-¡Papi! -Dijo mi hija corriendo a mis brazos
-¡Hola princesa! -Dije cargándola- ¿Cómo estuvo este día?
-Mal... -dijo cambiando su sonrisa
-Disculpa... ¿podemos hablar un minuto?
-Claro... -Dije bajando a mí hija- ¿Qué paso?
-Hoy Abril lleva una nota porque se peleó con un compañero y él la empujo y se cayó... se raspó la pierna... pero no mucho. Ella estaba asustada. Pero bueno, la nota era para decirles eso.
-Bien... yo hablo con ella... y veo como tiene... ¿sabes por qué fue?
-No quiso decirme.
-Bien...gracias por avisarme
-No es problema... -sonrió
-Chau seño... -dijo Abril saludándola
-Chau hermosa... nos vemos mañana... -le dio un beso
-Adiós... muchas gracias... Ah... una última cosa... ¿les llegó la nota?
-¿Tu autorización? -Asentí- Sí... la respondimos... la directora hablará con usted en estos días.
-Bueno... muchísimas gracias
-No es problema...
-Nos vemos
-Adiós...
Comencé a caminar con Abril, ella era hermosa. Su cabello largo recogido a ambos lados, lacio... con algunos tonos rubios. Es perfecta.
Mí nombre es James Maslow, tengo veintisiete años y vivo con mí pequeña hija, Abril, de cinco años. Estuve casado hasta dos o tres días atrás, Samantha había inventado una historia falsa, y de esa manera se refugió en su actual pareja...
En el divorcio acordamos pasar días con Abril turnadamente. Es decir, esta semana ella está conmigo y el fin de semana con su mamá o viceversa.
Yo soy el jefe de una de las más grandes compañías en San Diego. Y eso fue otro punto a favor para Samantha, ya que cuando necesita algo para Abril, me pide el dinero. Es por ello que mí hija, ama pasar tiempo conmigo... porque sabe que mientras me de el dinero, le pagaré sus actividades, el colegio, algún gusto... lo que sea.
-¿Qué fue que paso Abril?
-Nada... Aaron me dijo que yo era una perdedora por tener a mis papás separados... -comenzó a llorar
-Bueno mí amor... -dije abrazándola y cargándola en mis brazos- Pero... de seguro no lo hizo con intención de lastimarte... son niños...
-Sí... pero me empujó, me quitó mí lugar y me caí.
-¿Lugar de qué?
-Para comprarle a la seño un caramelo. Era un juego y ellas nos daban dinero hecho con cartón y nosotros compramos ahí lo que queríamos y yo quería un caramelo hasta que él me empujó y me caí...
-¿Te lastimaste?
-Sí... la rodilla... -me miró
-Bueno... ya pasará... ¿querés que papi te lleve a comer?
-A McDonalds... -sonrió.
-Bien... comeremos allí... -sonreí y le di un beso- Pero primero, ¿me acompañas a buscar algo a mí trabajo?
-Sí... -me abrazó- tengo tarea...
-Ah... pero entonces no podemos ir a comer... -la miré
-Sí que podemos... -rió