-David...
Sintió su piel erizarse al sentir el susurro ajeno rozando sus labios, volviendo a besarse con un poco más de intensidad que la última vez.
Las curiosas manos del azabache bajaron por el torso del moreno, delineando con sus dedos la musculatura que el mayor se había ganado tras tantos años de entrenamientos matutinos y ejercicio diario en sus tiempos más 'mozos'. No era ningún culturista, pero se notaba que ahí estaban.
El de orbes miel tampoco se quedaba atrás, levantando con lentitud la camiseta azul que llevaba el menor, dejando mostrar una pequeña parte de su abdomen. Alejandro no era mucho de ejercicio, y aunque a veces comía más que un cerdo en ayunas, mantenía su delgada figura de siempre, una que David adoraba. Rozó la blanca piel con extrema delicadeza, como si fuera capaz de romperla con una pequeña fuerza.
Esta vez tuvo que ser el mayor quien levantara la cabeza para el beso, debido a la altura extra que consiguió el menor al sentarse en su regazo. Se sentía bien, como una corriente electrizante que le dormía el cuerpo y la mente, simplemente adicto a esa mezcla de acciones que ambos estaban de acuerdo a hacer. Ponía todo su autocontrol para no pasar más arriba del ombligo, no quería acelerar todo esto.
-Chicos, Borja a conseguido que vuelva a funcionar la...- sin previo aviso, la puerta de la habitación fue abierta por Raúl, el cuál se calló en seco al ver la escena. Las mejillas de ambos ardieron en rojo, separándose del beso mientras se arreglaban las camisas- Hostia puta. ¡Samuel, que te violan al niño!
El de mecha amarilla salió corriendo de allí, dejando a dos avergonzados David y Alex en la pequeña habitación de invitados de la casa de Samuel. Habían quedado los nueve para una quedada de ver películas de Netflix y comida basura, pero aprovecharon el pequeño momento de descuido del resto por la televisión del salón se fueron a un lugar más 'privado', no queriendo compartir sus escenas amorosas frente al resto. Sentían que era de mala educación comerse los labios con sus amigos delante.
El mejor se bajó del regazo ajeno, ayudando a levantarse mientras se sonreían avergonzados, entrelazando sus manos.
-¡DAVID, DEJA EN PAZ A MI NIÑO AHORA MISMO!- y ahí llegaba, la voz del posible asesino de sus aún no nacidos hijos.
-Alex, si no salgo de esta, quiero que sepas que te quiero- el menor rió ante la dramatización del moreno, viendo a un enfadado Samuel ingresando a la habitación con un divertido Raúl detrás. Qué hijo de puta-. Juro que no hice nada.
-¿Seguro? Un poco más y os quedáis sin camisa- Raúl sintió un fuerte golpe en su nuca, girándose para ver a un enfadado Borja con el ceño fruncido-. Pero Luzu mi niño, ¿y este ataque hacia el amor de tu vida?
-Deja de meter leña al fuego y ayúdame con las pizzas, ya han llegado- el menor asintió cabizbajo, caminando al lado del mayor-. You're an idiot, honey.
-Joder Borja, que no sé inglés.
Alejandro vio la oportunidad de escapar, ofreciéndose a ayudar a los contrarios con las cajas de pizza que descansaban en la mesa de la cocina, dejando al mayor a su suerte con Samuel. Este frunció el ceño, cruzándose de brazos.
Su nivel de enfado era más de 9000.
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Luz de luna// Fargexby
RomanceDavid tan solo era un chico vacío y sin vida, viviendo sin tener emociones o sueños. Al menos así era hasta aquella noche, donde vio a aquel chico sentado a su lado bajo la luz de la luna. °Esta obra es ficción, utilizo a sus personajes, no a los yo...