Escrito con un cuchillo

Prologo

Mi querido Joseph,

El amor es bello. Como rosas de rojo sangre, sangre caliente derramada del pecho de esta pobre alma, es hermoso, a la vez que doloroso. Mi amado, mi todo, por ti es que se derrama esta sangre, que tiñe rosas de rojo y llena mi corazón con ese amor. Veo como hablan de mí, de nosotros, en los periódicos y en las noticias. De mi "obsesión". De mis "crímenes". Mi humilde amor no es una obsesión. El verdadero crimen es el cómo utilizan sus viles palabras para describir mi bello amor.

El amor es devoción. Pues estoy en total disposición a ti, mi corazón, mi cariño, y es que todo lo que hago, es por y para ti. Así te entrego, pues, esta obra de arte. Rosas teñidas de sangre roja -la misma sangre que utilicé para escribirte así esta carta- enterradas entre costillas, reemplazando ojos, y llenando una boca sin más palabras por decir. Estaría de más explicar que simboliza esta hermosa pieza de arte, pues con tu gran habilidad ya seguramente lo sabes con seguridad, pero para darte la razón, si. Este cadáver de una "pobre alma" es una representación de mi, y de mi sentimiento ante este amor.

El amor te llena. Llena de flores tu interior, de mariposas tu estómago, y no te deja hablar, ni ver, nada más que amor. Igual que esta obra de arte, ni la primera ni la última. Y es para mi un placer, que este amor, tan bello, tan devoto, tan llenador, sea gracias a ti.

Espero verte pronto, querido

Con gran amor,

-Rosas muertas