Noche 3: Poseída

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Al llegar la noche todos estabamos nerviosos, nadie había conseguido dormir en la mañana y quedarse en pie toda la noche no era tarea fácil. Aurora debido a su corta experiecia estaba aterrada, pero tenía que disimularlo para no plasmarlo en nosotros. En ningún momento apagamos la luz, eran las 9:30PM y todavía yo no tenía sueño, pero lo que me asustó de verdad era que Daniela estaba bostesando. No podía dejar que pestañeara así que cogí el vaso de agua de mi mesilla y se lo eché en le cara; del susto y el frío del agua alivié su sueño un rato. Luego se acercó a mi y me dió las gracias, su corazón latía cada vez más y no dejaba de mirar para las paredes, estaba muy nerviosa. Pasaron las horas y ya los bostezos eran más, ya no había vaso, ni cubo de agua que frenara tanto sueño. Eran las 12 en punto y el fantasma del cura Alberto quiso estar presente. Por un momento se me erizaron los pelos con un escalofrío inmenso, Daniela estaba a mi lado y notó las señales de mi cuerpo. El hedor a carne podrida entró en el cuarto con una ráfaga de viento, por un instante pensé que nos estaba ayudando ya que no había quien pegara ojo con tanta peste. Y era preferible tragarse el hedor putrefacto, que morir. Pero en realidad nos lo hacía cada vez más difícil. La luz del cuarto empezó a tintinear, vimos su sombra varias veces en las paredes y ya comenzaba la cuenta atrás, eran las 12:01AM y debíamos resistir hasta las 6:00AM. A Daniela y a mi todavía nos quedaban fuerzas, Aurora ni siquiera había pestañeando, Andrés y José estaban jugando al tres en raya para calmar el sueño y Amelia se estaba dando suaves cachetadas para animarse. Vanesa era la única que estaba dando cabezazos, ella estaba en un rincón sola y de repente se queda dormida. Antes de poder percatarme y despertarla, la luz se apaga, no la pude ver, yo sólo abrazaba a Daniela y le susurraba que por favor no se diera por vencida.
De pronto la luz se enciende y todos sabemos que si está todo oscuro y se encienden las luces, no conseguimos ver nada en un momento. Todos estábamos tratando de ver, yo acercaba y alejaba la vista, hasta que conseguí ver, miré del lado izquierdo hacia el derecho, todo parecía normal , pero me paro un momento mirando hacia la derecha y veo a Vanesa subida en su cama con la cabeza abajo, pero aún se podía ver su rostro. Todos al recuperar la visión la miraron, su rostro ya no era el mismo, tenía los ojos más grandes y de color rojo vino bastante extraño. Bajamos hasta su boca y estaba sonriendo de una forma terrorífica. Se quedó así por unos segundos y de pronto sube sus manos hacia su cabeza y tuerce esta de una forma paranormal. El color rojo oscuro de sus ojos fue cambiando, y susonrisa macabra se desvanecía; dió un paso al frente y su cadáver cayó al suelo. Todos gritaron de miedo, era increíble y nadie quería creer que el fantasma del cura Alberto había poseído a Vanesa hasta matarla. Me acerqué hasta su cuerpo y tenía en sus manos una nota y unos dados. Mi corazón se había pasado toda la noche latiendo como nunca antes había latido, y en cuanto deduje de donde venían y para qué eran esos dados y la nota, casi explota. Nadie logró pestañear después de eso, y pasaron y pasaron las horas hasta las 5:59AM. En este punto el olor se fue disipando, las sombras desaparecieron y a las 6:00AM ya comenzaba a salir el sol.

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