Capítulo 28

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Harry

Sweet cre..

Harry.

Dejé de cantar cuando Jeff entró al estudio. Mitch le lanzo una mirada de reproche por la nueva interrupción, pero me preocupé en cuanto vi su rostro pálido. Tenía el teléfono pegado a su oreja, y no me gustó para nada el montón de pensamientos que se me vinieron a la cabeza.

No te alarmes, ¿si?

Eso es lo primero que dicen todos antes de alarmarse, Jeffrey.

Y tenía razón.

—Ya vamos, Alessia.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza y rapidez al escuchar su nombre. Giovana se coló en mi cabeza y deje cualquier cosa que estaba haciendo para caminar deprisa hasta donde estaba Jeffrey.

—¿Giovana está bien?

Él asintió mientras guardaba el teléfono y levantaba sus manos en mi direccion —Tuvo un sangrado hace varios minutos, Alessia y Niall la llevaron al hospital y ya el doctor esta viéndola, pero esta bien y fuera de peligro.

Sentí que el pecho se me hundió y me quedé de piedra por varios segundos. Sentí las manos sudadas, y también como la cabeza me comenzaba a palpitar. Sabía que los chicos estaban intentando decirme algo, pero solo atiné a tomar las llaves de la camioneta y salir disparado hasta ella.

Mi temor mas grande durante estos tres meses jamas fue mi carrera o el pensar que sería un mal padre. Fue esto, que Giovana tuviera alguna complicación. No sabía con exactitud de que se trataba, no sabía que tan peligroso era, pero cualquier cosa que le provocara ir al hospital estaba entre mis miedos ahora mismo.

Temía que ella o el bebé salieran heridos.

Observé por el espejo retrovisor la otra camioneta negra siguiéndome. Eran mis guardaespaldas, pero poco me importaba tenerlos conmigo ahora mismo.

Era consciente de que no había actuado como el mejor novio y futuro padre, pero tampoco podía martirizarme con eso porque no había sido tan malo. Me hice cargo desde un principio, mas que nada lo quería, quería ser papá de ese bebe que también seria hijo de Giovana, pero como cualquier persona había estado aterrado.

No podía decir que no lo estaba ahora, seguía pensando que no sería suficiente para él, pero tenía que dar mi mayor esfuerzo para demostrarle que sería el mejor papá del mundo. Iba a ser nuestro hijo, y a pesar de no haber hecho las cosas mas correctas, me emocionaba saber que estabamos creando una familia.

-Buenas tardes, vengo con Giovana De Rossi.

La enfermera que se encontraba del otro lado del escritorio me miro con sorpresa varios segundos antes de apretar las letras del teclado. Espere impaciente durante un largo minuto antes de que ella se aclarara la garganta y volviera a mirarme.

-La señorita De Rossi está ahora mismo con el doctor, ¿quiere pasar o esperará a que el salga?

Por supuesto que no iba a esperar.

-Quisiera entrar.

Ella asintió -Sigame, señor Styles.

Comenzamos a zigzaguear a través de varios pasillos, y simplemente moví la cabeza cuando divisé a Alessia y Niall saludarme desde una silla en la sala de espera. No me detuve.

Observé atento cuando la enfermera dio dos golpes sobre la puerta y la abrió tras el visto bueno del doctor del otro lado. El olor a clínica me abrumó porque estaba combinado con el de mi chica, eso no me gustaba en lo absoluto. La camilla estaba vacía, pero los dos cuerpos que reconocí al instante se encontraban de pié junto al suero inyectado en Giovana.

-Hola, cariño.

Miré sus ojos cansados, y solo en ese momento me di cuenta que eran mas o menos las diez de la noche. Giovana no había estado descansando demasiado por..no lo se, mareos, vómitos y malestares, y saber que había sangrado en esa situación era todavía peor.

Me acerqué a ellos al instante. El doctor levantó una mano para estrecharla conmigo y yo accedí antes de abrazar a Giovana con cuidado y darle un beso corto en los labios.

-¿Como estas?

Asintió -Estoy bien, amor, tranquilo.

Entonces miré al doctor.

-Lo está. Siéntate, Giovana.

La ayude a recostarse en la camilla, y volvimos la atención al hombre, en la espera de que me epxlicara que demonios era lo que había pasado. Mi corazón todavía latía con rapidez y solo se calmo cuando Giovana me dio un suave apretón a mi mano.

-El sangrado en este caso es muy leve, lo que significa que no es grave. Es muy normal que en el primer trimestre ocurra algo como esto, mas que nada si han estado teniendo relaciones.

Asentí sin pensármelo dos veces, y el doctor sonrió.

-Giovana esta en perfecto estado y el bebé también, no tienen de que preocuparse - pude respirar con alivio - me gustaría recetarte reposo durante unas dos o tres semanas, Giovana, no es un reposo drástico pero estaría bien si pidieras posponer cualquier cosa que tengas por el momento. Solo para asegurarnos.

-Lo haré, doctor, no se preocupe.

-Excelente..ah, y también son normales los mareos y vómitos, pero avísenme si se vuelven muy constantes. De resto todo parece estar en orden. El suero es solo para darte mas fuerzas, y tan pronto se acabe pueden irse.

Ni siquiera podía explicar el alivio y la felicidad que estaba sintiendo en ese mismo instante, y entonces comprendí que me había estado preocupando por absolutamente nada. Yo iba a dar lo mejor de mi así como Giovana, y ese bebe no iba a darme nada mas que felicidad.

El doctor salió con paso lento y me giré para observar esos preciosos ojos azules mirandome brillantes.

-Llegaste muy rapido.

Sonreí -Si se trata de ti o el bebe podría incluso volar, nena.

Ella se echo a reír, haciendo que mi corazón diera un vuelco.

-Voy a avisarle a los chicos que estas bien y que pueden pasar.

-Está bien.

A Tu Lado | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora