parte 1

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╰► los últimos destellos del sol se despedían por hoy, el cielo teñido de una preciosa mezcla de rosa y púrpura se despedía del día y saludaba a la noche. con tal paisaje, tadashi terminaba de comer y se dirigía a su cuarto, como todas las tardes después del colegio.

esta vez escribiría una carta, una carta a esa persona que de hace tiempo admiraba y amaba: kei tsukishima.

arrancó una hoja del cuaderno más bonito que tenía y comenzó a escribir. tenía muy claro lo que iba a decir, así que a pesar de que las palabras casi no cabían en el papel, no se tardó en firmar la carta y meterla a un sobre color verde cerrado con un sticker de corazón rojo, en el cual se escribía "para tsukki" en la letra de alguien que parecía apurado.

su casa no quedaba lejos de la de kei, por lo que iría en bicicleta. se despidió de su mamá y partió su viaje.

pedaleaba con el sobre en el canasto de la bicicleta, cuidando que este no cayera. las lágrimas se empezaban a acumular en sus ojos a causa de los nervios y el nudo en su garganta sólo se apretaba más y más mientras se acercaba a la casa de su amado. cuando llegó a la casa del rubio dejó el sobre en la entrada y se fue lo suficientemente lejos para no ser visto, pero lo suficientemente cerca para ser encontrado si kei lo iba a buscar. akiteru, al sentir algo golpear la puerta, abrió.

― ¡kei, esta carta es para ti! creo que es de yamaguchi.

kei estaba extrañado, tenía mensajes de texto del castaño, pero no se había dado el tiempo de leerlos. fue a buscar el dicho sobre y se lo llevó a su habitación para leerlo. cerró la puerta con cuidado y lo abrió. lo primero que sus largos y blanquecinos dedos tocaron fue el papel de la carta que le había cortado la yema de los dedos. fue a ponerse una curita, aún curioso del porqué tadashi le había enviado una carta en vez de un mensaje de texto. con el parche curita puesto, empezó a leer.

'mi querido, tsukki:

tengo algo que decirte de hace tiempo. no soy capaz de decirlo ni por persona ni por mensaje de texto, así que te lo digo así.

♡ me gustas ♡

puede que ya lo supieras, debe ser muy obvio que no puedo evitar sonrojarme cuando te veo. me haces muy feliz y adoro pasar tiempo contigo, podría pasarme días enteros hablando contigo y no me aburriría. de hace mucho tiempo que te conozco y al conocerte más y más creo que eres tan encantador, lindo, guapo, inteligente, interesante. nunca pensé en sentir algo así por alguien y tú de alguna manera hiciste que lo sintiera y cada día siento q t amo más. me haces sentir cosas preciosas y, por más patético que suene, quiero besarte y abrazarte cada vez que te veo. te amo, amo cuando me miras, me dices idiota, sonríes, molestas a los demás o sólo cuando existes. eres lo mejor que me ha pasado en la vida y espero nunca irme de tu lado porque te amo y siempre lo haré.

― tadashi yamaguchi.'


kei estaba a punto de llorar. estaba muy feliz de que tadashi sintiera lo mismo que él. sus sentimientos hacían un remolino que le impedía hasta moverse de la emoción, sentía que se iba a desmayar.

dejó el sobre encima de su escritorio y salió de su casa en dirección a la de yamaguchi. a mitad de camino lo encontró sentado en un banco cabizbajo. tadashi al notar su presencia levantó la cabeza y antes de que pudiera reaccionar, kei lo estaba abrazando. tadashi tomó la cara del rubio entre sus manos y lo besó. un beso cálido, lleno de sentimientos completamente nuevos para ambos y que sin saberlo anhelaban.

― 𝗍-𝗍𝗌𝗎𝗄𝗄𝗂?

― ¡𝗉𝖾𝗋𝖽𝗈́𝗇, 𝗒𝖺𝗆𝖺𝗀𝗎𝖼𝗁𝗂! ― 𝗌𝗈𝗅𝗅𝗈𝗓𝗈́ 𝖾𝗅 𝗆𝖺𝗒𝗈𝗋.

𝗍𝖺𝖽𝖺𝗌𝗁𝗂 𝗍𝗈𝗆𝗈́ 𝗅𝖺 𝖼𝖺𝗋𝖺 𝖽𝖾𝗅 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗋𝖺𝗋𝗂𝗈 𝖼𝗈𝗇 𝖺𝗆𝖻𝖺𝗌 𝗆𝖺𝗇𝗈𝗌 𝗒 𝗌𝗂𝗇 𝖽𝗎𝖽𝖺𝗋𝗅𝗈, 𝗅𝗈 𝖻𝖾𝗌𝗈́. 𝗌𝖾 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂́𝖺 𝖼𝖺́𝗅𝗂𝖽𝗈, 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗎𝗇𝖼𝖺 𝖺𝗇𝗍𝖾𝗌 𝗁𝖺𝖻𝗂́𝖺 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂𝖽𝗈, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗍𝖺𝗇𝗍𝗈 𝖺𝗇𝗁𝖾𝗅𝖺𝖻𝖺. 𝖿𝗎𝖾 𝗎𝗇 𝖻𝖾𝗌𝗈 𝗅𝖺𝗋𝗀𝗈, 𝗍𝖺𝗅 𝗏𝖾𝗓 𝖾𝗅 𝗉𝗋𝗂𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖺𝗆𝖻𝗈𝗌. 𝗎𝗇 𝖼𝖺𝗅𝗈𝗋 𝗒 𝖼𝗈𝗆𝗈𝖽𝗂𝖽𝖺𝖽 𝗂𝗇𝖾𝗑𝗉𝗅𝗂𝖼𝖺𝖻𝗅𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝖾𝗇𝗏𝗈𝗅𝗏𝗂́𝖺, 𝗁𝖺𝖼𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝖾 𝗈𝗅𝗏𝗂𝖽𝖺𝗋𝖺𝗇 𝖽𝖾𝗅 𝖿𝗋𝗂́𝗈 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗇𝗈𝖼𝗁𝖾 𝗒 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗌𝗎𝗌 𝗉𝗂𝖾𝗋𝗇𝖺𝗌 𝗍𝖾𝗆𝖻𝗅𝖺𝖻𝖺𝗇.

𝖺𝗆𝖻𝗈𝗌 𝖾𝗌𝗍𝖺𝖻𝖺𝗇 𝗅𝗅𝗈𝗋𝖺𝗇𝖽𝗈.

𝗍𝖺𝖽𝖺𝗌𝗁𝗂 𝗍𝖾𝗇𝗂́𝖺 𝗅𝗈𝗌 𝖻𝗋𝖺𝗓𝗈𝗌 𝗌𝗎𝗆𝖾𝗋𝗀𝗂𝖽𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗉𝗈𝗅𝖾𝗋𝗈́𝗇 𝖽𝖾 𝗄𝖾𝗂, 𝗋𝗈𝖽𝖾𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗌𝗎 𝖾𝗌𝗉𝖺𝗅𝖽𝖺, 𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺𝗌 𝗄𝖾𝗂 𝗋𝗈𝖽𝖾𝖺𝖻𝖺 𝖾𝗅 𝖼𝗎𝖾𝗅𝗅𝗈 𝖽𝖾 𝗍𝖺𝖽𝖺𝗌𝗁𝗂 𝖼𝗈𝗇 𝗅𝗈𝗌 𝗌𝗎𝗒𝗈𝗌.

𝖼𝖺𝗒𝖾𝗋𝗈𝗇 𝗌𝖾𝗇𝗍𝖺𝖽𝗈𝗌 𝖺𝗅 𝖺𝗌𝖿𝖺𝗅𝗍𝗈 𝗎𝗇𝖺 𝗏𝖾𝗓 𝗍𝖾𝗋𝗆𝗂𝗇𝖺𝖽𝗈 𝖾𝗅 𝖻𝖾𝗌𝗈. 𝗊𝗎𝖾𝗋𝗂́𝖺𝗇 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌𝖾 𝗆𝗈𝗆𝖾𝗇𝗍𝗈 𝖿𝗎𝖾𝗋𝖺 𝖾𝗍𝖾𝗋𝗇𝗈: 𝗍𝖺𝖽𝖺𝗌𝗁𝗂 𝗒 𝗄𝖾𝗂 𝖺𝖻𝗋𝖺𝗓𝖺𝖽𝗈𝗌, 𝗅𝗅𝗈𝗋𝖺𝗇𝖽𝗈, 𝖼𝗈𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝗍𝖾𝗇𝗎𝖾𝗌 𝗅𝗎𝖼𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝖿𝖺𝗋𝗈𝗅𝖾𝗌 𝖺𝗅𝗎𝗆𝖻𝗋𝖺𝗇𝖽𝗈.

― 𝗉𝖾𝗋𝖽𝗈́𝗇 𝗉𝗈𝗋 𝗌𝖾𝗋 𝗎𝗇 𝖼𝗈𝖻𝖺𝗋𝖽𝖾.― 𝗌𝗎𝗌𝗎𝗋𝗋𝗈́ 𝖾𝗅 𝗋𝗎𝖻𝗂𝗈.

― 𝗉𝖾𝗋𝖽𝗈́𝗇 𝗉𝗈𝗋 𝗌𝖾𝗋 𝗉𝖺𝗍𝖾́𝗍𝗂𝖼𝗈. ― 𝗌𝗎𝗌𝗎𝗋𝗋𝗈́ 𝖾𝗅 𝖼𝖺𝗌𝗍𝖺𝗇̃𝗈.

𝗍𝖾 𝖺𝗆𝗈, 𝖿𝗎𝖾𝗋𝗈𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝗉𝖺𝗅𝖺𝖻𝗋𝖺𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗉𝗋𝗈𝗇𝗎𝗇𝖼𝗂𝖺𝗋𝗈𝗇 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗌𝗂𝗇𝗍𝗂𝖾𝗋𝗈𝗇.

❝ confesión ❞ ― tsukkiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora