Capítulo 12

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Capitulo 12

- Vigila tu lenguaje –había amenazado a David, después de que otros dos compañeros los hubieran separado.

Nadie le molesto demasiado desde entonces, y eso estuvo bien. Sabía que estaba gruñón, pero no tenía nada que ver con Josephin Smith. Estaba muy ocupado, eso era todo. Una fusión de empresas fue mal y un pleito de responsabilidad contra otro cliente parecía que iba a terminar en un juicio con jurado. Tenía demasiado trabajo.

- Basta de tonterías, Yaman – murmuró Can.

Todo tenía que ver con ella. A ningún hombre le gustaba que lo rechazaran. Su humor era terrible y pasar el fin de semana con Jonás no iba a mejorarlo. Can se giro para mirar a la avioneta. Nadie sabía que había llegado. Solo tenía que montarse en ella otra vez y dirigirse hacia la costa oeste... Una mano le agarró el hombro.

- Hazlo y te juro que te cazaré y usare tu cabeza hueca como trofeo –le advirtió una voz familiar.

Can se dio la vuelta y vio la cara sonriente de su hermano Ferit.

- ¿Ahora lees la mente?

- No, a no ser que esperes que crea que tienes mente, hermano mayor.

- Demonios –dijo Can, después de unos segundos, sonrió y se abrazo a su hermano. –No puedo fingir cuando estas delante. Ya veo que sigues tan horrible como siempre –bromeo dando un paso hacia atrás para mirar a su hermano.

Ferit se fijó en sus pantalones grises, su camisa blanca y su corbata de seda granate colgando del cuello abierto y sonrió.

- Debe ser cosa de familia.

Can se rió, se acerco a la avioneta y empezó a sacar sus cosas.

- Gage no ha cambiado de opinión otra vez. Va a venir, ¿verdad?

- Sí, estará aquí. ¿Qué has hecho? ¿Traerte toda la oficina?

- Algunos sabemos lo que significa trabajar –contesto Can mientras agarraba la chaqueta, el maletín y el ordenador portátil. –He venido directamente de una reunión.

- Ahora empezara a decir nombres –dijo Ferit mirando al cielo-. Venga, suelta los nombres de chicas. Comprobemos si algo me dice que estas harto de morenas explosivas deseando demostrarte sus talentos en la cama.

- No estoy harto de morenas –le cortó Can-. ¿Y a qué viene esa broma?

- Perdona, tío, solo era una... ¿Acabo de tocar un punto débil o algo así?

- Algo así –respondió Can tras unos segundos. Y sonrió o lo intento al menos. –Es el calor, este maldito calor de Turquía. Ya no estoy acostumbrado a él. Esto es como un horno.

- Ya lo has dicho.

- Pues lo vuelvo a repetir, maldita sea, Ferit...

- ¿Por qué estás intentando cambiar de tema de conversación, Can?

- ¿Qué tema?

- ¿El por qué casi me arrancas la cabeza hace unos segundos?

Los hermanos llegaron al jeep que Ferit había dejado aparcado. Se detuvieron cada uno a un lado del vehículo y se miraron por encima del techo.

Can se dijo que seria fácil preguntarle si se acordaba de la subasta, de la morena de la que le había hablado, decirle que había pasado un día en la cama con ella. "Soy muy mayor para creer que las mujeres como esa merecen que se pierda el tiempo con ellas, pero sigo pensando en ella y recordando detalles. Como el modo es que me echo, aunque había gritado la ultima vez había estado en mis brazos..."

Más allá de un sueño (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora