Epílogo

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Los suaves ronquidos de Jin Ling se mezclan con el sonido de la ya olvidada película que hace casi una hora estaban viendo.

Es tarde en la noche, están en la casa de Sizhui, ya que Jin Ling quiso pasar la noche y sus padres no vieron problema en ello, no es como si fueran a hacer algo más aparte de ver películas, ellos lo sabían pues los mayores confiaban en los chicos y a estos les daba terror que algo se escuchara hasta la habitación de la pareja casada.

Si su papá llegaba a escuchar algo... no.

Mejor era prevenir que lamentar.

Entonces, optaron por disponerse a ver películas toda la noche, algunas realmente buenas y otras tan malas que hacían a Jin Ling soltar comentarios mordaces sobre las malas actuaciones o la pésima trama a los cuales Sizhui solo podía agregar algo de vez en cuando y reír de vez en cuando.

Era agradable.

Pero pasadas las horas, finalmente Jin Ling cayo dormido, acurrucado sobre su pecho después de una sesión de besos que iban desde los más castos e inocentes a unos que les erizaban la piel y acaloraban su cuerpo, con los cuales tenían que parar antes de dejarse llevar, era difícil, demasiado, pero el sacrificio lo valía conscientes de que más oportunidades para desenfrenarse vendrían a futuro.

Entonces, con el menor sobre su pecho inconsciente de lo mucho que su solo contacto hace saltar como loco el corazón de su amado, es que Sizhui perdido en el rostro de su compañero hace memoria de todo lo que el chico significo para él.

Su vida en el orfanato no fue fácil, tenían lo básico, pero las atenciones que necesitaba un menor eran escasas, víctima de abusos físicos por niños mayores a él y la constante negligencia cuando a atención y seguimiento del menor se trata, se volvió alguien callado y asustadizo.

Con el tiempo, aprendió que era mejor guardar silencio que enfrentarse a los demás.

Para él fue una sorpresa el día en que dos hombres pidieron verlo, uno serio y silencioso, el otro hablador y enérgico, estos le preguntaron por su nombre, sus gustos, pasatiempos y amigos.

Solo pudo responder cómo se llamaba, se veía incapaz de mantener una conversación larga con dos desconocidos.

Pensó que jamás los volvería a ver, cosa que era usual, ya que las pocas veces que hablaba con adultos tenían una sola charla y después de está jamás los volvía a ver, grande fue su sorpresa cuando ese par volvió la semana siguiente, la siguiente a esa y la siguiente a esa, hasta que se volvió un hábito esperar emocionado las visitas de esos dos que continuamente le traían juguetes y algunos dulces.

Con el tiempo aprendió sus nombres, Wei Ying y Lan Zhan, supo que ellos no eran amigos sino una pareja de casados.

Supo que a Wei Ying le encanta la comida picante, mientras que a Lan Zhan le gusta más la comida suave.

Que Wei Ying es maestro en una escuela primaria y que Lan Zhan es músico y hacia parte de la sinfónica de la ciudad.

Que a Lan Zhan le gustan los conejos e incluso tenía un par en la casa, le mostraron fotos, prometiéndole que un día lo llevarían a que los conociera.

Que Wei Ying gusta de hacer bromas y parece nunca querer callarse, pese a esto Lan Zhan nunca lo interrumpe y solo le da una mirada de cariño, misma mirada que en poco tiempo también fue dirigida a él.

Empezó a conocer los gestos y emociones del mayor, dándose cuenta de que en realidad era bastante expresivo.

Las comidas que le llevaban cada fin de semana eran preparadas por las manos de Lan Zhan y los juguetes que le traían con las comidas los escogía Wei Ying.

Poco a poco pudo empezar a soltarse con ellos, contándoles cosas tan triviales como su gusto por los libros para colorear hasta asuntos tan personales como el no recordar nada de sus padres.

Abrirse con ellos fue tan fácil, la calidez llenaba su pecho cada fin de semana que los encontraba en la sala de visitas del orfanato.

Meses después, cuando supo que ellos serían sus padres y se iría a vivir con ellos es que A-Yuan se permitió llorar, recuerda que lloro y lloro como no se lo había permitido así mismo desde hace muchos meses, fue abrazado por Wei Ying quien lloro con él y prontamente por Lan Zhan quien los cubría a los dos con un abrazo en la oficina de la directora del orfanato.

Fue tan fácil llamarlos papás.

Ahora tenía padres, tenía una familia, un apellido, un par de conejos y el calor de un hogar que no había conocido hasta ese momento de su vida.

Sus padres significaron desde el primer momento seguridad, amor y calidez, todo lo que en algún momento se le negó ahora le era dado de forma desmedida.

El siguiente punto clave en su vida fue Jin Ling.

Peonías con esencia de lavanda; mdszDonde viven las historias. Descúbrelo ahora