ello, Nimué tiene razón, necesito mejorar para no depender de las piedras. Lo mejor va a ser tenerlas guardadas en las lunas dentro de mi Invrium, pero de llegar a ser necesario para salvar la vida de mis amigos, las voy a usar sin dudar. Podría ser un buen entrenamiento para aumentar mi capacidad máxima de energía para dejar de desmayarme tan seguido, pensándolo de esa manera podría ser útil, seguramente mañana le voy a preguntar a Nimué sobre ello a ver qué piensa. Y sin darme cuenta, me quedé dormido. 

Al despertar, comencé a abrir lentamente los ojos hasta que una voz me forzó a hacerlo de golpe, 
-"Buenos días, rayito de sol. Hora de entrenar" dijo Nimué sentada a mi lado con una sonrisa maliciosa
-"Ni desayunar me dejás" dije suspirando
-"Tenemos sólo un mes, no hay tiempo para detalles" dijo cruzándose de brazos
-"Está bien, vamos" dije incorporándome 
-"Así me gusta, en diez minutos en el patio trasero" dijo poniéndose de pie y dejando la habitación
Si no fuera porque ya sufrí los entrenamientos del señor Deimos, me sentiría abrumado por la tensión que me transmite esta mujer, pero no puedo quejarme, accedió a entrenarme y eso ya es algo que realmente debo agradecer. No sé cuánta gente confíe en un patrocinado demoníaco pero no debe ser mucha, y deben ser muchas menos las personas que pueden entrenar junto a una princesa imperial. Supongo que finalmente concluí el amargo camino inicial, y ahora las cosas comienzan a mejorar, sólo espero que se mantengan así,
-"¡MILO!" se escuchó un grito que hizo temblar el mismo palacio
-"¡Carajo, Nimué!" dije levantándome lo más rápido que pude y corriendo hacia el patio trasero

AnawondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora