Capítulo 17: Liberación

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La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.


Cicerón


                                                               † † †



Jack nos ayudó a levantarnos tanto a Veronica como a mí. De la nariz de Veronica, un riachuelo chorreaba de un rojo intenso. Saqué de mi bolso un paquete de pañuelos y una botellita de agua, empapé uno de los pañuelos con agua y limpié el rostro de Veronica. Le había dado fuerte.


- Lo mejor sería que fuéramos al hospital. - propuso Jack.


- Y una mierda. - se negó Veronica. - No pienso ir al hospital por esta mariconada. Mucha sangre y poca cosa. No me ha hecho daño.


Seguidamente Jack le tocó un poco la nariz.


- ¡AH! ¡JODER, DUELE! - Veronica quiso darle una de sus óstias, pero falló en el intento.


- Entonces iremos al hospital. - dijo Jack, con una risa símbolo de su victoria de la razón.


Llamamos una ambulancia, para no tener que ir a pata o en transporte público al hospital. Tardó más de media hora en llegar. La eficiencia de la sanidad brilló por su ausencia.

Por el camino, Jack miraba a su hermana, preocupado. Estaba tumbada, con unas gasas en la nariz parándole la hemorragia. Los de la ambulancia dijeron que tenían que mirar si había afectado a más. Curaron también los puños de Jack, con heridas después de la pelea. Todos recibimos bronca por parte de unos adultos que parecían no comprender el porqué de todo. El porqué de nada.


                                                               † † †



Estuve en la sala de espera con Jack, ambos de pie, mientras miraban cómo se encontraba Veronica. La espera era larga. Larga y tensa. Ninguno de los dos sabía qué decir, nada se me ocurría. Finalmente, Jack dió el primer paso.


- ¿Por qué habéis ido a ese lugar solas?


- No sabía muy bien dónde quería llevarme... yo...


- No estoy diciendo que sea vuestra culpa lo que ha pasado esta noche. Solo digo que cuando vayáis a estos sitios, id con algún tío. Estaréis más seguras.

Tampoco digo que no seáis autosuficientes ni pretendo ser machista, si no... joder, ya no sé ni qué decir. Estoy demasiado nervioso.


- Tranquilo. Ya sé lo que quieres decir. Si no llega a ser por tí... no sé qué nos habría pasado.  


Los recuerdos aún eran muy recientes. Me estremecí y cerré los ojos con fuerza al recordar las palabras, los gestos, las acciones. Jack lo vió.

Retrum 3: Labios de Ébano [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora