CAPITULO 1

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Adaptacion de la historia original con el mismo nombre, gracias a Isabella-san por dejarme adaptar su historia, espero la disfruten y pasen a ver sus historias.

En las afuera del páramo aquella mujer de cabellos del más fino color verde caminaba con su hijo de diez años, él era una fina mezcla entre su padre el cual era un licántropo y ella la cual era la reina de las ninfas

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En las afuera del páramo aquella mujer de cabellos del más fino color verde caminaba con su hijo de diez años, él era una fina mezcla entre su padre el cual era un licántropo y ella la cual era la reina de las ninfas. Su deber como reina era proteger su pueblo, aun a costa de romper su corazón de madre. Ella sabía muy bien que su hijo no tendría oportunidad fuera del páramo que los protegía, y si él sobrevivía terminaría siendo odiada por él. El niño de piel clara, ojos esmeraldas como los de ella, pero aun así mostraban inocencia, él se soltó de su agarre y busco unas flores las cuales solo crecían en los límites de su dominio.

 El niño de piel clara, ojos esmeraldas como los de ella, pero aun así mostraban inocencia, él se soltó de su agarre y busco unas flores las cuales solo crecían en los límites de su dominio

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madre de midoriya

Midoriya: madre, a mis hermanos les gustaran estas flores, dentro de poco se casarán y se irán -dijo de forma tierna, tal vez eso sería lo que más extrañaría de su pequeño, el hecho de que simplemente amaba todo, sin importar de como los demás lo mirasen. -Mami, ¿Por qué estamos fuera? - pregunto dándose cuenta que estaba fuera lo cual estaba prohibido

Inko: Mi cielo, tienes que entender que antes de ser tu madre soy la reina del páramo, y en mis manos está el bienestar de muchas personas, y muchas de ellas te temen por el simple hecho de que eres diferente, no eres un licántropo y tampoco una ninfa, no pareces tener habilidad alguna, tampoco irradias la pureza que debes, por ello no sabemos de lo que seas capaz, pero solo pido algo aunque sea un deseo egoísta espero que puedas cumplir si no te vuelvo a ver -ella se levantó mirando a su hijo el cual parecía no entender y era lo que más le dolía -No me odies, Izuku Midoriya a partir de hoy te revoco el título de príncipe del páramo y quedas exiliado, no podrás volver a entrar y tampoco ver a tus hermanos- sin decir más dejo al niño solo con sus lágrimas y las flores que llevaba

Midoriya: Mami... No me dejes... por favor- el pequeño de diez años comenzó a correr sin rumbo alguno, pues una extraña nube de color balco lo envolvió perdiendo sus sentidos, sus pies comenzaron a doler haciendo que callera al suelo y su pequeña cabeza se golpeara con una roca, poco a poco todo piso era cubierto de sangre, sus ojos veían fijamente al cielo, por fin podría ir a jugar con sus abuelos, eran los únicos que lo trataban como un igual en aquel lugar que una vez fue su hogar. Unas pisadas se oyeron, pero él ya no tenía fuerzas para levantarse, poco a poco fue cerrando sus ojos, sintió un calor recorrer su cuerpo, pues alguien lo estaba cargando y sin más se durmió.

Mi exiliado (OMEGAVERSE) - AdaptacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora