Me mareo un poco al poner un pie fuera de la habitación, creo que nadie de nosotros se percató que ya había amanecido, los pasillos están cubiertos de luz y el arcoíris se refleja en ellos.
Elijah esta cómo si nada, se mantiene de pie sin tambalearse como si se acabara de despertar mientras que yo estoy desecha, los pies me duelen demasiado, la cabeza me da vueltas y los ojos me pesan al igual que todo el cuerpo, podría dejarme caer justo en este instante y tomar una bien merecida siesta en el suelo.
La reina camina delante de nosotras con la otra reina, ellas parecen ser las únicas que no están ebrias aunque las vi tomar demasiado en el transcurso de la fiesta. Las otras señoras se tambalean mientras caminan y las ladies son quienes las ayudan a mantenerse de pie, aún así eso no hace la gran diferencia pues algunas de ellas también están ebrias.
— Elijah, hazme el favor de llevar a Lady Larenie a su habitación, yo tengo que tomar un descanso.— creo que en otras circunstancias esto se habría considerado como algo inapropiado. Despierta Laris, no estamos en el siglo diecinueve.
Él solo asiente con su cabeza y toma la dirección contraria a la de su madre, lo sigo a una prudente distancia ya que camino a todo lo que mis pequeños pies dan. Él se ve mas alto de lo normal, incluso ahora que traigo unos tacones gigantes, su espalda es ancha... y esta recta... camina como si fuera un soldado entrenado, a través de la camisa se pueden ver sus músculos... y... Dios, debo de estar demasiado borracha.
Se detiene antes de bajar las escaleras, voltea a verme y parece ser que se queda sin palabras.
— Yo puedo irme sola a mi habitación, desde aquí conozco el camino... procuraré que nadie me vea...
— No es eso, o sea si pero hay algo mas, hay algo que quiero que veas... también algo que quiero pedirte...
— ¡Larenie!— grita una voz masculina que proviene del otro lado de las escaleras y deja a medias la petición de Elijah.
Kairlen se acerca a pasos grandes hacia mi, Elijah se hace a un lado para dejarlo pasar, Kirn me toma de la mano, me hace dar una vuelta lenta mientras recorre mi cuerpo con la mirada, me siento incomoda cuando levanta mi falda para ver mis pies.
— ¡Hey!— le reprimo— no puedes hacer eso.
Me ignora por completo, se pone de pie de nuevo, toma mis brazos y los examina al igual que mi cara, al final se detiene en mi cuello, roza con la yema de sus dedos el área haciendo que se me erice la piel. No comprendo lo que está haciendo hasta que el recuerdo de Tillie vuelve a mi, los ojos de Kirn reflejan una mezcla de ira, tristeza, confusión y algo mas.
— Me enteré de lo que sucedió... me alegro que estés bien.
Por el rabillo de mi ojo veo como Elijah me hace una seña de que al rato hablaremos y se retira, quiero seguirlo pero su hermano me lo impide al tomarme de las manos.
Me suelto de su agarre por el bien de su reputación, ahora que es de día es probable que alguien pueda reconocerme por lo que debo de llegar a mi habitación lo mas pronto posible.
— Si, si, fue algo inesperado y claramente doloroso— aunque han pasado demasiadas horas puedo asegurar que las pequeñas marcas de las espinas continúan ahí.
— Podemos ir con un sanador si...
— De hecho tengo que irme, además me gustaría conservar estas marcas, me recuerdan que tengo que tener demasiado cuidado con las ladies de este palacio.
Ahora que lo recuerdo... veo los ojos de Kirn me alejo de él, él es como los demás; el príncipe Kairlen es como su hermano, tal vez el también controle el clima o el hielo como Genevieve, las plantas, la luz... las mentes...
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Prisionera de la Corona
FantasyEn mi mundo lleno de libros, estaba acostumbrada a leer sobre los reyes que gobernaban grandes naciones, algunos príncipes se enamoraban de las plebeyas y se convertían en reinas con el pasar del tiempo. No estaba preparada para lo que veían mis oj...