• Treinta y ocho - Presente •

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Cuando Harry salió del armario  chocó contra la espalda del rubio, quien se había detenido como si alguien más no debiera salir de ahí.

Ya se estaba preparando para regañarlo cuando miró unos ojos castaños observándoles desde un punto de la habitación. El ojiverde suspiró ante eso.

Hermione se encontraba ahí, sabía que la chica era demasiado inteligente y no dejaba cabos sueltos así porque sí. Fue un descuido, realmente, tal vez su plan para asegurarse de que fuera de confianza debía cambiar.

—Hola, Herms —saludó el azabache poniendo una mano sobre el hombro de Draco, tranquilizando un poco al Slytherin—. Gracias por cubrirme, realmente no pensé que lo harías de esta forma —bromeó un poco.

—Harry...

—Nos vemos luego, Draco —se despidió del rubio interrumpiendo a la castaña, quien entendió que preferiría hablar con ella en privado, manteniéndose callada.

El rubio lo miró por unos momentos antes de caminar hacia la salida del lugar, claro, Harry lo perdió de vista por tantos artículos que se encontraban apilados, pero decidió confiar que no estaría escuchando conversaciones ajenas.

—Así que... un armario evanescente —comentó la castaña.

Harry caminó hacia una pila y sacó una silla, ofreciéndole sentarse a su amiga, quien lo hizo después de que el ojiverde sacara otra silla para él.

—No me sorprende que lo reconocieras. —Suspiró y le sonrió a Hermione— Lo uso para salir de Hogwarts sin que me detecten —informó y, antes de que su amiga hablara, la interrumpió—: Es la primera vez que lo uso, queríamos ver si ya servía como nosotros queríamos.

—Alguien del otro lado puede entrar a Hogwarts, Harry —dijo con la misma voz de madre comprensiva, pero sabía que, después de eso, vendría algo que no le gustaría—. Necesitamos decírselo al Director, ¿qué pasa si un mortífago entra?

—¿Qué te hace pensar que un mortífago no se ha infiltrado ya en el castillo? —La miró por un momento antes de decir— ¿Qué te hace pensar que algo peor que un mortífago no se ha infiltrado ya en el castillo?

—Debemos decirle...

—Si vas y le dices algo al Director, nuestra amistad habrá terminado para siempre.

—Es lo correcto...

—¿Correcto? —se rió y negó— He hecho lo correcto durante quince años y no veo porqué seguir haciéndolo. —Miró a su amiga— A todo esto, ¿cómo sabes que esto es realmente lo correcto?

—El Director está de este lado, él es el mago más correcto que...

—Es el mago que me dejó con mis parientes aún sabiendo lo que me hacían —interrumpió—, el mismo mago que ha hecho toda una obra para que creyéramos que la piedra estaba segura, para que yo descubriera la cámara, para ganarse nuestra confianza mediante Sirius...

—¿Te estás escuchando? —susurró horrorizada la chica. Harry simplemente la miró, todo brillo erradicado de sus ojos.

—¿estás escuchando lo que digo? ¿Te has puesto a pensar en eso?

—Pero Dumbledore...

—No confío en él, pensé que estarías de mi lado —se levantó y avanzó unos pasos antes de voltear a verla—: lo conozco mucho mejor de lo que crees —aseguró—, lo conozco mucho mejor de lo que él cree que le conozco.

—¿Quién eres? —preguntó la chica levantándose para mirar a su supuesto amigo— No eres Harry, él no haría eso.

—Soy Harry Potter —afirmó y luego negó con la cabeza—, pero no el que conociste. Han pasado tantas cosas que... tan sólo pensé que estarías de mi lado —esta vez lo dijo algo dolido, mirando la expresión de su amiga—. Que decepción.

Y siguió su camino. Salió de la Sala de los Menesteres sonriendo, su amiga era demasiado expresiva y muy aferrada, por lo cual no le sorprendería si...

—Harry, espera. —Eso fue demasiado rápido— Sabes que yo confío en ti —dijo y el ojiverde la miró con curiosidad—, siempre confiaré en ti... sólo quiero comprenderte.

—Pasaron muchas cosas, Herms.

—Y quiero que me tengas la confianza para decírmelas —argumentó dando unos pasos hacia el frente y agarrando sus manos—... ¿Qué tanto te hicieron?

La pregunta hizo que abriera los ojos y luego riera.

—Nada malo, te lo aseguro.

—Pero... imposible...

—Es exactamente eso lo que me hace cambiar de opinión al respecto de lo que creíamos —susurró y volteó los planeas, ahora era él quien sostenía las manos ajenas—. Hay cosas que no puedo explicar, pero el hecho de que el lado que supuestamente es malo te proteja... en comparación a lo que he vivido, creo que es más de lo que pensamos.

Hermione asintió, tratando de comprender aunque se sabía muy bien que ella era más metódica y cerrada en algunas ocasiones. No le sorprendería si ésa era una de aquellas ocasiones.

—Confío en ti —aseguró la joven asintiendo.

♣♣♣♣

Lucius Malfoy se encontraba mirando a su Lord mientras éste se volvía a su asiento detrás del escritorio para ver el armario de la habitación.

—¿Mi Señor? —susurró el rubio.

—Muchas cosas van a cambiar, te lo aseguro —fue lo que contestó el ojirojo, ganándose una mirada confundida por parte del patriarca Malfoy—. Necesito que formes a los mortífagos, analices a los nuevos reclutas y les des una posición. Pronto nos moveremos.

Lucius asintió y, dando una reverencia, se fue de la habitación para cumplir con su pedido.

♣♣♣♣

Es algo corto, lo sé, pero algo es mejor que nada(?

Les prometo que se compensará. Les amo.



Sueños profundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora