Harry
Addy y yo permanecimos en un silencio nervioso y pensativo durante el camino hasta Oldham. Ambos totalmente sorprendidos por la noticia reciente. Seguía repitiendo las palabras que me había dicho mi novia hace unos momentos atrás: "Nathan está muerto."
No sabía cómo sentirme, porque claramente él me había hecho la vida imposible y por ende no siento la más mínima tristeza o pena dentro de mi. Pero seguía siendo (lo era) un ser humano después de todo, y personalmente no le deseo la muerte a nadie, por más horrible que sea, no me corresponde a mí desearla el mal a las personas. La vida se encargaría en algún momento de cobrarle a aquellos que han obrado mal.
Y supongo que a Nathan le había llegado la hora, tampoco me sorprendía, ese tipo estaba lleno de enemigos por todos lados. Estar involucrado de fondo en el crimen es el camino más seguro y corto a la muerte.
Cuando decendí la velocidad en aquella zona baja y poco menos movida que el centro de Manchester, divisé el almacén de Nathan que quedaba justo frente a un pub cerrado.
—¿Es aquí? —preguntó Addy mirando a su alrededor. Asentí y giré el manubrio para detenerme metros más atrás del almacén. Estaba realmente sola la calle, solo a unos pasos atrás un señor estaba esperando el autobús en la parada— Llamaré a Charlie.
Pero justo cuando Addy estaba buscando su nombre en el registro de llamadas, tocaron la ventanilla de atrás repetidamente. Ambos nos sobresaltamos pero al ver que era el hermano de mi novia desbloqueé los seguros y él se subió al auto rápidamente, lanzando un morral en el asiento. Su cabello estaba algo despeinado, tenía un pequeño golpe en la barbilla y su rostro denotaba ansiedad total.
—¡Charlie! ¿Puedes decirme que demoni...?
—Te cuento en el camino, ¡Arranquen! La policía ya viene —Charlie interrumpió a Adeline y esta lo miró con los labios apretados y las miles de preguntas picando en la punta de su lengua, justo como yo. Puse nuevamente en marcha el vehículo mientras hice contacto visual con Charlie através del espejo retrovisor.
Mi gran pregunta era que demonios hacía él ahí con él, ¿Estaba loco?
Addy se giró en su asiento para mirar a su hermano desde atrás y preguntarle nuevamente que había ocurrido. Escuché con atención mientras manejaba a casa de los Harlows.
—Yo... había quedado con Nathan hoy porque necesitaba arreglar la situación y darle el bendito dinero que Harry no quiso aceptar —dijo el de ojos azules yendo directo al grano. Alcé las cejas mirándolo através del retrovisor— Mi intención era hablar con él, darle su puto dinero para que te dejara en paz y que ya no tuvieses que seguir con sus juegos que solo te estaban jodiendo.
Solté un resoplido y negué sin poder creerlo, no sabía cómo sentirme. ¿Se supone que debería estar agradecido con él por intentar hacer eso, aunque mi resentimiento por él seguía igual que antes? ¿O insultarlo por ser tan jodidamente idiota y haber buscado su propia muerte? Que por suerte, había sido todo lo contrario. Fue muy iluso pensar que Nathan aceptaría el dinero y lo dejaría ir sin ningún problema, no cuando jamás se había vengado de Charlie y tenía la oportunidad de hacerlo frente a sus ojos.
—No puedo creer que hicieras eso, fuiste a buscar tu propia muerte, y lo sabes, Charlie. No te pedí que hicieras eso —hablé por primera vez, viendo de reojo como Addy nos miraba a ambos.
—Lo sé, pero estaba intentando arreglar la mierda que hice porque te lo debía, Styles —vi como Charlie se cruzó de brazos y miraba fijamente el morral a su lado— De todas formas ni llegué a entregarle nada o que me apuntara con algún arma, minutos después que llegué yo dos tipos rapados y con tatuajes en la cara entraron al lugar y le dispararon a Nathan. Logré correr y escaparme por la puerta trasera, ahí fue cuando te llamé Addy. Los tipos como de rápido llegaron rápido se fueron.
ESTÁS LEYENDO
skin [h.s]
FanficCuando Addy conoció a Harry en aquella tienda de tatuajes, se encontró fascinada por el arte en su cuerpo y no imaginó los secretos ni el dolor que escondía bajo su hermosa piel llena de tinta. Un agobiado y desesperanzado Harry no se esperó que alg...