Entre El Amor Y El Odio

Capítulo 3

Kikyo: (pensativa) y ese quien demonios es.

Kagome: (dudosa) no tengo idea, pero talvez por aquí podamos encontrar algo así que mejor busquemos.

Las jóvenes siguieron buscando, había otra caja que se habría con llave, pero ninguna de sus llaves la abría, seguían buscando algún indicio que les diera la confianza de recurrir a el, pues todo era confuso, su padre era un agente, alguien poderoso quería deshacerse de el y su tutela estaba a cargo de alguien que no conocían, siguieron buscando hasta que Rin encontró algo.

Rin: (tomando un sobre) miren esta es una carta para nosotras.

Kagome: de verdad, pues ábrela para saber que dice.

Rin: también hay otra a nombre de ese hombre.

Kikyo: bueno pero la suya no debemos abrirla.

Kagome: pero y que tal si en ella explica lo que realmente está pasando.

Rin: aun que así sea, no nos corresponde leerla nosotras.

Kikyo: ella tiene razón.

Kagome: (resignada) bien de acuerdo, entonces abre la que está destinada a nosotras.

Rin abrió la carta y comenzó a leerla en voz alta para sus hermanas, quienes escuchaban atentas cada palabra.

Kagome: entonces esa es la razón de que le de nuestra tutela, nuestro padre confiaba mucho en el.

Kikyo: pues al parecer era su mejor amigo, también dice que trabajaban juntos.

Rin: entonces el también a un agente como nuestro papá.

Kagome: en ese caso quizá el sepa a quien estaba investigando nuestro papá, así encontraremos al asesinó de nuestros padres.

Rin: pero aún más importante es que no tendremos que ir a un orfanato.

Kikyo: bien entonces debemos informarle, para que sepa que iremos a vivir con el.

Kagome: bueno es mejor que esperar a ser mayores de edad, pero esta es una buena oportunidad para conocer sobre el pasado de papá.

Rin: entonces no perdamos más tiempo y volvamos al lugar donde nacimos.

Las chicas mostraron los documentos de quien sería su tutor a las autoridades correspondientes, aunque no lo conocían eso era mejor que un orfanato, las mismas autoridades arreglaron todo para que las chicas pudieran ir a ver a ese hombre, en cuanto todo estuvo listo ellas partieron hacia Corea para poder saber más sobre su papá.

Kagome: (agotada) bien por fin llegamos.

Kikyo: (preocupada) y realmente será aquí esta casa tiene un aspecto muy lujoso.

Rin: (entusiasmada) no lo sabremos si no tocamos el timbre.

Rin toco el timbre,  después de eso la reja se abrió y ellas caminaron hacia la puesta de esa enorme casa, y cuando se abrió un hombre alto de cabello negro, ojos carmesí y piel blanca se mostro ante ellas con una enorme sonrisa, y las abrazo con gran alegría.

Naraku: (sonriendo) pero que alegría que estén aquí, déjenme verlas bien, es asombroso se parecen bastante a mi querido amigo.

Rin: (emocionada) de verdad eso piensa.

Naraku: pero por supuesto su parecido a el es impresionante.

Kagome: (extrañada) no me esperaba que fuera más joven que mi papá.