Primera semana de bachillerato, el comienzo de mi tragedia.
Todos decían que bachillerato era un suplicio, que me iba a costar la misma vida, pero ahí estaba yo.Sabía que tenía que concentrarme mucho para sacar este curso, pero hay un problema, ese problema tiene nombre y apellido.
No sabía que pasaba, no sabía cómo expresar esa sensación, ya que nunca la había sentido.
******
Eran las 13:30 de un lunes. Hacia calor, pero una ola de viento entró por la ventana que daba directamente hacia mi.
Sentí frío, en pleno septiembre.Estaba tiritando, hasta que encontré sus ojos, que estaban ardiendo.
Ese ceño fruncido característico de ella.
Su nariz, perfectamente colocada.
Su boca... Con esos labios carnosos y sonrosados.
Su pelo, lo tenía negro, muy negro. Hoy se lo había planchado, y le quedaba expectacular, no tenía otra palabra.
Era imposible no apreciar su belleza.Sus ojos marrones se pusieron a mirarme fijamente. Los míos actuaron de forma totalmente distintas. Se fijaron en el chico de su lado. Matías.
El chico perfecto, se podría llamar así.
No sabía si su familia era adinerada, pero vestía con sudaderas de marca. Pantalones anchos, y como no, sus zapatos para hacer skate, un poco sucios ya, pero todavía seguían en pié.
Las gafas de pasta negra le hacían juego a su piel pálida, mientras que su pelo perfectamente recortado era castaño.
Todas estaban locas por él, es normal, es el chico skater que no le importa nada, va con sus cascos y el skate por todas partes.Se notaba que a la gente solo le gusta el físico, porque el chico no era muy listo que digamos.
Había repetido ya varias veces, sus notas dejaban muchísimo que desear, pero él, aún así, no estudiaba ni hacía nada para seguir adelante con sus estudios.Giré otra vez mi cabeza hacia la chica, ella no me miraba, si no que miraba a su mesa, más bien a un papel, en el cuál escribía algo.
Ellos se sentaban a mi izquierda, en la penúltima mesa, mientras que yo me encontraba en la derecha, en la última fila, al lado de las taquillas.
Conmigo se sentaba Carlos, se podía considerar mi hermano. Llevamos desde los 3 años juntos, pero cogimos confianza al llegar al instituto. Teníamos gustos iguales, empezamos a hablar mucho... Hasta el día de hoy.
Literalmente nunca nos separamos, se podría decir que es mi alma gemela, es mi amigo, mi compañero, sí, defensivamente es mi hermano.******
Me había hipnotizado la mano de la chica. Cogía el lápiz de la misma manera que yo. Su forma de escribir era rápida, muy rápida.
Estaba siendo muy descarada, tanto que Matías me miró, así que decidí hacerle caso a mi amigo, el cual me estaba hablando.
- Deja de mirar tanto a Matías, sabes perfectamente que está enchochado con la otra, son tal para cuál.
Carlos se creía que me gustaba Matías, porque no dejaba de mirar a su asiento, pero de él no me gustaba ni su nombre.
- Ya ya Carlos, pero es inevitable- dije con una sonrisa falsa en la boca.
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Ella me estaba afectando, y mucho.
No podía concentrarme con ella delante, mirando como el tutor, llamado David, daba el horario, el cuál no copié. Estaba más interesada en otra cosa.Ella, no se que tenía, pero me hipnotizaba.
- Elena, copia ya el horario, paso de estar mandándote esto cinco veces al día. - dijo Carlos en forma de susurro.
******
Quedaba poco para irnos ya, pero otra corriente de frío atacó la ventana, hasta que llegó hacia mí.
Tirité, y en ese instante ella clavó sus ojos oscuros en los míos.Fui valiente, me deje llevar y la miré yo también a los ojos.
Era un ángel, era realmente guapa, pero era un ángel convertida en demonio.
Las malas lenguas hablaban muy mal de ella, que tenía muchos secretos, que nunca era fiel... No la conocía, no podía creer esa afirmación.
El timbre sonó, era hora de irnos a casa.
Recogí todo a la par de Carlos, vivíamos relativamente cerca, así que siempre nos íbamos juntos.Bajamos las escaleras hasta salir por la puerta principal.
Allí estaba nada más y nada menos que Matías, y la chica que hacía que mi cuerpo sintiera cosas extrañas.Me iba a ir, pero antes giré mi mirada hasta donde estaba ella.
Pasé frío, mucho frío con las ráfagas de viento repentinas, pero me congelé cuando vi sus ojos, lleno de lágrimas.- ¡VAMOS ELENA! ¡Vamos a llegar tarde, mi padre nos está esperando! - Carlos se estresaba ya que su padre siempre decía que tenía que estar justo a la hora.
- Si, perdona Carlos - mi tono de voz era decaído, despues de haberla visto así, era imposible cambiar mi todo de voz.
Mi cuerpo empezó a tiritar mientras íbamos hacia abajo.
Era una especie de escalofríos cada vez que pensaba en ella.Su pelo negro y sedoso. Su nariz, sus labios... Sus ojos, fríos como la nieve.
Ella... Ángela...
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FOCUS
RomanceNadie sabe lo que ella guarda. Nadie sabe porqué se comporta así. Nadie sabe nada de ella, pero todos creen saberlo todo. ¿Ella es realmente lo que dicen?