Dieciséis

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Gulf no sabía que hacer, su mente daba vueltas una y otra vez, a la petición que la suegra de Mew le había hecho.

Incluso le había pedido consejo a sus amigos, los cuales le aconsejaban que dejase a un lado su instinto solidario y altruista y que pensara en lo mejor para él mimo.

...-Si Mew se queda, volverás a dejarle entrar en tu vida, ¿Podrás soportarlo una vez más, si sucede lo que hizo en el pasado?-preguntó Mild preocupado.

-Seré fuerte, lo trataré como un uno más de mis casos a resolver-se excusó el moreno.

-Gulf no has querido rehacer tu vida con nadie...dejaste escapar a AA, que era un tipo estupendo y estaba muy enamorado de ti-habló nuevamente su amigo-...luego ese chico de la cafetería del campus te invitó a salir y lo mandaste lejos pues le dejaste claro que solo querías pensar en tus estudios...han habido otros que se te han acercado y tú bo has querido conocer a ninguno y todo por él...porque en el fondo siempre lo has esperado y siempre lo esperaras.

El moreno resopló con pesar.

-Pero aunque ayude a que se quede- habló molesto por la poca fe de su amigo-...eso no significa necesariamente que tengamos por qué tener algo.

Este lo miro arqueando una ceja con incredulidad.

-¿En serio?, ¿Podrás soportar verlo sabiendo que está libre e incluso que te busque, sin caer de nuevo?-habló entonces Piufai.

Este agachó la cabeza, realmente no podía asegurarlo.

-Tendré que hacerlo, no quiero sufrir más por su culpa.

-Gulf, sabes que te queremos -le tocó el turno Max-...pero él hizo su vida allá y a parte de ti y su familia, no tiene porque quedarse... Eso no te asegura nada pues recuerda que en el pasado eso le dio igual, ¿quién te dice que se quede esta vez, te ilusiones de nuevo y luego te salga unos meses después con que debe irse?.

Este suspiró con pesar y miró a sus tres amigos.

-Pero ya se lo prometí a la señora Malai-dijo molesto consigo mismo pues no debió prometerle una cosa como esa-...¿Qué rayos se supone que voy ha hacer ahora?.

Sus amigos lo conocían mucho mejor que él mismo y estaban seguros de que caería con Mew aunque quisiese evitarlo y eso que aún no les había contado lo que había sucedido días atrás, cuando se habían besado en su oficina.

-Maldita sea...haga lo que haga será malo... Si se queda, ella estará feliz aunque no se sabe durante cuanto pero yo sufriré viéndolo y si finalmente se va, tanto ella como yo nos quedaremos destrozados y esa pobre mujer seguro que recaerá en la bebida, si tras perder a su hija y después a su nieto.

-Definitivamente amigo, tan solo te queda mantenerte al margen y esperar-dijo Mild tocándole el hombro-...Eso solo podrán solucionarlo en familia.

-Supongo que tienes razón... Solo Mew puede decidir que hacer y asumir las consecuencias de sus actos-afirmó tristemente el moreno-... No puedo pedirle que se quede sin ofrecerle algo a cambio...Él seguramente me pedirá algo que yo no quiero darle pues sé de sobra como terminará.

Tras terminar el descanso, este se despidió de sus amigos y regresó a casa y luego de aparcar y bajarse del coche entró, encontrándose a su padre en el recibidor.

-Hijo, tienes una visita esperándote en el salón-le susurró Kong acercándose-... al parecer necesita hablarte con urgencia...Esa hermosa chica lleva más de una hora esperándote.

-¿Chica?-preguntó extrañado el moreno dejando su abrigo en el perchero de la entrada.

Este caminó hacía el salón, donde desde la puerta pudo divisar una morena y larga cabellera sentada en el sofá, entonces se acercó y asombrado se encontró con la persona que menos hubiese imaginado que visitaría alguna vez su casa.

-¿Anong?

-Hola Gulf, ¿podríamos hablar por favor?, tengo algo importante que decirte.

-Hola Gulf, ¿podríamos hablar por favor?, tengo algo importante que decirte

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17. Un amor de ensueño -Segunda parte - Mewgulf TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora