Song Lan

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Luego de haber caminado sin un rumbo fijo por el mundo que una vez recorrió acompañado de la persona mas importante para él, volvió a llegar al comienzo. A pesar del tiempo transcurrido ese lugar seguía estando igual, igual de frío, igual de desolado, igual de doloroso.

Sus pies lo llevaron sin pensarlo una vez mas a las puertas de ese sitio que convirtió su vida en un infierno, ese lugar que albergó a la única persona que en su momento hubiese formado un nuevo Clan, pero el destino fue cruel y puso ante ellos un ser que no conocía escrúpulos y decencia, que con su retorcida manera de ser había arruinado sus vidas, condenandolos a estar separados, sin siquiera poder hablarse, porque esa alma blanca y benévola se había convertido en fragmentos y se rehusaba a volver.

Y él ahora era un ser que distaba mucho de un ser humano, exteriormente quizás ya no lo parecía mucho, pero en su interior aun albergaba los mismos sentimientos que tenía en su pasado, solo que ahora no tenia con quien compartirlos, no tardo mucho en comprender que lo que sintió una vez como una amistad fraternal, se había convertido en amor, puro y sin restricciones, pero nunca pudo decírselo ni tampoco pedirle perdón por culparlo, habían sido egoístas palabras que alejaron a quien mas quería de su lado. Nunca imagino en esos años que ese malentendido haría que nunca mas pudiera hablarle, jamas pudo decirle: "Lo siento" y "Nunca fue tu culpa".

Parado allí contemplado el ultimo lugar en que había visto con vida a esa persona, el ultimo lugar que cobijó su triste historia, el ultimo lugar en donde todo comenzó y termino. Ese maldito lugar que de no ser por esos dos cultivadores sería su prisión eterna o hasta que ese ser malévolo lo quisiera así.

Ese ser que recibió un castigo merecido por todos los años de mentiras en los que hizo vivir a su compañero. A pesar de su actual situación siempre estaría agradecido con ambos por ayudarlo a recobrar su conciencia y acabar con el tiempo que estuvo prisionero en su propio cuerpo, de no ser por ellos quizás aun seguirían en el enfermizo juego de esa bestia.

Mientras observaba las estrellas, fijo la vista en la hermosa luna que lo acompañaba y le preguntaba a los cielos:

-¿Alguna vez volverás a este mundo? o tal vez no e importa si no vuelves, pero te comunicarías conmigo para poder expresarte lo que siento y poder pedirte perdón? Pero sobre todo decirte: JAMÁS FUE TU CULPA.

¿Volverás XingChen, mi luna brillante, mi suave brisa?

Pensamientos ErrantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora