Pausa para el café (NCT-GAY)

#5-LuKun (Kun x Lucas)

Kun sintió su presencia mucho antes de que llegara a su lado. Con el tiempo, casi sin querer, se había habituado al olor de su colonia diaria con el de los cigarrillos que quedaba impregnado en su ropa.

No sintió la necesidad de voltearse, sólo siguió cortando el repollo para la sopa de la cena. Ya tenía todo listo, había rebanado zahoria, cebolla, un poco de pimientos, medio tomate, ajo y zapallo, sólo faltaba el repollo y luego podría a hervir todo junto. Aún era temprano, pero le gustaba hacer el caldo con tiempo, para que se concentrara y tomara bien el gusto de las verduras. Hendery se había levantado algo mal del estomago y no había querido salir de la cama, Xiaojun y Yangyang, luego de haber intentado molestarlo, sólo en caso de que estuviera fingiendo, se preocuparon tanto que no habían querido dejarlo a sólo (incluso Xiaojun había corrido a la farmacia- si, corrió a la farmacia-, como alma que se la lleva el diablo, para comprarle algo de medicina). A veces le sorprendía la dinámica de los menores. Winwin estaba en su habitación tomando una siesta. Sicheng había pasado toda la tarde con los miembros de NCT y parecía que le habían robado toda su energía, aún así había regresado una gran sonrisa en su rostro.

—Kun-ge, tomaré una ducha— anunció Ten.

Kun respondió con un ruidito, escuchando cuando el menor dejó sus cosas en sillón: — ¿No puedes colgarlo en la entrada? —regañó sin apartar la vista de su tarea.

—Sí, sí, luego— respondió antes de encerrarse en el baño.

Kun suspiró, dejó el cuchillo de lado. Buscó su olla preferida para sopa y la llenó hasta la mitad con agua. Después, tomó la tabla donde tenía todo cortado para introducir en frio las verduras y colocó la olla sobre la hornalla. Sazonó con sólo con un poco de sal, pensado en el estomago sensible de Hendery.

Finalmente se apoyó sus brazos sobre la mesada. Se sentía algo cansado. La tía que los ayudaba en la casa se había enfermado, así que (le)s tocó ocuparse de todo por dos semana. Por suerte era el último día de la primera semana. Movió su cabeza de un lado a otro, escuchándolo tronar. Quizás aceptaría la sugerencia de Taeyong de contratar a una sustituta hasta que la tía se recuperara.

En ese momento sintió a las manos de Lucas masajeando sus hombros. Claro que sabía que era Lucas, porque Kun conocía muy bien el olor de su colonia de todos los días con los cigarros que impregnaban su ropa. Kun se permitió suspirar, las grandes manos de Lucas le hacían sentir pequeño y protegido, además de hacer maravillas con los nudos en su cuello.

—Te amo— susurró el menor dejando un besito en sus mejillas.

Kun sonrió, quizás podría soportar esa rutina por unas semanas más. Odiaba tanto el sentimiento de la domesticidad, pero que bien que le hacía fingir un poco de normalidad.