Secret Lover

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Wanda Maximoff despertó ese día especial con el sonido de la alarma de su celular. La había puesto para disfrutar cada segundo de esa fecha. Cumplía veinte años y estaba emocionada por ello. Abrió el cajón de su mesita de noche y tomó la fotografía de Pietro que tenía guardada allí.

―Feliz cumpleaños ―musitó antes de dejar un beso en el papel fotográfico.

Después se levantó de la cama, estiró los brazos y caminó descalza en dirección al baño. Estudió su rostro en el espejo, sin notar algún cambio notable. Se desvistió y tomó una ducha con la música de feliz cumpleaños en la cabeza. Luego, se envolvió en una toalla y fue hasta su placar para elegir su vestuario.

Cuando estuvo conforme con su aspecto, salió de la habitación rumbo a la cocina. Antes de llegar, comenzó a percibir un aroma a comida horneada. Se encontró con una escena bastante extraña y adorable a la vez.

―Feliz cumpleaños, Wanda ―saludó Vision sonriendo.

La sokoviana llevó una mano a su boca sorprendida por toda la comida que él había preparado.

―Gracias, Vis. ¿Hiciste una torta?

El androide adelantó la bandeja de la torta recién decorada. Estaba orgulloso porque su trabajo había quedado casi tan bien como en el video tutorial de youtube que había seguido.

―Le puse encima esos chocolates con rellenos de dulce de leche que te gustan mucho.

―No debiste molestarte.

―Buscaba esa sonrisa que ahora tienes en el rostro.

La castaña rodeó la isla de la cocina para darle un abrazo. Vision siempre era muy atento con ella, de esa forma se había ganado su afecto. El abrazo fue interrumpido por la llegada de los demás miembros del equipo.

―¡Me toca un abrazo de la cumpleañera! ―dijo Stark― Felicitaciones, brujita.

La castaña lo abrazó mientras agradecía por el gesto.

―Vision, ¿podemos comer algo o es solo para Wanda? ―preguntó Sam desde la fila que estaba formando para saludar a la del cumpleaños.

―Eso dependerá de Wanda.

―Adelante, deben tener hambre ―accedió la sokoviana.

La siguiente en abrazarla fue Romanoff, quien también le entregó una pequeña caja envuelta en papel regalo.

―No debiste molestarte, Nat.

―Estoy segura de que lo disfrutarás ―comentó antes de guiñarle.

Wanda no tuvo tiempo de descifrar el comentario porque le tocaba recibir las felicitaciones de Rhodey. Él le dio una botella de vodka muy costosa. La mujer aceptó el regalo, pensando en que tal vez no había pensado mucho en sus gustos al elegir el presente. Por su parte, Steve le obsequió dijes diferentes para su colección. Barton la sorprendió con las botas de caño largo que ella había visto el día que salieron de compras. Banner le entregó el libro de su autora favorita con una dedicatoria en la primera página. Sam le dio un vale de compras por trescientos dólares de una tienda donde tenían cosas asombrosas.

Cuando todos entregaron sus presentes, se acomodaron para comenzar a desayunar todos juntos.

―Para no tener sentido del gusto, cocinas bastante bien ―elogió el arquero.

―Brujita, lamento no haberte comprado nada ―habló Stark.

―No te preocupes, Tony. Estoy muy contenta con...

―¡Es broma! ―interrumpió el millonario, sacando un aparato pequeño de una alarma de su bolsillo trasero―. El convertible rojo es todo tuyo ―le entregó la alarma.

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