Noviembre, 2019.
Malditos, son todos unos malditos hipócritas. —recriminó Sofer—
Ese día, lo estaba pasando bien, tampoco de llegar a los extremos que se estaba divirtiendo a lo grande, pero estaba tranquila.
¡Oh genial! Su tía vino de visita, bueno.
Alrededor de las seis de la tarde, Sofer se fue a dar un baño de 30 minutos aproximadamente.
Mientras que empezaba a quitar sus prendas de su cuerpo escuchó voces alzándose la voz, al parecer estaban en una discuta.
De inmediato las reconoció, era su madre y su tía. ¿Por qué tanto escándalo?—indagó la pelinegra—
Se acercó lo más posible a la puerta del baño en donde se encontraba, ya cerrada puesto que se iba a duchar.
Oh. Estaban hablando de ella. Ha de admitir que eso no lo vio venir.
Pudo escuchar varios fragmentos obviamente en contra de ella. Bien que anda sonríendole a la cara y ni bien se va anda hablando mal a sus espaldas.
Bueno, tampoco a sus espaldas. En varias ocasiones se lo ha dicho.
Intentó restarle importancia y se metió a la ducha. No más de cinco minutos cuando su madre entró por la entrada del baño, deslizando la puerta de la ducha con un aura fastidiada, dándole un pequeño empujón en el hombro izquierdo.
"Tu tía dice que estás más delgada, yo te veo igual"
Uhm, decirle eso a alguien que está haciendo todo lo posible por bajar de peso...
La verdad, Sofer recibió varias palabras en su desventaja, comentarios como, tú no eres normal, no haces nada, yo ya no sé que hacer contigo, entre otros.