Pv Emma
Mi teléfono comenzó a sonar y atendí al ver que era Dylan.
-¿De quién es la maldita chaqueta que llevas?
-¿Qué? Cómo supiste...
-Puedo verte. Las cámaras de vigilancia están vinculadas a mi teléfono. Ahora. ¿De quién es la maldita chaqueta que llevas?
Miro directamente a la pequeña cúpula negra sobre mi cabeza y sonrío.
-¿Estás celoso?
-Sí. No volveré a preguntarte, preciosa.
-Jeremy vino a traerte unos papeles mientras estabas en el baño. Solo pensé en bajar antes de que suba y te atrape... ocupado.
-No respondiste mi pregunta, Emma.
Sonrío para mis adentros y me muevo hacia adelante y hacia atrás inconscientemente.
-Es de Jeremy. El de la pizzería no trajo las cosas adentro. Tuve que salir y buscarla. En la ventisca. Casi me muero de frío. - saco mi labio y miró a la cámara- Fue horrible, Dylan.
-Ese hijo de puta.
Levanto mis pestañas hacía él.
-¿Qué vas a hacer?
Hay un pequeño silencio mientras un crujido de tela se filtra por el teléfono. Debe estar vistiéndose.
-Te diré lo que voy a hacer.- gruñe. Mi sangre se calienta ante la inminente promesa de tortura que él entregará para defender mi honor- Voy a dejarle a ese hijo de puta una mala crítica.
Espera.
¿Qué?
¿Una mala crítica?
-Correcto.
-De acuerdo, detente con la voz de Batman. Ahora suenas ridículo, subiré.
Termine de hablar y corte la llamada.
Entre al elevador y presione el piso en el que estábamos. Cerré mis ojos y comencé a tararear mi canción favorita para pasar el rato.
Las horas pasaron.
Sus manos me rodean la cintura y me atrae hacia él.
-Vendrás conmigo a la otra ciudad.
Intentó reír, pero es más una respiración mientras estudio sus labios. Llenos. Suaves. Besables.
-Qué exigente, señor Winchester.
-Eso soy, señorita Hart. Nos marchamos en una semana.
Está tan cerca. Huele tan bien. La lucha para encontrar mi respiración es real. Cuando finalmente lo hago, no puedo evitar provocarlo.
-¿Qué te hace estar tan seguro de que iré? Tal vez tengo planes.
-No tienes planes, Emma.- dice, sus labios rozando mi mandíbula
Arqueo mi cuello para darle un mejor acceso.
-Podría.
-¿Sí? -se abre camino hasta el lóbulo de mi oreja y lo toma entre los dientes- ¿Como qué?
Mis muslos se aprietan. El dolor que hay allí provoca un escalofrío que recorre mi espina dorsal ante el recuerdo de la noche anterior.
-Tal vez tengo una cita.
Se queda inmóvil.
-¿Una cita?
Mmm... esto podría ser divertido.
ESTÁS LEYENDO
Los declaro Odioso y Odiosa [TERMINADA]
RomanceSe suponía que el arreglo era simple. Mantenerse casados por doce meses. Jugar el papel de cónyuges perfectos, debería de ser fácil. Ella lo haría por la promesa, y él heredaría la fortuna de su familia. Pero nada se corta y seca cuando se trata de...