Encerrados ||Yoontae|| *OS*

Capitulo Único

Describir la relación entre Taehyung y Yoongi era algo complicado.

Se podría decir que era algo pasiva-agresiva.

Pues mientras habían días en que ambos se llevaban de maravilla habían otros en los que parecía que no podían ni verse la cara.

Hoy era uno de esos días.

— ¿Dónde carajo estabas alienígena del demonio?

— ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así? Maldito ogro amargado.

— ¡Llevo media hora buscándote!

— Bueno, lo siento, me pasó de un lado a otro trabajando. ¿Qué quieres ahora?

— Deja de quejarte y se útil en algo. Lleva esto a la bodega A.— Le tendió el cargamento de los nuevos portátiles que habían llegado.

— Un por favor al menos, ¿no crees?

— Me importa una mierda tu por favor, lleva eso rápido.

— Si hubiera sabido que trabajaría con un idiota desde el principio no le hubiera dicho que sí a NamJoon.— Dijo ya alejándose.

— ¡Te escuché imbécil!

— ¡Me importa una mierda!

Si, definitivamente era de esos días en que no se soportaban.

— Hyung idiota.— Refunfuñaba Taehyung mientras acomodaba todas las cajas que el mayor le había entregado.

El castaño se sobresalto cuando escucho una pequeña risa detrás de él.

— Por lo que veo ahora están de malas.

— ¡Kookie, me asustaste!

El contrario sonrió, acercándose hasta apoyarse en uno de los anaqueles de metal, justo al lado del mayor.

— ¿Ahora que pasó?

— Me llamó alienígena.— Se cruzo de brazos y frunció el ceño molesto al recordarlo.

— Y tu le seguiste el pleito, ¿no es así?

— ¡No me iba a quedar callado sin decir nada! Ya me conoces, no tendrías que sorprenderte.

— Tienes razón, no me sorprende.— Rio.

El castaño solo lo miró soltando un pequeño bufido y volviendo a lo que estaba haciendo hasta que la voz del pelirrojo lo volvió a interrumpir.

— Aunque eso no quita que a veces se comporte bastante dulce contigo.— Sonrió con malicia.

— ¿Q-que quieres decir?

— Oh, vamos, ¿no has notado cómo te mira?

— Yo... N-no se de que hablas.— desvío la mirada mientras sentía como el calor comenzaba a subir por su cuello.

— ¡Claro que sí lo sabes! Solo mira como te has puesto con solo sacar el tema.— Comenzó a molestarlo comenzando a picar los costados del contrario.

— No hagas eso, me haces cosquillas.— Comenzó a reír el mayor mientras trataba de evitar los pequeños toques juguetones del menor.

— Solo acepta que te gusta.

— N-no me gusta.

— Es obvio que si, ¡no me mientas!— Continuo molestando al mayor.

— Kookie ya detente.— Dijo como pudo por la risa.

— No hasta que lo aceptes.

— ¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Si me gusta!

— ¡Ja, lo sabia!